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El demagogo y alexitímico Pedro Sánchez aplica el ‘es la economía, estúpido’

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Estos días vemos un nuevo abuso de poder por parte de Pedro Sánchez, intentando hacer un ‘jaque mate’ a toda la oposición parlamentaria; y nos demuestra, una vez más, que, para él, ‘el fin justifica los medios’. En el presente escrito traslado mis elucubraciones al respecto.

En los dos últimos escritos ya me he referido a la rastrera jugada de Pedro Sánchez, de ‘colar’ en un único proyecto ómnibus, casi un centenar de medidas e, incluyendo, entre ellas, la actualización de las pensiones, la ayuda al transporte público y a los que sufrieron la desgracia de la gota fría (DANA) en la comunidad valenciana, y eso es una clara muestra de prepotencia, creyendo que tiene mayoría absoluta; y, en paralelo, es un desprecio a sus socios que le permitieron la investidura.

Y, al ver que Junts (si bien con diferentes objetivos) se alineó con Vox y PP para tumbar dicho proyecto, Sánchez elevó su sarcasmo, criticando a esos partidos de ‘provocar dolor social’. 

Asimismo, para explotar el rendimiento partidista de esta situación, sigue manteniendo que han de ser esos partidos los que ‘han de recapacitar, modificar su decisión y responsabilizarse del dolor que están causando’. Así que, de momento, no piensa establecer decretos ley independientes para esas tres medidas sociales, que sabe que serían automáticamente aprobadas de forma mayoritaria, como han pedido y manifestado dichos partidos. Pero, claro, Sánchez, de ese modo, tendría problemas para ‘colar’ las otras modificaciones legislativas.

Así, Pedro Sánchez, en plan ya preelectoral, y con fines únicamente personales y partidistas, piensa demorar la crisis social provocada, al ver que afecta, directa y mayoritariamente al PP y Junts.

Pedro Sánchez, como es sabido, tiene una ideología basada en un doble objetivo: potenciar su figura y garantizar su poltrona, su poder y prebendas. Y para eso, todo le vale.

Él sabe, perfectamente, que la sociedad, en general, tiene unas rentas medio / bajas, que tienen que hacer verdaderos equilibrios para llegar a final de mes.

Así que es consciente la ciudadania se moviliza y vota para defender las necesidades básicas, como explicó Abraham Harold Maslow (1908 – 1970) con su famosa pirámide, que no volveré a explicar, para no hacerme pesado; y, en esa situación se cumple perfectamente, el refrán ‘es la economía, estúpido’, frase popularizada por Bill Clinton en su campaña electoral de 1992, contra George H. W. Busch, y que le llevó a la presidencia de los EUA.

La frase original ‘the economy, stupid’ fue ideada por James Carville (*), estratega de la campaña electoral de Clinton, para derrotar al que parecía imbatible Bush (90 % de popularidad), debido a sus éxitos en política exterior (fin de la Guerra Fría y Guerra del Golfo Pérsico); pero, con esa frase mágica, Clinton dio un giro a la campaña, poniendo en primer lugar a la economía doméstica y, como sabemos, Clinton consiguió 370 votos electorales, contra los 168 de Bush padre.

(*) Carville pegó un cartel en las oficinas centrales de campaña, con tres puntos:

  1. Cambio vs. más de lo mismo.
  2. La economía, estúpido.
  3. No olvidar el sistema de salud.

aunque el cartel era solo un recordatorio interno, la segunda frase se convirtió en el eslogan que resultó ganador.

Siguiendo con Wikipedia, esa frase se instaló en la cultura política estadounidense y también internacionalmente (…) y ha sido utilizada para referirse a otras cuestiones consideradas esenciales, como ‘es el déficit, estúpido’, ‘es la empresa, estúpido’, ‘son las matemáticas, estúpido’, ‘son los votantes, estúpido’, etc.

Pues bien, Pedro Sánchez aplica, ahora ‘son las pensiones, estúpido’, ‘son las subvenciones, estúpido’, etc., estando convencido que le llevará al éxito y a la aniquilación de la oposición.

Así, sin el menor pudor, Sánchez utiliza a la ciudadanía cautiva, como un recurso para sus propios fines; y el colmo es que nos revierte la crítica, diciendo que son los otros, los que utilizan a la ciudadanía. Pero está claro quién ostenta el poder, rige el BOE, y podía haber fraccionado el paquete legislativo. 

Y sabemos que esa es una estrategia que es populista y, que, a medio plazo, potencia y favorece a los populistas profesionales, es decir, a la derecha y extrema derecha. Los resultados electorales de los EUA son una clara muestra de esa involución provocada de forma irresponsable.

Y claro, así tenemos a Ronald Trump, otro narcisista de manual, que no requiere profundos análisis psicoanalíticos, solo hace falta ver los rotuladores y su firma. Ya lo dice el refrán: ‘dime de lo que presumes y te diré de lo que careces’.

Y esa irresponsabilidad de teóricos ‘líderes’ de izquierdas, se expresa, perfectamente, en Pedro Sánchez, un personaje que tiene una clara estrategia, como he dicho, pues, el día de la no aprobación del proyecto ómnibus, estaba en Davos, Suiza (nunca desaprovecha plataformas internacionales, que ‘le van como a un tonto un pirulí’), y, al día siguiente, ayer, tenía programada una reunión con algunos de los alcaldes de las poblaciones afectadas por la DANA (obviando invitar al presidente de la Generalitat Valenciana; así ‘respeta’ las instituciones y la separación de poderes, claro).

Sánchez sabía que el PP y Vox votarían en contra, pero, hasta el último momento, estaba convencido que Junts no se atrevería a votar en contra, que le temblarían las piernas.

Por eso, Sánchez se presentó en Valencia como si fuera el amo, el patrón, el señorito cacique, que visita a sus súbditos, y les promete nuevas inversiones (improvisadas, al margen de las incluidas en el citado ómnibus). Y, claro, a la par, aprovechar para criticar al PP y Vox, por votar en contra de las mágicas medidas incluidas en el macro proyecto ómnibus. Sánchez ‘no da puntada sin hilo’, para eso tiene a sus estrategas monclovitas, para tenerlo todo calculado, ‘obrando siempre con la intención de buscar el propio beneficio o provecho’.

Vicent Partal, en su siempre clarividente editorial de Vilaweb, titulada ‘Xe! Això ho pague jo’ (eh, esto lo pago yo), expone la chulería de Pedro Sánchez, anunciando que:

‘él pagaría el 100 % del coste de las reparaciones de los bienes municipales dañados (…) el presidente del gobierno español es un fanfarrón profesional y todos, por desgracia, hemos de soportarlo. No es un hombre serio. No se toma de forma seria el cargo que tiene. Una persona que le conoce muy y muy bien me lo definió como un adicto a la adrenalina, alguien que vive solo por el juego y el riesgo, especialmente del riesgo personal, sin mostrar nada su interés real por la gobernación de los asuntos públicos ni por la comunidad, por la población, que ve solo como peones de sus juegos. Cuando se lo pasa mejor, me explicó, es durante la campaña electoral o preparándola, cuando se ha de dedicar a morder a los oponentes.

(…) ha tardado ochenta y un días a volver a Valencia, ochenta y uno. Ahora lo paga todo -que los valencianos, por experiencia propia, sabemos de sobras que esto es una mentira- pero ¿por qué no lo pagaba el 12 de enero? ¿o el 21 de diciembre?, ¿o el 14 de noviembre? ¿cómo es que tarda ochenta y un días para decir que lo pagará todo? ¿ochenta y un días durante los cuales las instalaciones que ahora él dice que reparará, se han podrido, en muchos casos sin remedio? ¿qué interés le mueve ahora? ¿Por qué si le moviese el interés de ayudar, debería explicarnos en qué pensaba los ochenta y un días anteriores, no? (…)

(Vilaweb, 23 enero 2025)

Partal continúa argumentando que Pedro Sánchez tenía otras alternativas, que sólo dependían de él, y que podría haber tomado el minuto uno: la condonación total o parcial de la deuda ilegítima, ya que, incluso, ahora, la Generalitat Valenciana sigue pagando intereses ilegítimos al estado; y nos recuerda las inundaciones de 1957, y, como remedio, Franco adoptó a los valencianos como hijos suyos, pero, la recuperación la pagaron los propios valencianos con la sobretasa en el correo postal. 

Por eso acaba su escrito con la frase: ‘Callo ya, porque es que reventaría…’, una frase que estoy convencido que muchos asumimos, viendo como actúa el narcisista personaje Pedro Sánchez, la Generalitat catalana (Illa) y el ayuntamiento de Barcelona (Collboni), ocupados por mindundis (insignificantes e irrelevantes) de tercera categoría, que son meros palmeros.    

Y, como hemos visto, Pedro Sánchez sigue manteniendo su trágala, aplicando los populares refranes ‘son lentejas, si quieres las comes y si no, las dejas’; ‘lentejas, comidas de viejas, si quieres las tomas y, si no, las dejas’. Esa es la forma incrustada en su ‘cultura’ de conquistador castellano: la de hacer pasar por el tubo a sus enemigos.

(Nota: las lentejas son recurrentes en diferentes circunstancias: en la Biblia Esaú le vendió la primogenitura a su hermano Jacob, por un plato de lentejas’; en culturas actuales, son un símbolo de abundancia y buena fortuna, especialmente, en Año Nuevo; etc.) 

Ese pensamiento castellano, lo reflejó muy bien Miguel de Cervantes Saavedra, en el inicio de ‘El Quijote’:

‘En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla algo más de vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes y algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda’.

Así, Pedro Sánchez, manteniéndose firme en no querer subdividir el proyecto de ley ómnibus, mantiene un bloqueo estratégico, a pesar del coste social, ya que, muchos ciudadanos vieron ayer que sus viajes se encarecían (los del área metropolitana de Barcelona, lo harán en breve)

Segú Wikipedia, un bloqueo, originariamente, es un esfuerzo para cortar el suministro de alimentos, provisiones, material de guerra o comunicaciones de un área en particular por la fuerza (…) así el sitio, el asedio, se dirige a todo un país o región.

Pues bien, Sánchez, no aceptando que no tiene la mayoría parlamentaria, impone la potencia del estado para intentar aplicar sus decisiones, obviando sus propias debilidades. Esa es su forma de bloquear a la oposición; como el poder judicial bloquea la ley de la amnistía, etc.

Y claro, Sánchez tiene a su favor los principales medios de comunicación subvencionados y ‘comprados’, para responsabilizar al PP y Vox, pero, paralelamente, a Junts, y devaluar, más si cabe, el movimiento independentista.

En esa misma línea amoral y falta de ética, vemos que los principales sindicatos (siempre subvencionados, comprados), patronales empresariales, etc., histórica y vergonzosamente unionistas españoles, se apuntan al carro del actual poder.

Y claro, la ciudadanía, manipulada, mal informada, y alarmada, se movilizará para ‘defender las pensiones y ayudas’, y los lemas serán contra la derecha y … contra Junts, contra Carles Puigdemont.

En los meses previos al referéndum, del 2017, todos los poderes del estado amenazaban que si nos independizábamos, el estado no asumiría las pensiones; si bien legalmente hubiera estado obligado a seguir satisfaciendo, por eso habíamos cotizado. Esa fue una de las estrategias del estado, para atemorizar a la ciudadanía. No se puede ser más servil y malvado.

Por desgracia, pocos seremos los que no caigamos en esa trampa para dinosaurios, por más que también necesitemos esas medidas, pues hemos cotizado para ello, y se han de proteger nuestros derechos.

En definitiva, que tenemos que soportar al trilero, tahúr y mentiroso Pedro Sánchez, un personaje que, encima, traslada la culpa y la responsabilidad del ‘dolor social’ a Junts, PP y Vox. Y eso confirma su maldad, su perversidad.

Pero sabemos que, precisamente, el culpable e irresponsable es él, únicamente él (y sus palmeros, claro), pues tienen una insensibilidad al dolor social, casi podría colgárseles la etiqueta de alexitímicos (‘a’, negación; ‘lexis’, palabra o acción; ‘thymos’, emoción), es decir, sujetos responsables del sufrimiento de los demás, patología emparentada con la ‘insensibilidad hereditaria sensitiva autonómica o analgesia congénita’, que define a las personas afectadas por no presentar sensación de dolor. Y, en definitiva, personajes sin la menor empatía, insensibles, indiferentes, fríos, duros, crueles, impermeables, inconmovibles, etc.

Sánchez, efectivamente, siente dolor, al ver atacada su imagen y a su familia, pero nada mas; a nivel global, social, ni un ápice de sentimiento. 

Y claro, esos nefastos personajes, con su forma de actuar, son los que propician que la derecha extrema y extrema derecha acaben tomando todos los poderes, entonces sí que estará en su plena salsa el infumable Felipe VI.

Y la ciudadanía deberemos seguir asumiendo los trágalas que les interese.

Así que, en este momento crucial, los independentistas debemos ser mucho más beligerantes, pacíficamente beligerantes, y a cada acción represora, debemos contestar con una reacción de protesta, donde y cuando les haga más daño. 

Y, asimismo, debemos asumir, por todos los medios y canales, una acción didáctica, pedagógica, para evitar el contagio pesimista que nos imponen, e impedir que la mayoría caiga en la trampa que ha planteado Pedro Sánchez, es decir, que acabemos criticando a Carles Puigdemont, pues eso sería un simple servicio a los represores, y una traición, la definitiva, a nuestros principios y a nuestro movimiento independentista.