*A un año del fallecimiento de quien fue su investigador, se recordó al hombre caracterizado por la discreción, sencillez y vocación de servicio, que desarrolló un amplio trabajo académico e intelectual
En la que fue su casa académica y ante sus familiares, amigos y compañeros, la comunidad de El Colegio Mexiquense, su familia ampliada, rindió homenaje a Ignacio Pichardo Pagaza, a un año de su fallecimiento, en el Aula Mayor que lleva su nombre y en una reunión en que se resaltaron la mesura, prudencia, discreción, sencillez y amabilidad de quien destacó en el servicio público, la política, la diplomacia y la investigación, pero especialmente por su compromiso social y de servicio.
César Camacho, presidente de la institución anfitriona, en un mensaje titulado Memoriam in domum -que se puede traducir como «recuerdo en casa»- abordó las cualidades personales de quien fue figura pública durante más de cuatro décadas como gobernador, legislador, secretario de Estado, embajador y dirigente político, con una firme actitud de rechazo al oropel de las ceremonias y los homenajes, y empeñado en no dar pábulo con sus dichos y hechos a la diatriba, la maledicencia o el escándalo.
Pichardo Pagaza falleció el 14 de abril de 2019, a tres semanas del inicio de la emergencia sanitaria, lo que impidió realizar despedidas públicas por parte de las instituciones en las que colaboró, como El Colegio Mexiquense, del que fue investigador y al cual apoyó de manera franca y decidida en su desempeño como gobernador, diplomático e investigador.
El presidente de El Colegio asumió el compromiso de continuar adelante con la propuesta de Pichardo Pagaza de impulsar una reforma fiscal urgente y necesaria, así como sus propuestas para una reforma integral del artículo 115 constitucional, sustentadas en su convicción municipalista.
De su faceta como gobernante, destacó su compromiso con la gente con las mayores necesidades y el conocimiento de la geografía física y humana de la entidad, que hoy tiene cerca de 17 millones de habitantes y aporta alrededor de 10 % de la riqueza nacional, a cuya grandeza contribuyó Pichardo Pagaza como conocedor y servidor de su tierra.
Víctor Humberto Benítez Treviño, profesor-investigador y ex presidente de El Colegio Mexiquense, hizo un testimonio de amistad y habló, entre otros aspectos, del compromiso ambientalista de Pichardo Pagaza, quien logró la recategorización del Xinantécatl como área protegida.
Se refirió también a algunos de los libros que publicó, así como a su cercanía con la institución académica -de cuya junta de gobierno formó parte-, para la cual tuvo una actitud marcada por la disposición a escuchar, compartir ideas y vivencias con la comunidad, en particular con los jóvenes.
El secretario general de El Colegio, José Antonio Álvarez Lobato, se refirió a la empatía de Pichardo Pagaza con el quehacer académico y al apoyo presupuestal que dio al centro de investigación y docencia entre 1989 y 1993, lo cual permitió a este delinearse como una institución solvente con buenos márgenes de autonomía, en el primer gran impulso que recibió gracias a la regularización de plazas, la construcción de la biblioteca y la remodelación inicial de Santa Cruz de los Patos.
Ignacio Pichardo Lechuga, a nombre de sus hermanos Julieta y Alfonso, y de doña Julieta Lechuga de Pichardo, destacó la feliz coincidencia de que el homenaje de El Colegio Mexiquense se haya llevado a cabo el Día Mundial de la Tierra, debido al compromiso ambientalista de Pichardo Pagaza, al tiempo de compartir que su padre falleció estando en curso diversos de sus trabajos, como la propuesta de una reforma fiscal integral para el país.
Ignacio Pichardo Pagaza fue integrante de la Junta de Gobierno de El Colegio Mexiquense de 2005 a 2014 e investigador del mismo hasta el día de su fallecimiento; entre sus obras, forman parte del fondo editorial de la institución los libros Modernización administrativa. Propuesta para una reforma inaplazable; Anatomía de un gobierno singular. Seis años con Carlos Hank, 1969-1975 y Soy Joaquín Arcadio Pagaza. Yo, de natura admirador ferviente.