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El juez Manuel García-Castellón: ‘y también dos huevos duros’

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Estos días estamos viendo el macabro y truculento juego de la ruleta rusa que está efectuando el ‘juez’ Manuel García-Castellón, el que no supo descubrir quién era ‘M. Rajoy’, pero que ahora inventa todo tipo de supuestos para impedir que Carles Puigdemont y Marta Rovira puedan acogerse a la futura amnistía, como intento explicar seguidamente.

Efectivamente, ese despreciable ‘juez’ tiene, como único inspirador a Chico y Harpo de los hermanos Marx que, en la película ‘Una noche en la ópera’ (1935), cuando Groucho pedía un súper menú de comida a un camarero del buque, y cuando iba añadiendo un nuevo plato, desde dentro del camarote se oía a Chico que decía ‘y también dos huevos duros’, y Harpo, haciendo sonar la bocina, se daba a entender a Groucho que decía ‘en lugar de dos, pon tres’.

En un país democrático, el parlamento legisla y el poder judicial aplica las leyes manteniendo el espíritu del legislador.

En el reino español, no es así, como hemos visto históricamente. Y, de forma mucho más clara desde el referéndum del 1 de octubre del 2017. Y de cada vez, el poder judicial va rizando el rizo, bajando peldaños hacia su averno particular.

Así, el citado ‘juez’, tras casi cinco años de instrucción sobre el caso contra el Tsunami Democràtic y los CDRs, como reconoció el injusto personaje, aceleró sus gestiones al iniciarse la negociación de Pedro Sánchez (PSOE) y Carles Puigdemont (Junts x Cat) sobre una futura ley de amnistía. Y, en base a lo que ha ido trascendiendo de esas negociaciones, ha ido ‘perfilando’ actos que le fueran bien para excluir a los mencionados exiliados.

Primero se sacó de la manga el caso del francés fallecido por infarto en la terminal 2 del aeropuerto, cuando la manifestación se efectuó en la terminal 1, distante varios kilómetros; fallecimiento que los mossos (policía autonómica), el SEM (servicio emergencias médicas), y AENA, responsable del aeropuerto, en su momento, manifestaron que el deceso no tenía nada que ver con la manifestación. Pero, aún así, ese ‘juez’ lo incluyó en sus pesquisas.

Al ver que las enmiendas iban cerrando los resquicios, el ‘juez’ buscó el caso de dos policías ‘heridos’ en las manifestaciones de la Plaza Urquinaona, en octubre del 2017, y éstos, en su reciente declaración, bien asesorados, han expresado que el objetivo de los manifestantes era mortal. Y claro, el ‘juez’ ha señalado que esa manifestación iba contra el artículo 2 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, es decir, ‘que era incompatible con el derecho a la vida y a la integridad física’.

Y hoy, tras nuevos ajustes del proyecto de ley, ese prevaricador ‘juez’, ha atribuido a Tsunami la planificación de una posible acción contra la comitiva del rey, expresando que: ‘entre sus objetivos podría estar el hecho de actuar al paso de la comitiva del rey’, a partir de una con versación genérica de los días 12 y 13 de julio del 2020, entre uno de los investigados, Josep Campmajó, con el usuario Xuxu Rondinaire (pseudónimo), que se intuye que podría ser un mosso. En esos días, Felipe VI y su familia visitaron el monasterio de Poblet, en Tarragona, con un fuerte dispositivo de seguridad, por lo que los manifestantes estaban muy alejados, y las pancartas ‘Catalunya no té rei’ (Catalunya no tiene rey) apenas fueron visibles por el cortejo.

En concreto, la frase incriminatoria por el juez es la siguiente: ‘explícame qué queréis hacer y os diré si vale la pena o es perder el tiempo, como en el Camp Nou’ (manifestación pacífica, como todas, el 18 de diciembre del 2019, en el partido del Barça y el real Madrid)

Y en estas estamos, un ‘juez’ que tiene como objetivo torpedear la futura ley de la amnistía. Y, para ello, no tiene ningún problema en imputar a Puigdemont y Rovira, la organización de acciones materialmente ejecutadas por otros, o acciones supuestamente, ‘previsiblemente’, planeadas, aunque no realizadas por otros.

El historial de ese ‘juez’ es impecable, ya que siempre ha beneficiado al PP, pues:

‘Manuel García-Castellón, el juez que salvó a Cospedal (secretaria general del PP) de sentarse en el banquillo, ingresó en la carrera judicial en 1982. De los 45 opositores que conformaron su promoción, Castellón se situó en el tramo final, ocupando la posición número 37.

De sus inicios como titular del juzgado de instrucción número 2 de Valladolid, destacan sus acciones contra la clínica Ginemédica, uno de los primeros centros en practicar legalmente abortos en Valladolid (…) el hermano del García-Castellón, militante del OPUS y presidente de PROVIDA, estaría detrás de la denuncia que llevó a registrar la clínica, poniendo en peligro la intimidad de las mujeres. García- Castellón ordenó su registro y abrió un juicio oral contra el personal médico del centro por practicar, presuntamente, abortos ilegales.

Tras 10 años de oficio, el magistrado de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura, de la que llegó a ser tesorero, se trasladó a la Audiencia Nacional. Durante esta etapa, García-Castellón investigaba las desapariciones de españoles durante la dictadura militar chilena, y rechazó citar a declarar al torturador argentino y capitán de corbeta, Adolfo Silingo, por su relación con las desapariciones.

Al final, García-Castellón se inhibió de instruir el caso contra el dictador Augusto Pinochet por delitos de genocidio y terrorismo.

De su paso por la Audiencia Nacional, destacan su instrucción del asesinato de Miguel Ángel Blanco, el caso Banesto, o el atentado contra José María Aznar. Su instrucción de este último caso no estuvo exenta de polémica. La fiscalía intentó responsabilizar al Ministerio de Interior, del gobierno de Felipe González, ocultado un informe en el juzgado.

Esta buena relación se traduciría en un nombramiento. En el año 2000 el gobierno de Aznar le nombró magistrado de enlace en París.

El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo mantuvo en su puesto y tras la llegada de Mariano Rajoy (…) lo trasladó a Roma, nombrándole juez de enlace en Italia.

García-Castellón pasa más de 16 años en el extranjero, en puestos de escasa carga de trabajo y con un sueldo de más de 120.000 euros anuales.

Eduardo Zaplana e Ignacio González (ambos del PP), entonces investigados por corrupción en el caso Lezo, conspiraron para apartar al juez que estaba al frente de la investigación, Eloy Velasco, y traer de vuelta a España a García-Castellón, que les ayudaría en la causa. Esto lo sabemos porque tenían pinchado el teléfono y sus conversaciones se hicieron públicas (*).

García-Castellón vuelve a España para hacerse cargo del juzgado número 6, que llevaba algunos casos clave sobre la corrupción del PP, como Púnica, Lezo o Acuamed.

Al poco tiempo de ocupar el puesto, García-Castellón rebajó de 4.000.000 a 200.000 euros la fianza de Pablo González, hermano de Ignacio González. Horas después, el hermano del líder de la trama Lezo y expresidente de la Comunidad de Madrid, abandonó la prisión.

García-Castellón también acordó que Ignacio González pudiera salir de prisión bajo fianza de 400.000 euros. El expresidente madrileño logró, así, abandonar la cárcel en la que llevaba seis meses tras haber sido enviado a prisión sin fianza por Eloy Velasco.

En 2018, García-Castellón archivó la investigación contra el rey emérito por la misma causa que más adelante investigaría la fiscalía suiza.

Y en 2019 archivó la causa contra el presidente de la región de Murcia, el popular Pedro Antonio Sánchez. Anticorrupción pedía para él dos años por fraude, cohecho y revelación de información reservada en el marco de la trama Púnica. La Audiencia Nacional señaló incoherencias en el auto de García-Castellón e imputó nuevamente a Pedro Antonio Sánchez, pero García-Castellón volvió a archivar la causa contra el expresidente en febrero de 2020.

Además, desde noviembre de 2017, García-Castellón fue responsable de la instrucción del caso Villarejo. Rechazó investigar los vínculos entre Villarejo y Eduardo Inda, a pesar de que el contenido del móvil robado a Dina Bousselham estaba en el ordenador de Villarejo y fue publicado por Inda, y a pesar de que la libreta incautada a Villarejo, figuran varias reuniones entre ambos. Además, decidió retirar a Pablo Iglesias la condición de perjudicado en la causa, aunque la propia Fiscalía de la Audiencia Nacional dijera que no había ningún indicio de delito y a pesar de que el resultado de la prueba que el propio juez García-Castellón solicitó a una empresa informática de Gales concluyera que Iglesias entregó a Bousselham la tarjeta ‘intacta’.

(Sara Serrano, www.elpublico.es, 18 de mayo del 2022)

(*) Según la conversación entre Zaplana e Ignacio González pinchada, ‘Zaplana aseguraba que el problema estaba en la ‘instrucción’, es decir, en el juez Velasco. A lo que González respondía ‘vamos a ver, Eduardo, tenemos el gobierno, el ministerio de justicia, no sé qué y tal, y escucha, tenemos un juez que está provisional …, lo ascienden … yo le dijo, a ver, venga usted pa acá ¿Cuál es la plaza que te toca? Onteniente, a tomar por culo a Onteniente y aquí que venga el titular, que ya me las apañaré con el titular’

(https://www.huffingtonpost.es)

En mi escrito de ayer me refería al efecto simbiótico (del griego: ‘syn’, juntos, y ‘biosis’, vivir; vivir juntos) entre el régimen del 78 y la constitución entendida como corsé. Pues bien, entre las relaciones simbióticas, atendiendo a los costes y beneficios, hay de diferentes tipos, como:

  • Mutualismo: es una relación en la que ambas especies se benefician.
  • Comensalismo: es una relación simbiótica en la que una especie se beneficia mientras que la otra no se ve afectada.
  • Parasitismo: es una relación en la que la especie (el parásito) se beneficia mientras que la otra especie (el huésped) se ve perjudicada.

Y está claro que el poder judicial y los políticos (especialmente del PP) tienen una relación simbiótica de los dos primeros tipos (mutualismo y comensalismo), y respecto al movimiento independentista, todos ellos actúan como parásitos, y nosotros, los ‘huéspedes’ siempre acabamos perjudicados.

El estado español, dirigido por el zángano mayor, siempre aplica la relación depredadora, parasitaria, contra Catalunya, y así estamos desde que nos derrotaron en 1714.

Y en este momento, hemos caído en la trampa efectuada por Pedro Sánchez, por introducir el concepto de terrorismo, excluyéndolo en el proyecto de ley de amnistía, pues así, abrió la caja de los truenos, ya que implica considerar diferentes tipos de terrorismo, y eso es poner un puente de plata al poder judicial para que aproveche lo que le convenga.

Todos los poderes se bunquerizan, como vemos estos días con la ley de amnistía que está efectuando el Reino Unido, y que los irlandeses han llevado al tribunal de Estrasburgo, por considerar que pretende olvidar los actos terroristas efectuados por las fuerzas militares y paramilitares del RU, en Irlanda del Norte.

Otra muestra de prepotencia la tenemos en la política francesa. Ayer, el Tribunal Constitucional francés censuró el 40% de los artículos de la nueva ley de inmigración, aprobada en diciembre en medio de una gran polémica. Y la mayor parte del articulado rechazado, corresponde a la imposición de la derecha y ultraderecha. Así vemos que Emmanuel Macron, pactó esas medidas más duras, para ‘calmar’ a la ciudadanía y, ahora, ve que, su proyecto original se mantiene casi tal cual. Una muestra más de que la política es utilizada como un juego macabro (en este caso con las víctimas inmigrantes)

Todo es una pura estafa, y la ‘democracia’ es una más, pero no la única, claro.

Este mediodía he asistido a una conferencia en el aula magna de la Universidad de Barcelona, como acto de memoria reparadora, pues el 26 de enero del 1939 entró el ejército del dictador y asesino Francisco Franco en Barcelona. La conferencia magistral ha sido ‘Del Valle de los Caídos al Valle de Cuelgamuros: entre la memoria, la historia y la arqueología’, efectuada por la Dra. Queralt Solé Barjau. Una conferencia muy documentada y didácticamente expuesta.

Pues bien, para concluir el acto, el rector de la UB, el Dr. J. Guàrdia, ha compartido la siguiente anécdota, que le explicó hace años, en esta misma aula magna, el historiador y monje benedictino del Monestir de Montserrat, Hilari Raguer i Suñer (1928 – 2020):

Raguer le preguntó al catedrático en historia de esta UB, Josep María Pi i Sunyer (1889 – 1984) ¿por qué siempre aprobaba a todos los alumnos?

Y el catedrático, abogado y jurista le explicó:

Que, de joven, él había sido uno de los fundadores de Acció Catalana, y fue secretario del ayuntamiento de Barcelona. Al empezar el levantamiento insurgente de Franco, Pi i Sunyer facilitó pasaportes a sus amigos perseguidos de la zona republicana, para facilitarles la marcha al exilio.

En enero del 39, al llegar las tropas franquistas al ayuntamiento, los militares irrumpieron en el edificio, y Pi i Sunyer, como secretario, y uno de los pocos que no habían marchado, les entregó las simbólicas llaves de la ciudad, y las del ayuntamiento. En ese momento, uno de los soldados le dijo: ‘yo a usted le conozco, presidía el tribunal de los exámenes de grado’; y al secretario, atemorizado y tembloroso, sólo se le ocurrió preguntar, tímidamente: ¿y le aprobé? Y el soldado dijo que sí, por lo que pasó el momento de tensión.

Las autoridades franquistas lo depuraron y separaron del cargo del ayuntamiento, pero en 1940 consiguió la cátedra de derecho administrativo. Años después fue decano del Colegio de Abogados de Barcelona, y en 1982 recibió la cruz de Sant Jordi.

Para finalizar la anécdota, Pi i Sunyer le dijo, ‘que seguía aprobando a todos los alumnos, pues nunca se sabe lo que depara el futuro’.

Esta anécdota me parece interesante para reflejar el daño que hizo y sigue haciendo la dictadura, ya que consciente o inconscientemente, hay un temor a las represalias. Es evidente que no se puede generalizar, pues ha habido y hay ciudadanos valientes y comprometidos, que lo han arriesgado todo.

Pero, efectivamente, hay una buena parte de la ciudadanía que, durante todas estas décadas pasadas, han callado y han asumido su papel de derrotados.

Y los poderes del estado disfrutan, de forma sádica, jugando truculentamente a la macabra ruleta rusa contra el pueblo catalán, y contra el movimiento independentista en particular. Pues saben que, sólo atemorizados, nos pueden controlar.

Y así vemos que la información que Pedro Sánchez (PSOE) ‘obligatoriamente’ ha tenido que facilitar al juzgado sobre el caso del espionaje al president Pere Aragonès, mediante el sistema Pegasus, indica que fue espiado ya que la policía y guardia civil consideraban que Aragonès era uno de los cabecillas del Tsunami. Una información muy limitada, sin ningún argumento ni prueba que indique esa ‘atribución’; y, aún así, el juez del CNI (centro nacional de ‘inteligencia’) Pablo Lucas, aprobó ese espionaje a un alto representante público.

Está claro que montar una mentira, y actuar en consecuencia, con todo la corte celestial del estado, es una muestra definitiva del corrupto funcionamiento del reino.

Y lo triste es ver que la ciudadanía española (y muy española, según el infame Mariano Rajoy), y la catalano-españolista, mayoritariamente y de forma acrítica, se creen todas esas mentiras y confabulaciones, pues les permite vivir cómodamente y seguir expoliando a Catalunya.

La muestra la tenemos, una vez más, con el muñeco quemado en Jaén, con motivo de las fiestas de San Antonio Abad, el pasado 17. El muñeco en cuestión, bautizado como ‘Pelelemón’ y caracterizado como Carles Puigdemont con un cártel que decía ‘quiero ser indultado’, fue elaborado por la parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual (dando una ejemplar muestra de su piedad y conciliación)

Y esa no es la primera vez, quema y fusilamientos de muñecos representando al president Carles Puigdemont, parece el deporte nacional de muchas fiestas, y, claro, la fiscalía lo considera un simple acto de expresión, sin nada de odio.

Está claro que los independentistas catalanes queremos ir a Icaria en pequeños barquitos y en balsas, como los pobres balseros, y nos enfrentamos a todo un Titánic.

Pero sabemos que la fanfarronamente llamada ‘Armada Invencible’, la ‘Grande y Felicísima Armada’ que armó Felipe II de Castilla en 1588 para conquistar Inglaterra, una flota (130 barcos con 8000 marineros, 8.000 soldados y 2500 cañones) que partió de Lisboa entre el 28 y 30 de mayo de 1588; fue un tremendo fracaso.

Es sabido que Álvaro de Bazán y Guzmán, Marqués de Santa Cruz (1526 – 1588), comandante en jefe de la flota naval, había fallecido el 9 de febrero de 1588, por lo que Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, duque de Medina Sidonia fue nombrado Capitán General del mar Océano, y fue el almirante mayor del la flota, a pesar de que éste alegó que carecía de experiencia naval, pero Felipe II le recordó en una misiva de dónde procedía su casto y guerrero linaje.

Y esa prepotencia, de poner un militar de tierra para dirigir una flota, es un fenómeno que vemos constantemente en la historia del reino español, pues todos se creen que valen para todo, y así, cualquier personaje les vale para ‘un roto y para un descosido’, siempre que sea ir contra Catalunya.

Por todo eso, sólo nos queda una alternativa, dejar de ser sumisos, confrontarnos pacíficamente, y trabajar para conseguir la independencia, que nunca será pactada ni negociada. La historia nos muestra que las actuales huestes de Felipe VI, son las herederas de las de Felipe V, que nos derrotaron en 1714. Y esto nunca lo asumiremos ni olvidaremos.