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El secretario de Estado de EEUU “visita” México y Canadá

WASHINGTON (AP) — Los diplomáticos se sentaron junto a pilas de documentos informativos, flanqueados por banderas, e hicieron énfasis en su cercanía. Pero estuvieron separados geográficamente el viernes a causa de la pandemia de coronavirus, al iniciar el secretario de Estado estadounidense Anthony Blinken un nuevo capítulo en las relaciones norteamericanas con visitas virtuales a México y Canadá en lo que fue descrito como su primer viaje oficial.

Aunque es simbólicamente importante en cualquier gobierno estadounidense, la decisión del presidente Joe Biden de enviar a Blinken a México y a Canadá para sus primeras visitas, a pesar de que fuera de manera virtual, forma parte de una iniciativa más amplia para distanciarse de su predecesor, quien en ocasiones tuvo relaciones tensas con ambas naciones. Los tres países firmaron un renovado acuerdo comercial el año pasado, luego de que el entonces presidente Donald Trump exigió una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

“Estados Unidos tiene relaciones antiguas con México y Canadá”, dijo Blinken posteriormente. “Las reuniones de hoy fueron una oportunidad para profundizar aún más en las prioridades que compartimos”.

El secretario de Estado inició su gira virtual con México, un país al que Trump desacreditó repetidas veces durante su campaña y presidencia, aunque las relaciones se volvieron más cordiales a partir de que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo.

“Quería ‘visitar’, entre comillas, México primero para demostrar la importancia que le damos, que el presidente Biden le da, a la relación entre nuestras naciones”, comentó Blinken a su contraparte, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

Se tenía previsto que las reuniones de Blinken con México y Canadá, dos de los socios comerciales más importantes de Estados Unidos, abordaran temas económicos, así como las medidas para combatir el cambio climático y el COVID-19, que obligó a las tres naciones a cerrar sus fronteras a todos los viajes no esenciales.

La semana pasada, Biden sostuvo su primera reunión bilateral —también virtual— con el primer ministro canadiense Justin Trudeau, quien en ocasiones tuvo una relación fría con Trump. Biden decepcionó a algunos canadienses con su decisión de revertir lo decidido por Trump y revocar el permiso para el oleoducto Keystone XL, del que el gobierno del expresidente Barack Obama determinó que sólo tenía beneficios energéticos y económicos limitados para Estados Unidos y entraba en conflicto con la lucha contra el cambio climático.

Eso no salió a relucir durante la parte pública de la reunión de Blinken con el canciller canadiense Marc Garneau, quien celebró el compromiso de Biden para “renovar el liderazgo y la diplomacia de Estados Unidos”. Posteriormente el secretario se reunió en privado con Trudeau.

Ebrard, por su parte, acogió la decisión de Biden de cambiar el curso tomado por su predecesor y reincorporar a Estados Unidos al acuerdo de París contra el cambio climático y a la Organización Mundial de la Salud. También elogió las “iniciativas” del nuevo gobierno, al parecer en referencia a la decisión de establecer una nueva estrategia en ciertas políticas fronterizas y de inmigración.

El canciller mexicano reconoció que las políticas del nuevo gobierno iban “en favor de la comunidad mexicana en Estados Unidos”, sin mencionar alguna política en específico.

Biden puso fin a la política implementada por Trump que requería que los migrantes que desean obtener asilo esperaran en México la fecha de su audiencia o tramitaran sus peticiones en Centroamérica. También reinstaló una protección para las personas que no cuentan con estatus legal en Estados Unidos y que fueron traídas al país cuando eran niños, muchas de las cuales son mexicanos, y está respaldando una propuesta que les permitiría solicitar la ciudadanía.

El gobierno de Biden ha empezado a procesar las solicitudes de unos 25.000 migrantes que han estado varados en México, a menudo en condiciones insalubres y peligrosas, pero no ha retirado una política, implementada al comenzar la pandemia de COVID-19, de expulsar de manera expedita a la gente que es detenida a lo largo de la frontera, y ha tratado de desalentar la inmigración ilegal.

Blinken les dijo a los periodistas que el gobierno está trabajando para desarrollar un proceso “más racional” de solicitud de asilo.

Justo antes de su visita con Ebrard, Blinken realizó un recorrido virtual en el concurrido cruce fronterizo de El Paso, Texas, y dijo que el gobierno está trabajando con México y las naciones de Centroamérica para mitigar las condiciones que provocan que la gente trate de ingresar a Estados Unidos de manera ilegal.

“A cualquiera que piense en emprender ese viaje, nuestro mensaje es: No lo haga. Estamos implementando de manera estricta nuestras leyes de inmigración y nuestras medidas de seguridad fronteriza”, puntualizó.