Este 30 de abril se celebra “El día del niño y de la niña”, ¿quién no recuerda poder usar “ropa de calle” en las escuelas en esta fecha tan especial? Los festivales con música e incluso los convivios con la comida “rica” que casi siempre era pizza o comida rápida, a muchos otros los llevaban a jugar con sus amigos para disfrutar esta celebración, pero sin duda, no era un día como cualquier otro.
Sin embargo, muchos no saben cómo surge y la importancia que tiene. En México, fue en el año 1924 cuando se comenzó a celebrar el Día del niño cada 30 de abril. Esta decisión fue tomada con la finalidad de reafirmar los derechos de los niños y buscando crear una infancia feliz para un desarrollo pleno e integral como ser humano.
Una parte fundamental de este desarrollo son los hábitos alimenticios que los infantes adoptan, ya que tienen un impacto en su salud a corto, mediano y largo plazo. Por lo que es esencial enseñarles a comer de manera saludable desde pequeños, ya que esto les proporciona los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo adecuado.
México, país conocido por su rica gastronomía, atraviesa por problemas importantes de salud relacionados con la alimentación y la situación nutricional de las infancias, es motivo de preocupación. De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 (ENSANUT), la prevalencia de baja talla afectaba a 12.6 % de menores de cinco años, esto representaba a más de 1.2 millones de niños en edad preescolar sin alcanzar su potencial de crecimiento y desarrollo. Por otro lado, el territorio también enfrenta un problema creciente de obesidad infantil, aproximadamente el 18.6 % de los niños mexicanos entre cinco y 11 años presentan este padecimiento, cifra que se incrementa en los grupos de edad más avanzada.
Por lo anterior, es importante contar con proyectos que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los mexicanos. Uno de ellos es Saber Nutrir, programa de responsabilidad social de Grupo Herdez, que apoya a familias en vulnerabilidad alimentaria, con el principal objetivo de impactar en el desarrollo y bienestar de los niños de estas comunidades.
Sin embargo, ante el panorama mencionado es crucial promover buenos hábitos alimenticios desde la infancia y aquí te presentamos algunas estrategias que puedes utilizar:
1. Ser un buen modelo a seguir:
Los infantes aprenden observando a los adultos, por lo que los padres y cuidadores deben servir como modelos positivos al comer alimentos nutritivos y variados.
2. Ofrecer variedad:
Introducir una amplia diversidad de alimentos desde temprana edad puede ayudar a desarrollar un paladar que acepte diferentes sabores y texturas. Incluir frutas, verduras, proteínas y granos integrales en las comidas principales es clave, una buena idea, es hacer que los infantes conozcan el Plato del Bien Comer, ya que de forma gráfica pueden tener una guía para preparar comidas balanceadas y saludables.
3. Evitar comidas rápidas y procesadas:
En medida de lo posible, reducir el consumo de alimentos procesados y ricos en nutrientes críticos como las grasas saturadas, azúcar y sodio. Optar por opciones más saludables como frutas frescas, frutos secos, yogurt natural o palomitas de maíz en lugar de papas fritas, helados o galletas.
4. Enseñar sobre nutrición:
Hablar con los niños sobre la importancia de los alimentos nutritivos y cómo afectan a su cuerpo, puede ayudar a crear conciencia y promover hábitos más saludables. También se pueden sumar algunas prácticas como las que realiza Saber Nutrir, como lo es el monitoreo nutricional a los niños de las comunidades en las que colabora, con la finalidad de conocer el estado nutricional de esta población. En nuestro día a día, puede hacerse de la mano de un nutriólogo o pediatra.
5. Hacer las comidas divertidas:
Involucrarlos en la preparación de comidas y hacer que comer sea una experiencia agradable y divertida, puede ser con platillos con figuras o recetas con colores llamativos.
6.- Fomentar el equilibrio:
Es importante recordar que los pequeños están descubriendo lo que les gusta, lo que no, lo que es bueno y lo que no tanto. Hacerlos entender que de vez en cuando no está mal comer un dulce, evitará que crezcan como adultos con problemas frente a la comida. La comida debe ser vista como algo para nutrir y disfrutar.
Inculcar buenos hábitos alimenticios desde una edad temprana es esencial para prevenir problemas de salud a largo plazo, así como para promover un crecimiento y desarrollo óptimo. Con la combinación adecuada de educación, ejemplo y variedad en la dieta, podemos ayudarles a tener un futuro más saludable y feliz.
No hay que olvidar que, como adultos, tenemos la responsabilidad de que este 30 de abril no sólo se trate de fiesta y diversión, sino recordar a la sociedad que las infancias son el colectivo más vulnerable y, por tanto, que más sufre las crisis y los problemas del mundo, por lo que debemos trabajar día a día por su bienestar y desarrollo. ¡Cuidemos la nutrición de nuestros pequeños hoy para un mejor mañana!