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El reino español y su naturaleza de escorpión

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

En mi escrito de ayer intenté mostrar un cierto optimismo, como expresé refiriéndole a la ‘historia’ de David vs Goliat; pero la verdad es que el reino español, más que a un Goliat, se parece a un escorpión, como el de la fábula de Esopo (s. VII a.C.):

‘El escorpión y la rana:

El escorpión le pidió a la rana que lo cargara para cruzar el río, la rana le dijo: ¿cómo sé que no me picarás?

El escorpión le respondió: porque haría que ambos nos ahogáramos.

La rana aceptó; y, a mitad del río el escorpión picó a la rana. Cuando la rana le preguntó ¿por qué?, si los dos vamos a morir.

El escorpión respondió: es mi naturaleza’

Pues sabemos que la naturaleza del reino español es así, como el escorpión. No puede comportarse de otra forma, ya que su ADN castellano es conquistador, vengativo; sin solución, ya que, en caso contrario, no sería él mismo. La España retrógrada va con el ‘cuanto peor mejor’, ese es su lema.

Y esos rasgos, no sólo los presentan Vox y el PP, si no, también el PSOE, pues va en su ‘cultura’ institucional; no hay otra.

Yo, particularmente, prefiero a los partidos de derechas y ultraderechas, ya que al menos, van de cara, son sinceros; mientras que el PSOE, sabemos que nos engaña y engañará mil y una veces, pues esa es su ‘virtud’, dependiente de la ‘necesidad’ de cada momento.

Ahora hemos visto que Pedro Sánchez (PSOE) respecto a las lenguas minorizadas (catalán, euskera y gallego) en las instituciones europeas, realmente, no se ha empleado a fondo, pues, en todo momento ha presentado informes incompletos y carentes de la solidez precisa (los medios dicen que ahora ya ‘ha tirado la toalla’) Vaya diferencia, con las gestiones efectuadas para apoyar la candidatura de Nadia María Calviño para presidenta del BEI (banco europeo de inversiones), para esto sí que se han empleado a fondo.

Igualmente vergonzoso es oír las repetidas bromas que hace Pedro Sánchez sobre el mediador salvadoreño. Vaya falta de respeto, está claro que no le confiere ningún valor. Como, también es vergonzoso, oír a la vicepresidenta cuarta y ministra de hacienda, María Jesús Montero, acordando una financiación que, en realidad, es un nuevo ‘café para todos’, y, encima, cachondeándose de que Catalunya no tendrá ningún trato especial (ignorando los acuerdos de negociación para la investidura de Pedro Sánchez), y olvidándose, asimismo, de los años que llevan incumpliendo su actualización, saltándose, así, sus propias leyes, sin el menor pudor.

Así que no es nada nuevo, ninguna sorpresa, el reino español sigue con su imaginario falangista, es decir, ‘impasible el ademán’, como expresa el himno de la falange, su ‘Cara al sol’, de Antonio Primo de Rivera y Agustí de Foxá, musicado por Juan Tellería.

En ese himno, en su segunda estrofa, dice:

‘Formaré, junto a mis compañeros

que hacen guardia sobre los luceros,

impasible el ademán,

y están presentes en nuestro afán’

el ‘impasible ademán’ que, por incultura, o cachondeo, la gente decía: ‘impasible el alemán’, ‘imposible el alemán’, etc.; variaciones como el ‘todo por la tapia’ (en lugar del ‘todo por la patria’)

Y ese ejemplo del NO reconocimiento del catalán en las instituciones europeas, sabemos que se reproducirá con la ley de la amnistía, pues veremos que se dilatará en el tiempo, y, al final, la ley que salga, si llega a salir, será tan y tan descafeinada, limitada y acotada, que los jueces tendrán muy fácil encontrar mil argumentos para torearla y dejarla sin efecto.

Y lo triste es ver que los partidos independentistas, incluido Junts y Carles Puigdemont en concreto, acaban reconociendo la ‘buena voluntad’ de Pedro Sánchez; reconocimiento que no deja de ser una excusa, para autojustificar su candidez e inoperancia negociadora, pues, realmente, no tienen ninguna fuerza, y menos ahora, una vez investido el mayor trilero del reino.

Por eso estoy muy desmotivado, desmoralizado; muy harto de todo y de todos.

Ayer, vi una entrevista al Síndic de Greuges (síndico de agravios), en Més 324, y, en otro contexto, dijo que el activista Arcadi Oliveras i Boadella (1945 – 2021), dijo: ‘No tenemos derecho a la desesperanza’.

Pero yo veo que precisamente, muchos hemos perdido toda esperanza, y nuestro estado de ánimo está por los suelos.

Es cierto que podríamos estar peor, por ejemplo, Aleksei Navalni ha ‘desaparecido’ de la cárcel rusa, y, posiblemente, esté muerto. Pero eso no es un consuelo.

Nuestra realidad es ver que la guardia civil, haciendo oídos sordos a su propio programario (defender a los ciudadanos y garantizarles la protección frente a los actos delictivos) y contra su propio nombre, no hace más que inventar argumentos para involucrar a Carles Puigdemont y Marta Rovira en la financiación del Tsunami, para evitar que puedan ‘beneficiarse’ de una posible amnistía; y, claro, el ‘juez’ Manuel García Castellón ‘utiliza’ esos argumentos sin inmutarse, ‘impasible su ademán’.

No sé qué más pruebas necesitamos para quitarnos la venda de los ojos y reconocer que el estado español nunca se regenerará, mientras tengamos toda esa casta / caspa de políticos comandados por el nefasto Felipe VI.

Y todo esto nos muestra, desgraciadamente, que TODOS los actuales políticos independentistas (salvo contadísimas excepciones), son igualmente culpables, vividores del ‘mientras tanto’, para, así, ir tirando y viviendo de las actuales prebendas.

Su incapacidad y falta de valentía les hace ser unos virtuosos del mantenimiento de la actual situación. Y, claro, esos políticos carecen de la ética de Jordi Carbonell i Huguet (1924 – 2016), que defendió, durante toda su vida, con grandes sacrificios: ‘que la prudencia no os haga traidores’

El citado activista Arcadi Oliveras, entre otras coas, dijo que ‘hemos de explicar qué país queremos, y todavía no lo hemos hecho’; Y, claro, los partidos que se dicen independentistas se limitan a ese término, a esa etiqueta, pues no tienen proyectos de futuro, ni ideales; y, así, no se animará y motivará a nuevos ciudadanos.

Y el mismo Arcadi Oliveras, comentó que ‘Martín Villa (ministro en el gobierno de Adolfo Suárez, y posterior diputado del PP) no les legalizó la Asociación de Vecinos de l’Esquerra de l’Eixample, porque se llamaba así, ‘l’esquerra’ (izquierda, nombre del barrio, para diferenciarse, geográficamente, de la derecha de l’eixample (ensanche)) Pero aún así, sólo queda que perseverar, como lo hicieron muchos ciudadanos de épocas pretéritas.

Me parece evidente que racional y emotivamente muchos damos la razón a Arcadi Oliveras, uno de los mejores ejemplos de ética, moral y coherencia. Pero, para eso se ha de tener, además, paciencia y la sabiduría precisa.

En su momento también perdimos a Lluís María Xirinacs (1932 – 2007), otro de los referentes catalanes, y, claro, ahora nos sentimos huérfanos, o peor todavía, muchos no tienen ni esa sensación.

Sin referentes, sin la paciencia ni la inteligencia precisa, algunos nos sentimos totalmente perdidos. Es verdad que somos conscientes de que todo suma, cualquier acción que hagamos, aunque sea un granito de arena en la inmensidad del océano, es algo, aunque insuficiente (las reacciones contrarias que suscitan esas pequeñas acciones, nos muestra que tienen un cierto efecto)

Pero también nos pesa, inconscientemente, echar por la borda todos los esfuerzos realizados, y sólo podemos asumirlo como un gran fracaso.

Todos los jugadores que apuestan, calculan cuánto deben ganar, para recuperar las inversiones, lo gastado. En nuestro caso hemos invertido mucho, personal y socialmente, y, claro, no nos satisfará una amnistía descafeinada.

Los jugadores calculan, asimismo, que para recuperar sus inversiones cuanto antes, deben multiplicar sus inversiones futuras. Y, nosotros, eso también lo sabemos. Si queremos conseguir lo que pretendemos, debemos reforzar nuestras inversiones, nuestras acciones.

Pues si seguimos actuando de forma conservadora, apostando siempre al rojo, o al negro, las posibilidades de enriquecernos son mínimas; como las de recuperar lo perdido.

En definitiva, y a pesar de lo que dijo Oliveras, algunos ya hemos perdido toda esperanza, pero eso no nos debe hacer abandonar, aunque sigamos perdiendo en la ruleta de la sociedad y en la personal, pero, en el fondo, sabemos que nuestros nietos o biznietos, en su momento, quizás reconozcan que todo nuestro esfuerzo habrá servido para algo, aunque nosotros ya no lo veamos.

Los catalanes sabemos que, desde la derrota de 1714 por los Borbones, todo lo tenemos muy mal, muy negro; y que la única alternativa es salir del yugo de esa casta. Y, por eso seguimos soñando y remando para llegar a nuestra Ítaca, aunque en realidad nos sentimos como unos meros inmigrantes en una patera, en medio de una gran tormenta, y viendo que todos lo barcos que pasan nos ignoran y nadie nos quiere acoger ni ayudar.

Pero aún en esas circunstancias, sabemos que muchos inmigrantes se atreven a lanzarse al mar, a pesar de todos los riesgos y habiendo de pagar a las mafias, para escapar de su negro pasado e intentar buscar un futuro algo mejor. Y muchos de ellos mueren en el intento.

Pero siguen intentándolo.

Por eso, nosotros, mucho más privilegiados, si realmente seguimos mantenido las convicciones iniciales, no debemos ni podemos desfallecer, no tenemos derecho a la desesperanza, como apuntó Arcadi Oliveras.

No podemos ceder ante los que siguen con su ‘impasible ademán’; si desfallecemos, si dejamos de hacer nuestros pequeños actos (por más invisibles que quieran hacernos), lo celebrarán.