Este momento político, en el que vemos cómo la derecha y la extrema derecha van ganando posiciones en muchos países, a mi modo de ver, refleja una gran confusión y desorientación, en definitiva, un gran desconcierto, como intento explicar seguidamente.
Es interesante señalar que el término ‘desconcierto’, etimológicamente, proviene de ‘desconcertar’, compuesto con el prefijo romance ‘des’ (inversión de la acción) sobre el verbo concertar (del latín ‘concertare’, debatir, tratar de llegar a una conclusión, disputar, pleitear, rivalizar, combatir)
(https://etimologias.dechile.net)
A mi modo de ver, la situación actual se caracteriza por un excesivo debate, disputa, competición, etc.; pero, más que para tratar de llegar a una conclusión, que nadie tiene, para derrotar, ridiculizar y despreciar al considerado enemigo. Pero, lo importante es que incluso nos confundimos de enemigo, pues para los independentistas, el ‘enemigo’ debería ser, exclusivamente, el estado español, y no los otros partidos teóricamente independentistas.
Esther Vera, directora del Ara, en este diario de hoy, publica una entrevista a Judit Carrera y a Josep Ramoneda (directora actual y primer director del CCCB), con motivo del 30 aniversario del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Y de esa entrevista me parece interesante la siguiente pregunta y respuesta de Judit Carrera:
‘Hace treinta años, decía Josep, había una cierta euforia ¿qué es lo que tenemos ahora? ¿un cierto desconcierto?
Desconcierto es una muy buena palabra, pues refleja la doble sensación de desorden y desorientación. Hay una sensación de incertidumbre, de complejidad, también de un cierto miedo respecto al futuro, porque estamos viviendo un cambio de época en tiempo real y con una velocidad muy grande, y hay la sensación que se está transformando incluso la misma noción de qué significa ser humano. Nos estamos fusionando con las máquinas, las máquinas empiezan a pensar, se está empezando a hablar del debate sobre si tienen consciencia, las máquinas escriben, nos preguntamos cual es el futuro del trabajo, cual es el futuro de la educación… Son interrogantes de una magnitud muy grande que generan mucho interés, mucha fascinación y mucha curiosidad, pero también muchos interrogantes y mucho miedo. Y en momentos de miedo la reacción acostumbra a ser, querer parar y tirar un poco atrás, y esta es la reacción que está habiendo en muchos gobiernos del mundo, en Europa y también muy cerca de nuestra casa, para intentar dar una seguridad que en realidad no volverá nunca, por más que se pretenda.’
(Ara, 4 de marzo 2024)
Esta clara y pertinente descripción, me parece que podemos aplicarla a la perfección al momento actual de nuestro movimiento independentista, pues estamos en un momento de tránsito.
Y, en esos momentos de miedo ante la incertidumbre (y por la continuada represión), como dice Judit Carrera, la reacción acostumbra a ser conservadora, retrógrada, confiando, equivocadamente, ‘que el pasado (autonomista) fue mejor’.
Pero, precisamente, en estos momentos de tránsito, de reconfiguración y redefinición, deberíamos ser capaces de tener una visión positiva e ilusionante, para trabajar por conseguir nuestra futura República Catalana, que, ineludiblemente, deberá ser mucho mejor que la situación actual.
Sobre el particular, el president Carles Puigdemont, en un tuit de ayer, dijo:
‘Lo que me mantiene cada día en espíritu de combate es reemprender el hilo allá donde lo dejamos. Continuar sobre aquella obra hecha para continuarla’
Según diferentes informaciones, Puigdemont da por hecha la amnistía y llama ahora a empezar una nueva etapa que requiere prepararse para la ‘confrontación’ y la ‘unilateralidad’.
Es verdad que todavía faltan unos días, hasta este próximo jueves, para finalizar el pacto por la ley de la amnistía, y la situación parece estancada, a pesar de que ERC, Sumar, etc., partidos que no participan en la negociación entre el PSOE y Junts, se feliciten por el pronto acuerdo.
Pero el PSOE sigue obcecado en no eliminar la exclusión del terrorismo y de la traición (mostrando, así, una cierta sumisión al poder judicial); Sumar y ERC consideran que el actual proyecto ya está suficientemente blindado, por lo que Pere Aragonès, manifiesta que no debemos infravalorar este proyecto, y, si en el futuro se detectan lagunas, ya se actuará en consecuencia (y eso no deja de ser una visión infantil e interesada)
Ante esta tesitura, y sin una mayor información, me parece que, si no hay ninguna modificación al respecto, Junts lo tendrá verdaderamente difícil para votar favorablemente, sin traicionar los argumentos mantenidos hasta ahora.
Efectivamente, aprobar una ley de la amnistía que deje fuera a Carles Puigdemont, a Rubén Wagensberg, y a un buen grupo de independentistas (curiosamente, hace semanas que ya no se habla de Marta Rovira (ERC)), es muy difícil de justificar.
El problema principal es la falta de confianza.
Respecto al estado español, siempre debemos desconfiar, la larguísima experiencia de incumplimientos y mentiras, no dan para más.
Pero deberíamos superar la desconfianza entre los partidos ‘independentistas’; sé que es muy difícil, dados los intereses partidistas y particulares que se anteponen a los intereses colectivos. Y ese es el verdadero núcleo duro, el nudo gordiano.
Por eso me parece que puede ser didáctica la siguiente fábula:
‘Fábula de los hombres caídos en un pozo
Venían caminando dos personas por el bosque discutiendo a viva voz ya que se odiaban desde hacía mucho tiempo. Tan enfrascados en la discusión estaban que no advirtieron que había una trampa y cayeron en un pozo de unos cuatro metros de diámetro y tres de profundidad.
Todavía con el desconcierto por la caída y el golpe contra el fondo, se dieron cuenta que en el pozo había también una niña y un niño de unos ocho años que los miraban con sus ojos muy abiertos.
Por sí solos, ninguno de ellos podría salir de la trampa. Arriba colgando de una gruesa rama de un árbol, se veía una polea con una fuerte soga. Uno necesitaba del otro para poder alcanzar el borde. Uno de ellos debía montar al otro sobre sus hombros para lograr tal cometido.
El problema es que reinaba entre ellos una enorme desconfianza producto de sus históricas desavenencias. Ninguno estaba dispuesto a levantar al otro por miedo a que se fuera dejándolo atrapado y sin salida.
Mientras los hombres discutían, ambos niños los miraban en silencio con lágrimas en los ojos.
La única solución posible era que dialogaran, negociaran, acordaran y fueran construyendo una confianza mutua en el proceso.
El hambre y la sed no daban mucho tiempo para lograr el consenso. Sus vidas, y las de los dos niños, dependían de ello. Sólo así, respetando al otro, acordando y cediendo, podría escapar primero uno para luego ayudar con la cuerda a los otros. Lo contrario representaba una muerte segura para los cuatro’
Como he dicho, no podemos confiar con el estado español, y tampoco con Pedro Sánchez y su gobierno ‘chupi guay’, ya que ayer vimos, de nuevo, que según la información conocida respecto al primer semestre del pasado 2023, Catalunya sigue siendo castigada, pues en ese período únicamente se ejecutó el 16,3% de los presupuestado, siendo, así, la penúltima comunidad autonómica (la última fue Cantabria, con un 15,2%), pero las otras: La Rioja y Madrid (un 52,7% respectivamente), Illes Balears (47,3%), Navarra (43,4%), etc.; en definitiva, 7 comunidades superaron el 40% de los presupuestado, otras 4 ejecutaron entre el 30 y 40%; 5 comunidades entre el 20 y el 30%; y sólo 3 comunidades, ejecutaron menos del 20 % (Islas Canarias, Catalunya y Cantabria)
Según la ley 47/2003, General Presupuestaria, de 26 de noviembre, en su artículo 135 establece que la intervención General de la Administración del Estado, con periodicidad semestral, pondrá a disposición de las Cortes Generales, a través de su Oficina Presupuestaria, información regionalizada sobre el grado de ejecución de la inversión real del Sector Público Estatal.
Pero, como señaló la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero Cuadrado, esa información dejarán de publicitarla, ya que genera controversias (como las generaría la publicación de las balanzas fiscales). Vaya ejemplo de ‘transparencia’; pretenden que esconder la cabeza (la información) bajo el ala, sea suficiente para calmar los ánimos y deseos de información.
Y así, vemos que desde hace décadas seguimos castigados; incluso Pedro Sánchez incumple sistemáticamente sus compromisos, pues en el 2021 pactó con ERC, a cambio de aprobar los presupuestos generales del estado, incluir una disposición adicional titulada ‘Seguimiento de las inversiones en Catalunya’, fijando un encuentro cuatrimestral para seguir el grado de ejecución de las inversiones en Catalunya. Pero esas reuniones no se han llevado a cabo, y ahora avisan de que no darán esa información.
Y aún así, ERC sigue apoyando a ciegas al PSOE; un apoyo incomprensible.
Igualmente, ERC apoya y hace todo lo posible, para que Junts apruebe la ley de amnistía, con las limitaciones actuales; y eso, a mi modo de ver, únicamente tiene una lectura lógica, que es seguir vetando a Carles Puigdemont, para que no vuelva, que no se pueda presentar a las próximas elecciones (incluso, que no pueda presentarse a las elecciones europeas del próximo mes de junio) Ese es el pánico de Oriol Junqueras, esa es su ‘ética’ y su ‘moral’.
Eliminar a su mayor ‘oponente’, usando para eso todas las malas artes posibles, debería ser suficiente motivo para que no recibiera ningún voto de la ciudadanía ‘libre’, ya que de los cientos y miles de paniaguados que su salario y prebendas dependen directamente del partido y gobierno de ERC, ya se sabe que no son ‘libres’, pues vendieron su alma.
Como he dicho, ‘curiosamente’ ya no se habla de la imputación de terrorismo a Marta Rovira (ERC), por lo que dudo de que el juego sea ‘limpio’ tampoco en este aspecto.
Por todo esto, me parece que, como en la fábula, seguiremos muchos años más dentro del pozo.
Un compañero de Meridiana Resisteix, la manifestación en la avenida Meridiana de Barcelona, me ha comentado que el final de mi escrito de ayer, fue demasiado pesimista.
El final, de ese artículo de ayer sobre la corrupción fue el siguiente:
En definitiva, que los ciudadanos críticos, que no tenemos ningún poder, formamos y seguiremos formando el colectivo de los PERDEDORES, ante esa gran pandemia de aprovechados y de esos líderes extractivos, pero espero que un día, que seguramente ya no veré, alguien escriba la HISTORIA DE LOS PERDEDORES CATALANES de forma clara y objetiva, pues sería útil a nuestros nietos.
Y visto el actual panorama, desgraciadamente, sigo con ese gran pesimismo, que me encantaría poder superar o, al menos, ver la luz al final del túnel (y que no fuera el tren que viene en dirección contraria)