Los aceites vegetales y los productos lácteos encabezan el incremento, mientras que los pronósticos iniciales apuntan a unas perspectivas alentadoras para el maíz y el trigo durante el próximo año
Roma – El indicador de referencia de los precios mundiales de los alimentos subió en febrero, alcanzando un récord histórico, impulsado por los aceites vegetales y los productos lácteos, según ha comunicado hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en febrero en un promedio de 140,7 puntos, es decir, un 3,9 % más que en enero, un 20,7 % más que hace un año y 3,1 puntos por encima del nivel alcanzado en febrero de 2011. El índice refleja la variación mensual de los precios internacionales de los productos alimenticios más comercializados.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO encabezó el incremento, subiendo un 8,5 % desde el mes anterior y alcanzando así un nuevo récord, impulsado principalmente por el aumento de las cotizaciones de los aceites de palma, de soja y de girasol. El pronunciado incremento del índice de precios de los aceites vegetales se debió principalmente a la sostenida demanda mundial de importaciones, que coincidió con algunos factores relacionados con la oferta, en particular las reducidas disponibilidades exportables de aceite de palma en Indonesia, el mayor exportador mundial, las perspectivas más bajas de producción de soja en América del Sur y las preocupaciones sobre la reducción de las exportaciones de aceite de girasol debido a las perturbaciones en la región del Mar Negro.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO se situó en febrero un 6,4 % en promedio por encima del nivel alcanzado en enero, impulsado por unos suministros de leche menores de lo previsto en Europa occidental y Oceanía, así como una demanda de importaciones persistente, especialmente de Asia septentrional y Oriente Medio.
El índice de precios de los cereales de la FAO se incrementó un 3,0 % con respecto al mes anterior, debido al incremento de las cotizaciones de los cereales secundarios, pues los precios internacionales del maíz aumentaron un 5,1 % como resultado de una combinación de preocupaciones continuadas sobre la situación de los cultivos en América del Sur, la incertidumbre en relación con las exportaciones de maíz de Ucrania y el aumento de los precios de exportación del trigo. Los precios mundiales del trigo se incrementaron un 2,1 %, principalmente a causa de la incertidumbre sobre los flujos de suministro totales desde los puertos del Mar Negro. Los precios internacionales del arroz aumentaron un 1,1 %, sostenidos por una fuerte demanda de arroz aromático por parte de compradores asiáticos del Cercano Oriente y la apreciación de las monedas de algunos exportadores con respecto al dólar de los EE.UU..
El índice de precios de la carne de la FAO se incrementó un 1,1 % desde enero, pues las cotizaciones internacionales de la carne de bovino alcanzaron un nuevo récord en el contexto de una fuerte demanda mundial de importaciones y suministros limitados de ganado listo para el sacrificio en el Brasil, así como una elevada demanda de reconstitución de la cabaña ganadera en Australia. Aunque los precios de la carne de cerdo aumentaron, los de la carne de ovino y de aves de corral descendieron, en parte debido, respectivamente, a los cuantiosos suministros exportables en Oceanía y una reducción de las importaciones de China tras el fin de la Fiesta de la Primavera.
El índice de precios del azúcar de la FAO descendió un 1,9 % gracias a las perspectivas de producción favorables en los principales países exportadores, como la India y Tailandia, y a la mejora de las condiciones de crecimiento en el Brasil.
“Las preocupaciones sobre las condiciones de los cultivos y la suficiencia de las disponibilidades exportables explican solo en parte los incrementos actuales de los precios mundiales de los alimentos. La inflación de los precios de los alimentos tiene su origen en mucho mayor medida en sectores distintos al de la producción de alimentos, especialmente los de la energía, los fertilizantes y los piensos”, señaló el Sr. Upali Galketi Aratchilage, economista de la FAO. “Todos esos factores tienden a reducir los márgenes de beneficios de los productores de alimentos, desalentándolos a invertir y ampliar la producción”.
El índice de precios de los alimentos de la FAO mide los precios medios a lo largo del mes, de forma que la cifra de febrero incorpora parcialmente tan solo los efectos en los mercados del conflicto en Ucrania.
Se estima que la producción mundial de trigo y maíz aumentará en 2022
La FAO también publicó su última nota informativa sobre la oferta y la demanda de cereales, que contiene un pronóstico preliminar de la producción mundial de cereales en 2022. Se prevé que la producción mundial de trigo se incremente hasta 790 millones de toneladas, con unos elevados rendimientos anticipados y una amplia siembra en América del Norte y Asia, lo cual compensaría un probable más ligero descenso en la Unión Europea y las repercusiones negativas sobre los cultivos de la sequía en algunos países de África del Norte.
La cosecha de maíz comenzará pronto en el hemisferio sur, y se prevé que la producción alcance un nivel récord en el Brasil y supere sus niveles promedio en la Argentina y Sudáfrica.
La FAO ha actualizado también su pronóstico sobre la producción mundial de cereales en 2021, que ahora se sitúa en 2 796 millones de toneladas, esto es, un 0,7 % más que el año anterior.
Actualmente, se prevé que la utilización mundial de cereales en 2021/22 alcance los 2 802 millones de toneladas, o sea, un 1,5 % más que en 2020/21. Asimismo, se prevé que las reservas mundiales de cereales aumenten ligeramente a lo largo del año hasta alcanzar los 836 millones de toneladas a finales de 2022. Teniendo en cuenta estas estimaciones, la relación entre las reservas mundiales de cereales y su utilización se situaría en el 29,1 %, “lo cual constituiría el valor más bajo en ocho años, pero todavía indicaría un nivel de suministro cómodo”, según la FAO.
La FAO también elevó su pronóstico sobre el comercio mundial de cereales hasta 484 millones de toneladas, un 0,9 % por encima del nivel registrado en 2020/21. En esta previsión no se tienen en cuenta las posibles repercusiones del conflicto en Ucrania. La FAO está realizando un seguimiento estrecho de los acontecimientos y evaluará estas repercusiones a su debido tiempo.
Déficit de producción de cereales en países vulnerables
Se prevé que la producción de cereales en los 47 países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) de todo el mundo descienda un 5,2 % en la campaña de comercialización de 2021/22 en comparación con 2020/21 debido a los conflictos y a fenómenos meteorológicos extremos, según el último informe “Perspectivas de cosechas y situación alimentaria”, publicado también hoy por el Sistema mundial de información y alerta sobre la alimentación y la agricultura (SMIA). Esto apunta a un incremento del 8 % en las necesidades agregadas de importaciones de los PBIDA, hasta los 66,6 millones de toneladas.
El informe trimestral incluye información actualizada sobre la situación en los 44 países que actualmente necesitan asistencia alimentaria externa, así como información actualizada más detallada sobre las tendencias regionales de producción de cereales en todo el mundo, al tiempo que señala también los riesgos para la producción y las exportaciones, así como los medios de vida, derivados de la escalada del conflicto en Ucrania.