Mohandas Gandhi (1869 – 1948) fue el autor de la frase que he tomado como título del presente escrito: ‘el futuro depende de lo que hagas hoy’, y me parece muy adecuado, pues expresa que el futuro es ahora. El nefasto José Mª Aznar también escribió un libro titulado ‘El futuro es hoy: España en el cambio de época’ (2018), y Greta Thunberg, participó en el documental ‘Las voces del futuro’. Lo que confirma la subjetividad al respecto, como intento explicar seguidamente, pues todos queremos configurar lo inconfigurable.
Ayer, las juventudes de ERC (JERC) me dieron un nuevo mazazo, pues confiaba en su capacidad crítica, pero está claro que soy un iluso, y siempre me equivoco.
Las JERC, tras el congreso extraordinario de su consejo nacional realizado ayer, consideraron que ‘con el objetivo de mantener la unidad de nuestro espacio político, erigirnos en la verdadera garantía del cumplimiento de el acuerdo con el PSC, y haciendo valer la oportunidad histórica de condicionar una mayoría parlamentaria, acordamos emitir un voto afirmativo a esta investidura (…) queremos remarcar que tenemos una clara desconfianza con el cumplimiento de este acuerdo (…) pero las JERC asumimos una oposición dura, clara y contundente, y seremos absolutamente fiscalizadores que este acuerdo se despliegue (…) queremos dejar claro que los objetivos de liberación social y nacional de los Països Catalans continúan intactos para nosotros y, por lo tanto, nos comprometemos a actualizar nuestra estrategia política a largo término (…)’
A mi modo de ver, esta declaración es ambiguamente obtusa, pues, al fin y al cabo, es un reconocimiento y sometimiento al poder de la estructura de ERC.
Revisando la configuración del comité nacional de las JERC, veo que, de los 31 miembros, 15 son mujeres, así que hay un equilibrio de género, 12 nacieron antes del 2000; el más joven es del 2006; 3 son representantes de les Illes Balears, 2 del País Valencià y 1 de Catalunya Nord.
Por todo ello, me reafirmo en mis objeciones expresadas ayer, y que no vale la pena repetir.
Pero la verdad es que estoy muy decepcionado con el ‘sí crítico’ de esas juventudes, pues, a mi modo de ver, han mostrado estar adocenadas por las prebendas actuales y promesas futuras.
Que los mayores perdamos las ilusiones, tiene muchas causas, desde el agotamiento emocional, la depresión, la falta de metas / objetivos, cambios vitales, problemas de salud, etc.
Yo, a pesar de mis 74 años, barrigudo y con unos brazos con colgajos propios de una momia, me resisto a perder las ilusiones; pero entiendo, o quiero entender, que los jóvenes tengan otros intereses y otra perspectiva temporal.
Pero me cuesta entender que la juventud se someta al sistema, pues va contra su propia naturaleza.
Y es cierto que las JERC no son representativas de la juventud, en general, ya que es un colectivo muy particular, que no ha mostrado el mínimo interés en la transparencia, ya que no han explicado su debate interno, ni el resultado de sus conclusiones. Y tampoco explican, en ningún lugar, cuántos militantes conforman su organización. Por lo que, todo ello, me lleva a la conclusión de que son mini-clones de los miembros de la estructura de ERC, y eso es una pena.
En general, hay diferentes criterios para determinar el concepto de juventud, si bien está comúnmente aceptado, que va desde los 18 a los 25 años. y es la etapa de adaptación / aceptación de los cambios para su futuro. Y esa capacidad de adaptación es fundamental en esa etapa.
Pero, como dijo Gandhi, el futuro depende de lo que hagamos hoy, y otros pensadores dicen que ‘el futuro ya está aquí’, y, con una juventud desmovilizada, desmotivada, el futuro, para los viejos como yo, es negro, pues hemos visto que familiares y amigos independentistas, han fallecido estos años, sin ver conseguido su sueño, y a nosotros nos pasará lo mismo.
Hace unos meses, Vicent Partal, en una conferencia realizada en mi barrio de Sant Andreu, para presentar su libro ‘Fronteres’, comentó que la juventud tiene otros intereses y otros estímulos, pero que cuando haga falta, estará, como demostró en el 2017.
Yo no soy tan optimista, y todos estos años me han confirmado mi realismo / pesimismo.
No creo que, en general, la juventud esté adocenada, que hayan envejecido antes de tiempo, ni mucho menos; pero sí que veo que están en otra onda, que no es la nuestra; y es lógico, pues tienen obligaciones y necesidades, que nosotros ya hemos superado.
Por lo que no puedo saber ni opinar sobre las motivaciones de la juventud.
Yo no lo veré, pero, quizás, nuestros nietos escriban otras páginas, más eficaces, para conseguir la independencia; pero todo dependerá de sus intereses y motivaciones, no de las nuestras actuales, que ya están periclitadas, pues, tras el apogeo del 2017, ahora ya son decadentes, como vemos por la respuesta popular.
Los hermanos Ethan y Joel Coen, en el año 2007, dirigieron la película ‘No country for old men’ (No es un país para viejos), y es sano que sea así, pues son los jóvenes los que han de soñar y trabajar por su futuro, pues nosotros ya no tenemos futuro, y sería un error intentar configurar lo que sólo ellos vivirán.
Nosotros sólo podemos opinar y, dada la actual tesitura, mi opinión se limita a aconsejar al president Carles Puigdemont, que no venga a la investidura del represor (155) Salvador Illa, no quiero ver las portadas de todos los periódicos unionistas españoles con su foto esposado.
Pero, como he dicho, mi opinión particular no tiene ningún valor ni representatividad; y el president sabrá, mejor que nadie, lo que conviene al movimiento independentista.