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El rey Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

‘La expresión ‘Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como’, es usada tanto con un aspecto negativo, haciendo referencia al egoísmo de alguien; como positivamente, haciendo referencia a la autosuficiencia de alguien en algún aspecto cotidiano.

El origen lo encontramos en la ‘Letrilla Satírica III’ (que forma parte de un conjunto de 25), de Francisco de Quevedo (…) como nota curiosa, Quevedo no habla de Juan Palomo, sino del rey Palomo:

‘Después que de puro viejo

caduca ya mi vestido,

como como un descosido,

por estarlo hasta el pellejo.

No acierto a topar consejo

que pueda ponerme en salvo

contra un herreruelo calvo

y una sotana lampiña,

que, cuando mejor se aliña,

me descubre todo el lomo.

Yo me soy el rey Palomo:

yo me lo guiso y yo me lo como.

Si va a decir la verdad,

de nadie se me da nada,

que el ánima apicarada

me ha dado esta libertad.

Sólo llamo majestad

al rey con que hago la suerte.

No temo en damas la muerte

tanto como en un doctor:

que las cosas del amor

como me vienen las tomo.

Yo me soy el rey Palomo:

yo me lo guiso y yo me lo como.

Para mí no hay demasías

ni prerrogativas necias

de los que se hacen Venecias

sólo por ser señorías.

En mi mesa las Harpías

mueren de hambre continuo;

pídola para el camino,

si me despide mi dama;

mas, si a mi ventana llama,

después de comer me asomo.

Yo me soy el rey Palomo:

yo me lo guiso y yo me lo como.

Entre nobles no me encojo,

que, según dice una ley,

si es de buena sangre el rey,

es de tan buena su piojo.

Con nada me crece el ojo,

si no es con una hinchazón.

Más estimo un dan que un don,

y es mi fuerza y vigor tanto,

que un testimonio levanto,

aunque pese más que plomo.

Yo me soy el rey Palomo:

yo me lo guiso y yo me lo como.

(aulafacil.com)

‘La expresión ‘soy Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como’ tiene su origen en el Valle de los Pedroches, en el pequeño municipio de Fuente la Lancha, al norte de la provincia de Córdoba, donde a principios del siglo XIX se estableció un romántico rufián. Desde allí dirigió sus escaramuzas contra las huestes de Napoleón, y aunque su nombre real fue Diego Padilla, todos lo conocieron como Juan Palomo.

Cuenta la tradición local que este bandolero y su cuadrilla, Los Siete Niños de Écija, convirtieron la Casa Grande de Fuente la Lancha en su fortaleza inexpugnable (…) contra el ejército invasor durante la Guerra de la Independencia. Según los lugareños, en sus cuadras depositaba las joyas y el dinero robado al enemigo. Sus numerosas habitaciones sirvieron como presidio para ilustres prisioneros, por los que los bandidos exigían cuantiosos rescates.

De ese modo, la mencionada expresión estaría directamente relacionada con la extraordinaria capacidad de Juan Palomo para lograr abundantes recursos económicos a su banda, los que llegaría a compartir incluso con los vecinos más necesitados de los alrededores.

(…) Por todo ello, a partir de la poesía burlesca que Francisco de Quevedo publicó en el siglo XVII, concretamente su Letrilla Satírica III, el pueblo prefirió sustituir a dicho monarca por un personaje más querido y cercano, popularizando así el nombre de este bandido de leyenda’

(https://www.diariocordoba.com/zoco/2016)

La presente introducción, refiriéndome al poema de Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas (1580 – 1645) o al legendario Diego Padilla (Juan Palomo), cabecilla hasta 1815, me ha parecido oportuna dada la decisión del tribunal constitucional español, que ayer, casi a las 24.00 h., tras todo el día de deliberaciones, aceptó las medidas cautelares solicitadas por el PP y, por lo tanto, suspendió la tramitación de la reforma del código penal, que se tenía que votar mañana jueves en el senado.

El fallo fue tomado por 6 votos a favor, de los llamados ‘conservadores’ contra los 5, denominados ‘progresistas’; en el bien entendido que esa denominación es errónea, pues todos son conservadores, pero los 6 primeros fueron propuestos por el PP y los 5 restantes por el PSOE, atendiendo a las mayorías parlamentarias en tiempos de Mariano Rajoy. Y, claro, no quieren perder esa mayoría numérica, más la cualificada, del voto de calidad del presidente en el supuesto que, por ausencia o abstención, se diese un empate; máxime cuando hay tantas leyes pendientes de deliberación, desde los indultos, aborto, ley laboral, etc.

Esa reforma, destinada, originariamente, para abolir el delito de sedición, modificar los delitos de desórdenes públicos agravados, y el de malversación sin lucro personal ni de segundas o terceras personas, incorporó, de refilón, el sistema de elección de los magistrados del tribunal constitucional.

Es cierto que todos los gobiernos han abusado de los artilugios legales, para ‘colar’ en algunas leyes, apéndices que no tienen nada que ver. Y, en este caso, obviamente, la elección de los jueces es totalmente ajena a los delitos mencionados.

Y está claro que Pedro Sánchez, creyendo que realmente tiene ‘una flor en el culo’, como sus aduladores le han hecho creer, al incorporar este tema, lo hacía para sortear debates parlamentarios, y hacerlo aprobar antes de las vacaciones navideñas, para, de ese modo, sustituir a los jueces con mandato ya caducado, y que todo quede en el olvido, año nuevo, vida nueva.

Por su parte, el tribunal constitucional, rechazó previamente las recusaciones de dos de sus miembros con el mandato caducado, el presidente Pedro González-Trevijano y Antonio Narváez, pues, si ambos se abstenían, se cambiaban las mayorías. Y, obviamente, que dos magistrados participen y sean decisivos en temas que les atañen personalmente, lo es todo menos ético, moral, estético, ejemplar, etc.

Y después quieren dar la impresión de imparcialidad.

Por eso, me parece que, efectivamente, actúan como el rey Palomo, pero no como Juan Palomo; no confundamos las imágenes.

La decisión del tribunal constitucional, de la que todavía no se conocen las motivaciones, por lo que indicaron en su comunicado, se basa en el aspecto formal del cambio de los miembros, pues pasaría de los 3/5 a la mayoría simple. Y, según los magistrados, eso requiere un debate en profundidad y específico.

Tras el veredicto mencionado, ayer por la noche, la presidenta del congreso (Meritxell Batet), el presidente del senado (Ander Gil), y todos los líderes, salieron por televisión, para justificar su posición.

De entre esos políticos, los de carnet del PSOE (Batet y Gil) manifestaron su disconformidad, pero total acatamiento. Si bien, el presidente del senado, que es el que tiene la ‘patata caliente’ (la propuesta de ley ya había sido aprobada por el congreso y estaba pendiente de la ratificación por la segunda cámara), fue el más claro.

Esta mañana la mesa del senado ha decidido deslindar los temas, y así, mañana podrán aprobar las modificaciones de los delitos mencionados, quedando en el limbo el tema de los magistrados.

Esta mañana, Pedro Sánchez ha dicho lo mismo, que acata la decisión del tribunal constitucional, pero que estudiarían la forma de sortearla. No lo ha dicho, pero la única forma es plantear una nueva propuesta de ley, con idéntico contenido, pero específica. Pero, claro, eso requerirá sus plazos de debate, las deliberaciones de la abogacía del estado, de la fiscalía, etc.; y, después, como ya han avisado el tripartito de la derecha (PP, Vox y Ciudadanos), será impugnada al tribunal constitucional; pero ese ya tendría la futura composición, salvo que se reclamaran nuevamente, medidas cautelarísimas.

En definitiva, todos hacen de reyes Palomos, que se creen superiores a los demás y consideran que:  

Entre nobles no me encojo,

que, según dice una ley,

si es de buena sangre el rey,

es de tan buena su piojo.

Con nada me crece el ojo,

si no es con una hinchazón.

Más estimo un dan que un don,

y es mi fuerza y vigor tanto,

que un testimonio levanto,

aunque pese más que plomo.

Yo me soy el rey Palomo:

yo me lo guiso y yo me lo como.

Es vergonzoso, asimismo, que ahora, todos los políticos digan que esa intromisión judicial en el poder legislativo es la primera vez en la historia moderna española. Qué desvergüenza que no reconozcan las innumerables veces que han intervenido y boicoteado decisiones, acciones, invalidado presidentes y candidatos, etc., del Parlament de Catalunya. Y siempre aplaudidas o, incluso, decididas por el PSOE.

Pero, ‘de tuyas a mías’ (‘de teves a meves’; cuento de Pere Calders i Rossinyol, 1912-1994) hay un trecho.

Todo es una muestra de puro carácter mesetario, carpetovetónico, pues, si todos (todos los que ostentan el poder) se mirasen en el espejo, verían que sus reflejos van como anillo al dedo a las siguientes figuras:

‘El coño de la Bernarda’, ‘tener más cuento que Calleja’, ‘más feos que Picio’, ‘como Pedro por su casa’, ‘Rita la cantaora’, ‘que trabaje Rita’, ‘ver menos que Pepe Leches’, ‘armar la Marimorena’, ‘en los tiempos de Maricastaña’, ‘ponerse como el Quico’, ‘no asistir ni el Tato’, y, claro, ‘el rey Palomo’.

Efectivamente, Felipe VI, ‘el preparao’, dando muestras de su nula mediación, o, en todo caso, haber mediado secretamente para potenciar a la derecha, también vería ese reflejo, pues encaja a la perfección, ya que, como Pepe Leches, no ve o no quiere ver nada.

Yo confío que tras todo este sideral, se arme la Marimorena, (la tabernera María Morena, que regentaba la taberna en Cava Baja, Madrid del tiempo de los Austrias, que reservaba el buen vino para los clientes distinguidos ‘de rancio abolengo’ y eso provocó una trifulca que acabó en un juicio popular en 1579)

Y espero que, en ese momento, ERC no haga como el Pepe Leches, ni como Rita la Cantaora. Queremos que haga de Juan Palomo.