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El PJEdomex tiene el reto de interpretar los tiempos

En política, hay principios que trascienden coyunturas: el poder tiene su lógica, y los tiempos del cambio suelen ser implacables con quienes no saben leerlos. A pesar de la nueva configuración política mexiquense, la elección del próximo presidente del Poder Judicial del Estado de México (PJEM) se define en dos espacios cruciales: el pleno de magistrados y, de manera no menos significativa, la opinión de Lerdo 300.

En este contexto, el grupo del presidente saliente enfrenta una realidad inevitable: no tiene margen para imponer a su sucesor ni para influir en el rumbo de la reforma judicial.

Para quienes apoyaban a sus candidatos, este es un buen momento para reflexionar sobre la importancia de interpretar los tiempos con claridad. Alinear decisiones con las nuevas circunstancias no solo permite construir consensos, sino que también ayuda a evitar tensiones innecesarias a futuro.

La sabiduría no está en la terquedad, sino en la capacidad de adaptarse a las nuevas circunstancias. RECTIFICAR NO ES CLAUDICAR, es reconocer el rumbo que ya se perfila con claridad. La pregunta para esos magistrados es simple, pero decisiva: ¿apostarán por un juego perdido?

En Lerdo y en la Legislatura, por cierto, ya marcaron línea: su visto bueno demanda sigilo y mesura. No hay espacio para protagonismos ni quieren espectáculos mediáticos, incluyendo las redes sociales. Esperan del próximo presidente seriedad, experiencia y prestigio.