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“El IMSS es mi vida; llevó al máximo mi vocación de servicio”, química del HGZ No. 57 del IMSS Edomex

  • La mujer ha tomado un papel preponderante en el Instituto y en la vida misma del país

El paso de los años no ha hecho mella en su labor. Rosa María Alcántara Almazán, después de 51 años de dedicar su vida al Instituo Mexicano del Seguro Social (IMSS), muestra el mismo entusiasmo con el que ingresó por primera vez al trabajo en 1969.

A sus 84 años, la laboratorista recuerda con nostalgia sus inicios en la institución más grande de América Latina: “Yo tenía 30 años y México era otro; mis compañeros y colegas trabajaban en el IMSS y me platicaban que era un buen trabajo, que otorgaba estabilidad y terminaron convenciéndome, además de que era de los trabajos mejor pagados”.

Rosa María terminó la carrera de Química Farmacéutica en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y cuando tenía 30 años ingresó a las filas del IMSS en una Unidad Médica Infantil que tenía el Instituto, en la colonia Santa María la Ribera, en la Ciudad de México.

“Al cerrar sus puertas este hospital me reasignaron al Centro Médico Nacional Siglo XXI, donde estuve algunos años, hasta que encontré una oportunidad y me fui al Hospital General de Zona (HGZ) No. 57, en IMSS Edomex Oriente, unidad en la que he estado los últimos 40 años”, comentó.

En todos esos años, Rosa María pasó por muchos servicios dentro del IMSS, hasta Inmunología, que es donde trabaja ahora, y al sitio que regresará luego de que termine su permanencia en casa, debido a que es una persona con mayor riesgo de enfermarse de COVID-19.

Hija de una familia de 12 integrantes, Rosa María se siente satisfecha con su vida en el IMSS, pero más gratificante, dice, es ver que la mujer ha tomado un papel preponderante no sólo en el Instituto, sino en la vida misma del país.

“La mujer desarrolla muchos cargos importantes para la salud, no se entendería en este ni en ningún otro lado sin el papel de la mujer. Lo que nosotros damos es un servicio y la mujer siempre ha tenido y tendrá una actitud sensible y accesible en este tipo de trabajos”, sentenció.

Para Rosa María, estar en el IMSS ha sido un privilegio y asegura que seguirá dándole sus mejores años; “hasta ahorita, la edad no me ha impedido continuar, cuando yo ya no me sienta capaz de hacer mi trabajo, me retiro, pero mientras, voy por mi año 52 de servicio”.