Por LCR Capital Partners
De acuerdo con la consultora Capgemini, en el siglo XXI, los inversionistas tienen que prepararse para la transferencia intergeneracional de riqueza más significativa de la historia, ya que cuatro generaciones están interactuando en el escenario económico y financiero; por un lado, tenemos a los baby boomers quienes han comenzado a heredar toda la riqueza a la generación X, los millennials y la generación Z, pero ellos a su vez han comenzado a crear su patrimonio y riqueza con base en diferentes expectativas y preferencias.
Estas nuevas generaciones han sido moldeadas por una serie de factores sociales, económicos y tecnológicos que han impactado en la manera en la que se desenvuelven en el mercado competitivo, generando nuevos estándares y tendencias en términos de cómo se entregan los productos de inversión y asesoramiento; asimismo, a diferencia de los baby boomers, que buscaban construir riqueza y negocios, las generaciones más jóvenes están priorizando su propósito de vida, lo que se traduce también en nuevos hábitos de inversión.
Ejemplo de ello es que a causa de la pandemia por COVID-19, muchos empresarios están buscando invertir en proyectos que cuentan con estrategias de responsabilidad social; y es que, este nuevo perfil no quiere ser tratado como parte de un segmento, sino que busca ser considerado como un individuo, por lo que esperan recibir consejos y asesorías hechas a la medida.
LCR Capital Partners es una firma de consultoría que escucha a los inversionistas y sus familias para asesorarlos con las mejores opciones destinadas a alcanzar un futuro más próspero y global.
El inversionista de América Latina
Respecto al inversionista latinoamericano, Thinkinworld y Real Time Data se dieron a la tarea de investigar el perfil del inversionista que busca un futuro global, encontrando que hay una ligera preeminencia de hombres, concentrada en el segmento de edad entre los 30 y los 59 años, los cuales se encuentran económicamente activos y trabajan por cuenta propia.
Además, tal como se refleja en las tendencias globales, ahora son más jóvenes y experimentados, muestran una actitud más abierta al riesgo y cuentan con una mejor diversificación en sus portafolios, así como un mayor interés en generar inversiones en el extranjero.
Estados Unidos sigue siendo un destino privilegiado de migrantes e inversionistas latinoamericanos que buscan una mejor calidad de vida, así como alejarse de contextos que tienen un impacto negativo en el ambiente de negocios e inversiones en sus países de origen.
Thinkinworld y Real Time Data detallan que la decisión de invertir en un país como Estados Unidos responde a que 8 de cada 10 inversionistas califican de manera negativa o regular la situación actual en sus países de origen y tienen pocas expectativas en que haya una recuperación para el corto o mediano plazo, siendo la corrupción el principal problema que perciben en sus países.
Expertos de ONE Sotheby’s International Realty señalan que la gente está llegando a Estados Unidos con ganas de invertir y comprar bienes raíces porque hubo cambios en la región de
América Latina. En Chile, Perú y México hubo una salida de capitales importante y un porcentaje de estos terminará en el mercado de bienes raíces. Se debe destacar que la mitad de los mexicanos que compran una vivienda en Estados Unidos lo hacen con el fin de tener una residencia permanente, mientras que un 25% lo hace para radicar de forma parcial y el otro 25% para fines de inversión.
LCR Capital Partners es un aliado en el proceso para obtener una residencia permanente a través de la visa E-B5. Por ello, si los inversionistas quieren una mejor calidad de vida y expandir sus horizontes deben tener en cuenta que actualmente, las ciudades más atractivas para invertir son Miami y Nueva York; y los sectores más elegidos son real estate con un 51%, tecnología con 34%, construcción con 31% y el financiero con un 21%.
Miami y Nueva York, las ciudades de mayor interés
Antes de la llegada de la pandemia, México aportó el mayor segmento de inversionistas internacionales en el mercado de bienes raíces residenciales de los Estados Unidos, aunado a que en 2020, con base en un análisis de la Asociación Nacional de Corredores de Bienes Raíces (NAR, por su sigla en inglés), los mexicanos se ubicaron en el cuarto lugar de extranjeros que más compraron casas en Estados Unidos y ahora se espera que suceda lo mismo, sobre todo para en las ciudades de Nueva York y Miami.
Respecto a Miami, el mercado inmobiliario de Florida recibe entre 1.000 y 1.200 personas que se mudan a diario en busca de una mejor calidad de vida. En ese contexto, el buen clima frente al mar y las posibilidades de desarrollo económico, la convierten en una ciudad con un gran atractivo de inversión. De acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Corredores de Bienes Raíces (NAR), el sur de Florida es el destino predilecto de argentinos (13%), colombianos (12%), venezolanos (10%) y mexicanos (7%).
Miami se ha convertido en un lugar multicultural con museos, centros de artes escénicas, grandes escuelas, un centro bancario mundial y, más recientemente, una nueva escena de criptografía y tecnología en auge.
En lo que respecta a Nueva York, comprar una propiedad residencial en esa ciudad es una buena inversión, debido a la fortaleza del mercado de la Gran Manzana y al enorme atractivo y las numerosas comodidades de esta zona. De hecho, a partir de diciembre de 2020 las ventas inmobiliarias comenzaron a tener un movimiento importante y para febrero de 2021 el número de contratos firmados para condominios en Manhattan aumentó un 55% interanual.
Hoy, los inversionistas se preparan para esta transferencia de riqueza intergeneracional en donde la gestión adecuada de los recursos será clave para generar inversiones diversificadas que brinden estabilidad económica a sus familias, así como a las generaciones futuras. Porque las posibilidades de un futuro global y prometedor son posibles, los inversionistas latinoamericanos tienen la
oportunidad de explorar cómo alcanzarlas a través de procesos como la Visa EB-5, un programa de migración en Estados Unidos que maximiza la creación de empleo, mitiga el riesgo y protege el interés de los inversionistas.