Seguidamente explico una leyenda, que me servirá para aplicarla al caso español; si bien, como muchas de las leyendas, ésta también es falsa, como expondré a continuación de la misma. Ahora bien, su moraleja es igualmente válida y pertinente.
Leyenda del ‘dilema de Omar’
“Cuentan que el Califa Omar cuando entró con su ejército en la ciudad de Alejandría, ante las puertas de la celebérrima biblioteca de dicha ciudad, se planteó el siguiente dilema. O los libros de la Biblioteca de Alejandría cont6ienen las enseñanzas del Corán o no las contienen. Si contienen las enseñanzas del Corán, son superfluos y, si son superfluos, deben ser quemados. Si no contienen las enseñanzas del Corán, son nocivos y, si son nocivos, deben ser quemados. Por consiguiente, los libros de Alejandría deben ser quemados.
En Lógica se estudia este caso como ejemplo del falso dilema, que es aquel que excluye otras posturas defendibles. Es decir, no interviene la razón, el razonamiento, pues la decisión está tomada de antemano, por mucho que se quiera presentar con vestido racional. Los libros debían de ser quemados, porque así lo quería el Califa Omar.”
Historia:
“Los árabes nunca pudieron haber quemado la Biblioteca de Alejandría en 642 d. C., por la sencilla razón de que ésta hacía 250 años que ya no existía. Había sido destruida, en 391 por los mismos fanáticos que 25 años después asesinaron a Hipatia, la mujer más lúcida de la Antigüedad”.
Aplicación en el estado español:
“Aval al tercer grado de los presos independentistas, tortazo a la Fiscalía y presión al Tribunal Supremo:
La juez de vigilancia penitenciaria número 5 de Catalunya, María Jesús Arnau, hizo pública ayer una interlocutoria en que desestima los recursos de la Fiscalía contra el régimen de semilibertad para Oriol Junqueras, Jordi Sánchez, Raül Romeva, Jordi Turull, Josep Rull, Joaquím Forn y Jordi Cuixart, que, asimismo, deberán seguir de momento en la prisión de Lledoners porque la magistrada considera que la suspensión del tercer grado se ha de mantener hasta que el Tribunal Supremo resuelva la cuestión en fase de apelación.
A la mesa de Manuel Marchena, llegará una patata caliente. El escrito de la juez es un revés durísimo para la Fiscalía y un dolor de cabeza para los magistrados del Supremo, que deberán desautorizar los argumentos de la magistrada si quieren revocar el tercer grado de los líderes independentistas. En un escrito muy duro, la juez tumba los argumentos del ministerio público y defiende que los líderes independentistas cumplen los requisitos necesarios para poder disfrutar de un régimen de semilibertad, ya que han pasado un ‘tiempo relevante’ entre rejas y se han cumplido los objetivos de ‘reeducación y reinserción’ de todos ellos.
(…)
Argumentación ‘decimonónica’:
A diferencia de lo que hizo el juez de vigilancia penitenciaria número 1 de Barcelona con Carme Forcadell y Dolors Bassa, -que continúan disfrutando del tercer grado-, la magistrada a la que corresponden los temas de Lledoners, si que aceptó la pretensión de la Fiscalía de suspender inmediatamente el régimen de semilibertad de los presos, en la interlocutoria hecha pública este miércoles, la juez carga las tintas contra la Fiscalía, a quien acusa de hacer una argumentación ‘sesgada, incompleta y tendenciosa’, para intentar revocar el tercer grado.
Especialmente crítica se muestra con la insistencia del ministerio público en la falta de arrepentimiento de los presos. La juez censura que se pretenda que la condena del Supremo se extienda también a una condena del itinerario penitenciario del preso, ‘obstaculizando e impidiendo’ que disfrute de permisos y beneficios corrientes, y recuerda que el mismo Tribunal Supremo rechazó fijar en la condena la obligación que los presos hubiesen de cumplir la mitad de la pena antes de poder acceder al tercer grado. En este sentido, subraya en diversas ocasiones que la normativa penitenciaria no ‘impone la obligación al condenado de arrepentirse ni de declararse culpable ni que prescinda de su declaración de inocencia’.
La dureza de la magistrada llega al punto de acusar a la Fiscalía de basar sus argumentos en principios como ‘la culpabilidad, el castigo y el arrepentimiento’, principios que considera ‘más propios de un sistema decimonónico’ que de la legislación actual.
Una tesis que reitera más adelante, cuando rechaza también las quejas del ministerio público por el hecho que los presos no hayan hecho un tratamiento específico sobre el delito de sedición. Un tratamiento que, apunta, ‘no existe en la administración penitenciaria moderna y actual del siglo XXI’.
La interlocutoria de Arnau todavía va más allá, y pone negro sobre blanco, lo que considera una actuación discriminatoria por parte del ministerio público. Según relata la juez, la voluntad de la Fiscalía de poner en cuestión los programas y actividades de reinserción de los presos y preguntar incluso por el número concreto de las sesiones realizadas y sus horarios, es un hecho inédito. ‘Un requerimiento de estas características el fiscal no lo ha planteado nunca en el caso de ningún interno del cual tenga noticia esta juez, ni siquiera en delitos muy graves con ejercicio de violencia contra personas, abusos sexuales a menores o casos de multireincidencia delictiva’, remarca la magistrada, que considera que de la argumentación de la Fiscalía se desprende la voluntad de ‘dar un castigo ejemplar’ a los condenados por el 1 de Octubre.”
(Gerard Pruna, 20/8, Ara)
Esta interlocutoria es del máximo interés, ya que pone en evidencia el estado profundo español, especialmente:
· “(…) Los argumentos del fiscal parecen descansar en principio s basados en la culpa, el castigo, el cumplimiento de las penas de prisión sin poder acceder al exterior, el arrepentimiento, etc. Estos principios, más propios de un sistema decimonónico e histórico del Estado anterior al siglo XX, y muy anteriores a nuestra Constitución y la vigente normativa penitenciaria, decaen delante de cómo se concibe actualmente la pena de privación de libertad”
· “(…) Ciertamente, el interno no ha realizado un programa específico de tratamiento para el delito de sedición, pero esto ha sido, lógicamente, porque el centro penitenciario no dispone de un programa a tal efecto, dada la falta de antecedentes actuales ni históricos relativos a este delito. En definitiva, podría decirse que en la administración penitenciaria moderna y actual del siglo XXI no existe un protocolo así”.
Ahora, todo vuelve a estar en manos del maquiavélico juez Manuel Marchena y, aunque la presente interlocutoria de la citada juez María Jesús Arnau sea legalmente contundente, todos sabemos que el tribunal supremo y la fiscalía retuercen y reinterpretan las leyes a su antojo y conveniencia. Por eso no podemos confiar en absoluto en una resolución ética y moral. Hemos visto muchas sentencias, son muchas décadas con ese poder judicial de mentalidad franquista.
En la película ‘Blade Runner’ de Ridley Scott (1982), el replicante Roy Batty pronuncia el siguiente monólogo delante de Rick Deckard (Harrison Ford):
‘He visto cosas que vosotros los humanos no os creeríais nunca. He visto como atacaban naves incendiadas más allá de Orión. He visto rayos C que brillan en la oscuridad de la Puerta de Tannhaüser. Todos estos momentos seguro que se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.’
(Wikipedia)
Nosotros, los independentistas catalanes hemos visto muchas cosas tanto del estado profundo, como del superficial, español, que los ciudadanos y jueces europeos sí que se lo creen, no así los españoles (salvo contadas excepciones como la juez citada, que, con esta interlocutoria ha arriesgado su carrera), y deberían ayudarnos para que empecemos a vivir, a decidir nuestro destino.
La respuesta de la caverna mediática española ya ha empezado la campaña de acoso y derribo de la juez María Jesús Arnau Sala, pero al no encontrar nada, recurren a atacar a su marido, el empresario constructor Ramón Serra Masip, socio y consejero de diferentes empresas que desde hace años han accedido a diversos contratos con la Generalitat de Catalunya, y es miembro del Consejo Asesor de Infraestructuras de Catalunya. Este es el estilo del estado profundo español, si no se puede atacar ni inventar nada directamente contra la persona específica, se indaga en su entorno, para, de un modo u otro ensuciar el prestigio de los ciudadanos que les son molestos.
Es una vergüenza, está claro, y es triste que muchos catalanes unionistas sigan sin querer oír al replicante, sin querernos oír, sin querer vernos, prefieren mirar hacia otro lado, pues ya les va bien; les pasa como a los habitantes de Hamelín, en el cuento de los hermanos Grimm ‘El flautista de Hamelín’ (1845), sobre el que me extenderé en otro escrito, pues facilita enriquecedoras lecturas, pero ahora, el presente ya es suficientemente largo. Ese cuento tiene muchas versiones e interpretaciones, pero deja claro que el no cumplir los compromisos comporta consecuencias; y el no comprometerse, también.
Y esa falta de compromisos, esa falta de interés es la argamasa que sustenta a los califas Omar, para que hagan y deshagan a su antojo y conveniencia.
Por eso, el juez Marchena, y todo el poder judicial, fiscal, policial, político, etc., sólo atienden y entienden lo que les interesa. Y lo que ven de los independentistas, si está dentro de la constitución (financiación justa, traspaso de las competencias debidas, cumplimiento de las obras públicas presupuestadas, etc.), es superfluo y deben quemarlo; si está en contra, obviamente, deben quemarlo también. Son los Torquemadas del siglo XXI, otra prueba importante fue ver que determinados artículos del Estatut aprobados en referéndum, y por el congreso y senado (previo cepillado por parte del PSOE, de manos de Alfonso Guerra), fueron impugnados por el PP, y, claro, el tribunal constitucional los anuló; pero esos mismos artículos fueron copiados e introducidos en los estatutos de otras comunidades autonómicas y nadie los impugnó, por lo que son plenamente válidos.
Por todo eso, y por otras muchas razones más, debemos independizarnos, será la única manera de salvarnos de la pira crematoria, y dejar de oler a chamusquina. En caso contrario, y como decía el replicante, seremos como lágrimas que se perderán en la lluvia, sin más, sin ninguna ilusión ni anhelo.
Amadeo Palliser Cifuentes