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El trampantojo español

Después 98 días, por fin Pedro Sánchez levantó el estado de alarma y, según él, ayer (21/6) empezó la nueva normalidad.

Y en su discurso semanal sacó pecho basándose en un estudio del Imperial College de Londres, publicado por la revista Nature, señala que, debido al confinamiento, en Europa se han evitado 3,1 millones de muertes por Covid-19, y 450.000 en España.

“El estudio analiza el impacto de las principales ‘intervenciones no farmacéuticas’ en 11 países de Europa, entre ellos España, hasta el 4 de mayo.

(…) Por países, el porcentaje más alto de contagios está en Bélgica con un 8% de la población afectada. Le sigue España, con un 5,5%, unos 2,3 millones de personas” (nuevatribuna.es).

Efectivamente, el Imperial College y la revista Nature son del más alto nivel científico, y muy reconocidas por su rigor. “El Imperial College fue fundado en 1907 y cuenta con 15 premios Nobel, 2 medallas Fields y 70 Fellows de la Royal Society” (Wikipedia).

Pero todos sabemos la dificultad que los estados han tenido para notificar las cifras de afectados y fallecidos, ha faltado una normativa homogeneizadora que se impusiera, ya que los diferentes procedimientos en su obtención, los hacen incomparables, por no ser homogéneos.

Revisando dicho estudio, se observa que, a la fecha del mismo (4 de mayo):

EstadoTotal población (millones)Fallecidos covidSalvados covid
España47,125.613 450.000
Francia68,325.201690.000
Alemania81,96.831560.000
Bélgica18,87.924110.000
Italia60,329.079630.000
Reino Unido6328.734470.000

Calculando esa información en porcentajes, ya que se ha de analizar de formas relativa, podemos ver:

Estado% fallecidos / total pobl.% salvados / total pobl.
España0,0540,955
Francia0,0371,010
Alemania0,0080,684
Bélgica0,0420,585
Italia0,0491,045
Reino Unido0,0450,746

España es la que refleja más fallecidos; y ese es el dato ‘objetivo’ (salvando las enormes diferencias en los datos, como he señalado). Respecto a los ‘salvados’, no puedo opinar, pero creo que, si ya es difícil saber los fallecidos, los ‘salvados’ me parece una información más esotérica.

Respecto a los fallecidos, “al día eran 27136 (al 9 de junio), pero según las estimaciones realizadas por el Instituto nacional de estadística (INE), el índice de mortalidad aumentó en las primeras 21 semanas de 2020 un 24,1%, estos son 43.945 más” (nuevatribuna.es). La diferencia es que ‘oficialmente’ sólo se consideran los fallecidos confirmados por el test PCR, como fijó la OMS. Pero, si tomáramos los datos de los fallecidos extraordinarios en ese período, los porcentajes reflejados empeorarían muchísimo.

Pero, como sabemos, todas las informaciones, por muy rigurosas que sean, y por muy competente que sea la institución, adolecen del sesgo inicial, pues se basan en la información oficial y, ésta, es 100% política.

Igualmente, en los EUA, al día de hoy, con 122.000 fallecidos por el Covid-19, y una población global de 327,4 millones de habitantes, el porcentaje resultando de fallecidos sobre el total, es del 0,037, como en Francia, y ‘mejor’ que en la mayoría de países; y eso comparando los datos de EUA al día de hoy, con los del estudio, que es la del 4 de mayo, por lo que, si fueran los datos realmente homogéneos y a una misma fecha, los resultados de EU serían mucho peores; y todo eso a pesar de la pésima gestión de Donald Trump, que también saca pecho de los ciudadanos ‘salvados’.

Como segundo tema, Pedro Sánchez insistió en la “gran victoria” que representa haber vencido al virus, y poder volver a lo que ufanamente denomina “Nueva normalidad”, que a mi, particularmente me desagrada mucho; encuentro más ajustada la denominación que puso el president Torra “represa” (reanudación). Aunque, de todos modos, tampoco nos encontramos con la situación anterior, pues las mascarillas y la distancia de seguridad interpersonal, nunca permitirán, ni de lejos, una comparación con la situación pre-Covid.

Realmente la situación actual es un trampantojo (“Els ‘trompe – l’oeil’, trampa al ojo, acostumbran a ser pinturas murales de acentuado realismo diseñadas con una perspectiva de manera que, contempladas desde un determinado punto de vista, hacen creer al espectador que el fondo se proyecta más allá del muro o del techo ‘cuadratura’ (…) Las fuentes literarias más remotas que hablan de ese efecto las tenemos en los historiadores romanos Plinio el Viejo (Gai Plinio Segundo, 24-79, escritor científico y naturalista) y Vitruvio (Marc Vitruvio Pollió, arquitecto e ingeniero del siglo I) sobre la pintura griega” (Wikipedia).

Y ese trampantojo, en España, sigue basándose en el gran engaño, ya que Pedro Sánchez quiere ser el protagonista, el ‘héroe’ de ‘su gran victoria sobre el virus’ y, para ‘anular’ a los partidos opositores, de todos los colores, no se cansa de pedir unidad, y de que toda España se reencuentre con la mejor España de todos los tiempos. Vaya política más rastrera, intentar engañar a sus posibles votantes de la bondad de su gestión, basándose en los 450.000 ‘salvados’, ufff. Como hemos visto, el mismo despropósito que hace Trump. Unos populistas desvergonzados y con un nivel de empatía bajo mínimos.

Aquí, el gran engaño, sustentado por los partidos sistémicos (PP / PSOE), tapando las vergüenzas de la casa real y de Felipe González (por la creación del GAL, la policía patriótica asesina y torturadora), tiene los pies de barro, como refleja muy bien el siguiente párrafo del periodista Gregorio Morán Suárez (n.1947):

“Gregorio Morán publicó en su libro ‘Adolfo Suárez, ambición y destino’ (Debate, 2009) una carta enviada el 22 de julio de 1977, firmada por Juan Carlos I, pidiendo al ‘querido hermano’ el sah de Persia Reza Pahlavi, diez millones de dólares para dar soporte a Adolfo Suárez para ‘consolidar la coalición política centrista (…) que sirva de soporte a la monarquía (…) y preserve la civilización occidental y las monarquías establecidas”.

Morán también explicó que, en la biografía de Suárez de José García Abad, ‘Adolfo Suárez. Una tragedia griega’ (Madrid, 2005), ‘la donación llegó mucho más al Palacio de la Zarzuela (casa del rey) que a la Moncloa (Suárez, presidencia de gobierno) y que ‘el episodio se ha de inscribir con más propiedad en el capitulo de la picaresca real que en el de la historia de UCD, de Suárez’” (Esther Vera, Ara, 21/6).

Ahora se ha sabido, gracias a ‘The Telegraph’ que el viaje de boda de Felipe VI y Leticia, fue pagado por su padre, Juan Carlos I, y por un amigo, Josep Cusí, que pagó 265.000 dólares. Como se ve, nada nuevo bajo el sol, la corrupción y la falta de transparencia ha seguido, sigue y seguirá.

Y ese trampantojo de falsa democracia afecta a todos los niveles, como he comentado en anteriores escritos; y la pena es que está calando muy hondo, ya que:

·       la represión de los independentistas;

·       el confinamiento más duro y con mayor pérdida de libertades y derechos del mundo occidental;

·       la crisis económica y social consecuencia del confinamiento;

·       los intereses partidistas, también entre los independentistas (ERC y Junts per Cat.),

·       pero, sobre todo, de los partidos que gobiernan actualmente en España y, en concreto, los socialistas catalanes (PSC), con sus ‘serviciales’ (mejor dicho, ‘serviles’) Miquel Iceta y Eva Granados, intentando sacar provecho;

·       etc.,

todo eso está comportando un estado de crisis, de tensión y nervios generalizados, que se pueden observar en todos los niveles de la sociedad.

Como ejemplo, ayer pudimos ver esa tensión en una asamblea vecinal de la avenida Meridiana de Barcelona que, desde la sentencia contra nuestros representantes políticos y sociales, ha ido efectuando cortes diarios de la circulación (de 20.00 a 22.00 h), hasta la imposición del estado de alarma, y que ahora se está intentando recuperar. No estuvimos a la altura de las circunstancias, cuando la única fuerza que tenemos está en la UNIDAD.

Por eso, mi opinión sobre este presente y el futuro inmediato es muy pesimista, quizás por ser excesivamente crítico, y no acepto, en absoluto, el ‘buenísmo’ interesado de Pedro Sánchez, el personaje con más máscaras, ya que, según el momento, se pone y se quita la que considera que le beneficia más. Ahora, intentando pactar con Ciudadanos (un partido de derechas) los presupuestos del 2021 (los del actual año, ya los da por inútiles, y seguimos con los últimos presupuestos de Rajoy, prorrogados, que ya es el colmo).

Por todo lo comentado, me parece que esta ‘nueva normalidad de Sánchez’ es un verdadero trampantojo para aparentar una cosa, pero, en realidad, ser otra muy diferente, es decir, la preservación del estado profundo español, con el rey a la cabeza.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com