Ayer, 10 de enero, en el congreso de diputados el gobierno de Pedro Sánchez consiguió aprobar dos decretos ley (y otro fue rechazado), gracias a un regateo de contrapartidas, que, como sabemos, siempre acaban presentando trampas, como explico en este escrito, centrándome en algunos ejemplos.
Los especialistas en leyes advierten que hay que leer bien la letra pequeña de todos los contratos de compra / venta, e, igualmente, en las leyes y reglamentos, pues, a menudo, contienen una trampa que suele pasar desapercibida por los profanos y que determina su factibilidad.
Como dice un refrán anglosajón, ‘El diablo está en los detalles’, si bien otras versiones consideran que la frase original, atribuida al escritor Gustave Flaubert, (1821 – 1880) era justo al revés: ‘El buen Dios está en los detalles’, y que, posteriormente, fue el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe (1886 – 1969), que lo transformó en ‘El diablo está en los detalles’. Sobre el particular hay otros muchos refranes, como el que dice que ‘los pequeños detalles son los que marcan la diferencia’.
Independientemente del origen de la frase, la realidad práctica que me interesa resaltar es la de que es el diablo, el que se esconde en los detalles, es decir, que la visión general de una ley, o de un contrato cualquiera, puede parecer aceptable, pero que, al descender a los detalles (la letra pequeña), haya algún aspecto que puede incluso pervertir dicha aceptabilidad; por lo que se recomienda ser siempre muy minuciosos, cuidadosos (el término ‘cuidado’ viene del latín ‘cogitatus’, pensar, poner atención), antes de firmar o aceptar algún contrato.
Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones (1863 – 1950), tres veces jefe de gobierno de España con Alfonso XIII y 17 veces ministro, decía a los diputados: ‘Hagan ustedes las leyes y déjenme a mí hacer los reglamentos’, pues la ley, voluntad del legislativo, es la norma máxima, pero el reglamento, generalmente es obra del ejecutivo, es el que desarrolla la aplicación de esa ley y, en consecuencia, es el que puede introducir todo tipo de dificultades, de minas, que compliquen o imposibiliten la aplicación genérica prevista en la ley en cuestión. En esa línea, Pio Cabanillas Gallas, notario y ministro de justicia (1923 – 1991) dijo: ‘Hagan ustedes la norma, que yo me encargaré de interpretarla’.
Por eso el ilustrado Napoleón Bonaparte /1769 – 1821) era muy aficionado y cuidadoso con los reglamentos, desde el uniforme de sus soldados, hasta las pensiones de los inválidos.
Pero vemos que, en el reino español, por ejemplo, los reglamentos conforman un verdadero mundo aparte, parecido a un verdadero ‘mar de los Sargazos’; y la explicación que se da, es que ha de ser así, ya que, generalmente, no se cumplen las leyes.
Esa súper reglamentación es habitual en dictaduras, o en el caso español, heredero del franquismo. Esos estados reacios a la democracia recuerdan al rey francés Luis XIV que decía que ‘el estado soy yo’, es decir, ‘el reglamento soy yo’, pues siempre tienen a mano un reglamento que les justifique.
Por eso, en su tiempo se hizo popular la expresión ‘ser un Romanones’ (en referencia al político citado con anterioridad), como sinónimo de ‘cacique de gran riqueza’, pues no tuvo reparos en comprar los votos precisos, como reconoció en sus propias memorias (‘Notas de una vida’, 1947)
En la actualidad, podríamos popularizar la expresión ‘ser un Pedro Sánchez’, en referencia a su capacidad de gran tahúr, pues hoy promete blanco, y mañana hace negro, como hemos visto de forma reiterativa a lo largo de sus gobiernos. Y ayer, tuvimos nuevas muestras, que no me sorprenden, pero que alucino al ver cómo pican los señuelos los diferentes políticos, ya sean de Junts o de ERC.
Como ejemplos, calentitos, tenemos las cesiones acordadas ayer por Pedro Sánchez, para obtener el NO voto de Junts, pero que esta mañana ya ha matizado su fiel escudero, el ministro Félix Bolaños, como se puede ver en los siguientes temas:
1 – El compromiso de Pedro Sánchez, de transferir íntegramente las competencias en inmigración, como había solicitado el president Carles Puigdemont en su discurso de primeros de setiembre pasado, desde Bruselas.
Pues bien, Bolaños comenta que ese traspaso se efectuará mediante una ley orgánica de delegación de competencias y recursos, de acuerdo con el artículo 150.2 de la constitución, por lo que no se tocará ningún aspecto de esa ley, así que ese traspaso integral no lo será en absoluto, ya que no comportará el control de fronteras, ni la determinación de la cantidad de inmigrantes, ni el reconocimiento de la ciudadanía, ni el régimen de retorno al país de origen, ni el control de los CIES (centros de internamiento de extranjeros, mientras no se determina su futuro), etc., (pues sobre todo ello, el sindicato de la policía nacional (Jusapol) ya había puesto el grito en el cielo); así que el traspaso se limitará a la administración y redistribución interna en Catalunya.
Ese es el concepto de ‘integral’ que utiliza Pedro Sánchez, lo ofrece en los pactos, y después los limita en los reglamentos. Ya lo vimos en el traspaso integral de la red de trenes de cercanías, al final reducido a unos pocos tramos, y en coordinación en base a un nuevo ente que cogestionarán los gobiernos español y catalán.
2 – Respecto a la publicación de las balanzas fiscales entre Catalunya y España, ahora dicen que publicarán los datos para que cualquier administración pública o centro de investigación puedan aplicar su metodología y publicar sus conclusiones.
Las balanzas fiscales deben reflejar el saldo entre el gasto y las inversiones que hace el estado en una determinada comunidad autónoma y los ingresos que aporta esa comunidad, vía impuestos.
Desde hace años se hicieron populares los métodos de cálculo de dichas balanzas, siendo los principales el del flujo monetario y el del flujo del beneficio, con resultados notablemente diferentes:
‘Si se utiliza el primer método, quiere decir que se considera que los ingresos que recibe la administración central proceden del territorio donde se aplica la capacidad económica que se somete a gravamen, es decir, donde se localiza la renta, la riqueza o el consumo, y que el gasto realizado por la administración central se imputa en el territorio en que ésta se materializa.
En cambio, si se utiliza el enfoque del flujo del beneficio, los ingresos recibidos por la administración central se imputan en el territorio donde se estima que hay los individuos que realmente acaban soportando la carga fiscal, mientras que los gastos realizados por la administración central se imputan al territorio donde residen los individuos que se benefician, sea cual sea el lugar donde se producen los servicios públicos o dónde se materialicen las inversiones’.
(https://idpbarcelona.net)
Y, claro, ambos métodos comportan resultados muy diferentes, pues, a modo de ejemplo, con el método de los beneficios, el gobierno central imputa a todos los españoles, las inversiones en el museo del Prado y demás museos de Madrid, del aeropuerto de esa ciudad, del instituto Cervantes, etc., Y eso no deja de ser más que una forma de favorecer a la comunidad de Madrid, en detrimento de las otras comunidades.
Es preciso recordar que el gobierno de Mariano Rajoy (PP), con Cristóbal Montoro al frente del ministerio de hacienda, encargó un estudio sobre los flujos fiscales entre el estado y las respectivas comunidades autonómicas y publicó el ‘sistema de cuentas públicas territorializadas para los ejercicios 2011 – 2014), con un gran detalle de información, así como las bases de cálculo utilizadas, información que, posteriormente se facilitó hasta el 2016.
Pero desde ese año, y ya con Pedro Sánchez en el gobierno, éste se ha negado a facilitar esa información, a pesar de las reiteradas peticiones efectuadas por la Generalitat, negándose, de ese modo a la transparencia precisa.
En al año 2019, el conseller de economía de la Generalitat, Jaume Giró hizo su propio cálculo, determinando que el déficit catalán ascendía a 20.196 millones de euros, equivalente al 8,5% del PIB catalán, lo que comporta una gran asfixia para nuestro país, obviamente.
Pues bien, está perfectamente claro que, el ‘compromiso’ de ayer de Pedro Sánchez, se ha quedado hoy en la publicación de la información, para que cada comunidad se calcule su balanza, en función de sus necesidades; esa es la ‘transparencia’ que ahora nos venden.
Pero, claro, una vez efectuadas las balanzas, por ejemplo, por la Generalitat, el gobierno central no se verá obligado ni concernido en absoluto, ya que atribuirán a diferencias de criterio de cálculo, descalificando, de ese modo, los resultados, que, de ese modo, no servirán para nada, salvo para crispar más el ambiente político y mediático.
En eso queda el ‘compromiso’ del trilero Pedro Sánchez, que seguirá durmiendo en la Moncloa, tan plácidamente, ya que no tiene escrúpulos ni remordimientos.
3 – El reconocimiento de los derechos históricos de Catalunya, en materia de régimen local, que es fundamental para conseguir acuerdos singulares en distintos ámbitos, para superar ‘el café para todos’ que siempre ha aplicado el estado español. Y ese ‘reconocimiento’ hasta que no se detalle en qué consiste y a qué afectará, no deja de ser un brindis al sol, que Pedro Sánchez ‘olvidará’.
4 – Con relación al artículo 43 bis de la ley de enjuiciamiento civil que había alarmado a Junts, ya que daba más carta blanca (más de la que ya tienen) para cursar prejudiciales al tribunal de justicia de la UE, y, así, demorar la aplicación de las amnistías. El PSOE decía que no afectaba en absoluto, y que, además, la transposición de esa exigencia de la UE, era un requisito básico para recibir 10.000 millones de euros de los fondos comunitarios.
Pues bien, el acuerdo de ayer, extraño donde los haya, gracias al no voto de Junts, se aprobó la inclusión de ese artículo, pero teniendo el compromiso de Pedro Sánchez de eliminarlo en la tramitación; así que lo de la exigencia de la UE, y del riesgo de los fondos, nada de nada, todo mentiras para forzar a Junts; salvo, claro, que dentro de unos días, Sánchez se saque de la manga un nuevo truco, y supere al Mago Pop.
Y así podríamos sacar más ejemplos, pero con estos 4, que son los más relevantes, me parece que queda claro que una cosa es acordar algo, otra distinta, efectuar la ley y/o reglamento, y, finalmente, el resultado en cuestión. Ya henos tenido muchos ejemplos, pues cada año vemos los presupuestos de inversiones del estado (que siempre son una lluvia de millones, pero que después las ejecuciones finales en Catalunya, no llegan al 50% de lo previsto, mientras que en Madrid superan con creces lo presupuestado)
En definitiva, que me asombra que nuestros políticos, en concreto Miriam Nogueras (la portavoz de Junts en el congreso), ingenuamente, ayer apareciera exultante en todos los medios de comunicación, como si hubiera conseguido todo el ‘oro del Perú’; sin recordar, por ejemplo, que al inicio de las negociaciones entre el PSOE y Junts, se acordó quitar las cortapisas que impiden que el president Carles Puigdemont tenga la legal escolta precisa, pero que al día de hoy, la abogacía del estado (que depende de Sánchez) y el ministro de interior Grande-Marlaska, siguen ‘viendo problemas técnicos’ para cumplir con ese compromiso.
Muchos somos más realistas y, como señalé ayer: ‘el pesimista es un optimista con experiencia’ (François Truffaut, 1932 – 1984), y preferimos desconfiar del estado español, pues no olvidamos, ni perdonamos. Tenemos demasiadas cicatrices, demasiadas heridas abiertas.
Sé que todo es complejo, máxime dada la absurdidad de tantas mesas de diálogo, ya que, por ejemplo, que Junts haya obtenido un cierto traspaso de competencias en inmigración, en realidad afecta directamente al gobierno de la Generalitat (ERC) que es el que finalmente deberá implantar los flecos que les deleguen, tras reuniones en las que se tendrán que puntualizar muchos aspectos formales; reuniones a las que no asistirá Junts. En definitiva, todo un despropósito.
Por eso deberíamos ser capaces de olvidar los personalismos, en todos los niveles y ámbitos (desde las bases hasta las cúpulas), e ir juntos, coordinados, y buscar la mayor simplificación en todos los órdenes. Sólo así podremos obtener, quizás, éxito.
Un día a Cecil Walter Hardy Beaton ( 1904 – 1980) (fotógrafo y modista inglés, diseñador del vestuario de la película ‘My Fair Lady), que consiguió 3 premios Óscar y 4 premios Tony, le preguntaron:
¿Qué era, para él, la elegancia?, y respondió: ‘agua y jabón’, o sea, que lo elegante es lo sencillo.
Es decir, como dijo el ya citado Mies Van der Rohe, refiriéndose a la arquitectura, pero que rápidamente se generalizó: MENOS ES MÁS (less is more); MÁS ES MENOS (more is less) (fundamento del minimalismo)
Pero como hay opiniones e intereses para todo, el arquitecto Robert Venturi (1925 – 2018) contestó a Van der Rohe, con su frase, también famosa: ‘less is a bore’ (menos es un aburrimiento), fundamento del maximalismo.
En definitiva, que tenemos mucho trabajo, pero sin olvidar que, según Paulo Coelho (n. 1947: ‘debemos aceptar lo que la vida nos ofrece; todos los vinos deben ser probados; algunos solo deben ser sorbidos, pero de otros debemos beber toda la botella’.
Y teniendo siempre presente el mensaje del siguiente meme, que me envió un amigo, compañero de manifestación:
‘Sólo entre gente de bien puede existir la amistad, ya que la gente perversa sólo tiene cómplices, la gente interesada tiene socios, la gente manipuladora tiene víctimas, sólo la gente buena tiene amigos’ (François Marie Arouet, ‘Voltaire’, 1694 – 1778)