
Si aún quedaba alguna duda sobre la agonía del PRD en el Estado de México, la reciente estampida de su propia dirigencia la ha disipado por completo. Agustín Barrera, hasta hace unas horas líder estatal del partido, junto con un alcalde, 18 regidores y decenas de militantes municipales, han decidido abandonar el barco, denunciando “cerrazón y vicios” en su interior. Pero la verdad es que el PRD en Edomex lleva años hundido en su propio pantano político.
Lejos quedaron los días en que fue una fuerza relevante en la política estatal y nacional. Hoy, el partido del sol azteca es solo una sombra de lo que alguna vez fue: sin base electoral, sin estructura operativa y, ahora, sin liderazgo. Su desmoronamiento no es algo nuevo, solo estamos viendo los últimos fragmentos caer.
Quizás sea momento de que el IEEM deje de perder tiempo renovándole el registro como partido estatal. A estas alturas, ¿para qué?
La verdad es que el PRD no está en crisis, porque ya ni siquiera existe en el mapa político del Edomex. Lo que queda de él, apenas merece mención.