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Entre la navaja de Ockham y el gato de Schrödinger

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Todos deseamos que finalice la cuenta atrás de los 5 días de reflexión tomados por Pedro Sánchez (PSOE), pues lo que decida marcará el futuro inmediato de la política española y catalana; por eso sigue siendo el monotema que nos ha agotado y, hasta mañana, continuaremos en el túnel en el que nos ha entrado.

William of Ockham (Guillermo d’Occam, 1287 – 1349) aplicando su método reduccionista, resumida en la definición de su teoría sobre ‘la navaja’, según la cual, ‘en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable’; y esto implica que, cuando dos teorías, en igualdad de condiciones, la más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja.

En base a esa teoría, podríamos elucubrar apostando que la decisión más fácil para Pedro Sánchez, es la de anunciar que continúa en su cargo de presidente del gobierno, ya que, la alternativa, su dimisión, sumiría a su partido (PSOE) en un tenebroso mar.

Por su parte, Erwin Rudolf Josef Alexander Schrödinger (1887 – 1961) planteó la paradoja, basada en un escenario con un hipotético gato, situado en una caja sellada, con un matraz con un veneno, y un dispositivo con una partícula radiactiva; si el dispositivo detecta radiación, automáticamente se romperá el frasco, liberando el veneno que matará al gato. Según la interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica, el gato puede estar simultáneamente vivo y muerto.

Esa paradoja ha dado fruto a teorías sobre diferentes mundos, el colapso objetivo, la superposición de estados, etc.

Yo nunca he entendido la lógica de esa paradoja, pero si que comparto que, al abrir la caja, la sola acción de observar, ya modifica el estado del sistema establecido.

Pero, efectuando un símil con la situación provocada por Pedro Sánchez, me parece que podríamos considerar que, en estos momentos, el gato Sánchez está vivo (personalmente) y muerto (públicamente); pero, que mañana, al abrir la caja y comunicar su decisión, estará muerto, ya que, si decide dimitir, habrá mostrado una vulnerabilidad que la derecha y extrema derecha aprovecharán; por el contrario, si decide continuar, esa vulnerabilidad no le facilitará su futura gestión, salvo que se muestre determinado a tomar decisiones trascendentes, para que la pseudo democracia española, pueda homologarse a las democracias occidentales.

De todos modos, la realidad es que Pedro Sánchez, finalmente, se ha dado cuenta de que el estado español, que él y su partido han formado y conformado, no es una ‘democracia plena’, como él repetía constantemente. Así que, bien venido al club.

Asimismo, haber sumido a la ciudadanía en este compás de espera, es una muestra más de la infantilización en la que nos tienen sometidos a todos, pues, mientras centramos nuestra atención en la decisión que tome Pedro Sánchez, no analizamos los verdaderos temas, máxime estando en plena campaña electoral en Catalunya.

Y así, no damos la importancia debida a que el estado siga manteniendo la guerra contra todo lo que representa Catalunya, pues este jueves pasado vimos que Felipe VI otorgó el título de ‘Real’ a un grupúsculo negacionista del catalán en las Illes Balears, que ahora pasará a llamarse: ‘Reyal Acadèmi de sa Llengo Baléà’; una academia acientífica que promueve unas normas ortográficas específicas para ‘la llengua baléà’, enmarcada en el ‘gonellisme’ (*), como el ‘blaverisme’ (**) del País Valencià.

‘El líder de los ‘ecosoberanistes de Més per Mallorca’ considera que esa academia es un grupúsculo de la incultura y del negacionismo académico y científico a la altura de Millán-Astray, los Borbones haciendo de Borbones’ (…) El diputado de esa formación en el congreso, Vicenç Vidal, también comentó: ‘La casa Real dando cuerda al ‘gonellisme’, la peor versión de la derecha más rancia contraria a todos los consensos de la sociedad civil de las Illes Balears (…) resulta que Felipe VI reconoce a una fantasmagórica Acadèmi de sa Llengo Baléà el título de real academia. Que vuelva a la escuela’.

(Berto Sagrera, elnacional.cat, 25 de abril del 2024)

(*) gonellisme: originado en 1972, con el manifiesto de Pep Gonella, el seudónimo de un personaje (¿Lluís Ripoll Arbós o Josep Zaforteza?), ‘muy valiente’, claro. El principal opositor a esas tesis fue el discípulo y colaborador de Antoni María Alcover i Sureda (1862 – 1932), Francesc de Borja Moll i Casasnovas (1903 – 1991).

(**) blaverisme: movimiento regionalista valenciano formado en los años 1970, como reacción al discurso de Joan Fuster i Ortellas (1922 – 1992). El nombre les viene de la franja azul vertical su la senyera (bandera) coronada valenciana.

Es decir, una muestra más de anticatalanismo por parte del rey, que hace política, en contra de lo que establece la constitución; por lo que requeriría la reprobación total, su destitución, pues ya estamos hartos de ser borboneados por incultos prepotentes.

Otro tema que tapa el show montado por Pedro Sánchez, y que debería ser tema de discusión y debate en la campaña catalana, es la figura de su servil escudero, Salvador Illa, avalado, obviamente, por los grupos Prisa (El País y la Cadena Ser, entre otros medios), Godó (La Vanguardia y RAC1)

Salvador Illa, presentado y autopresentado como el gran gestor de la sanidad durante la pandemia, pero que tiene un historial con grises y negros, como explica Andreu Barnils, en su artículo titulado ‘Salvador Illa, constructor de prisiones’, del que, a continuación, reproduzco la primera parte del artículo en cuestión, que me parece sumamente clarificadora y explícita:

‘Si escribimos ‘Lledoners’, ‘Puig de les Bases’ y ‘Mas d’Enric’, los presos políticos nos dirán que estas son las cárceles donde estuvieron cerrados. Pero si lo preguntamos a Salvador Illa, candidato del PSC a las elecciones catalanas del 12 de mayo, nos dirá que estas son las cárceles que él construyó.

Efectivamente, Salvador Illa, aficionado al RCD Español, cristiano que visita al Papa, el hombre que recuerda con afecto su paso por el ejército español, fue el director general de infraestructuras que supervisó la construcción de estas tres cárceles, el ‘perico’ que construye la jaula, y que, en este momento, es el candidato más destacado en las encuestas, y que tiene una biografía política que se puede definir, de complicada, tensa, compleja; de sus convulsos inicios de alcalde de la Roca del Vallès, hasta su paso por el Ministerio de Sanidad español que ahora investiga la justicia.

Salvador Illa forma parte de la maquinaria españolista del PSC, los capitanes que se apropiaron del partido, vacío ya de los catalanistas que lo fueron abandonando. Y nadie como él, poderoso exsecretario de organización, para saber esta dinámica que vivió intensamente como alcalde de la Roca del Vallès durante una década que se puede resumir con una palabra ‘convulsión’ o con un párrafo:

El mandato de Illa empezó el 1995 y acabó el 2005, durante el cuál le presentaron seis querellas por irregularidades, una moción de censura que le echó durante unos cuantos meses, le retiraron el sueldo durante un tiempo, el tribunal superior de justicia de Catalunya le obligó a convocar (la moción triunfadora que duró unos cuantos meses), hubieron insultos constantes, bestias y crueles entre los regidores y la oposición, y un alcalde, Salvador Illa, que llegó a serlo en un pueblo tremendamente dividido (la alcaldía se ganaba por pocos votos), el pueblo que hace frontera entre la gran Barcelona y la Catalunya interior, los dos mundos que chocan (como chocan los capitanes del PSC del área metropolitana, y la Catalunya interior del PSC catalanista). Para acabarlo de arreglar, Illa accedió al cargo porque el alcalde ganador murió como consecuencia de un infarto fulminante (Romà Planas, un catalán del exilio, donde pasó hambre y frío), y el cargo le llegó de improviso a un jovencísimo e inexperto Salvador Illa de 29 años. Aquello era una guerra, y él era un niñato. Un niñato que tuvo por mentor a Joan Roca, un hombre que fue alcalde primero del PSC y después de CiU. Aquello era una guerra, y él era un aprendiz.

Al cabo de diez años, Illa se fue, quemado, mordiendo, a medio mandato. De legado dejaba la Roca Village (más de cuatro millones de visitantes al complejo de tiendas a las afueras del municipio, pocos de los cuales entran en el pueblo), centros de salud, la biblioteca y la recalificación sospechosa de unos terrenos que fueron a parar al padre de un regidor de Illa antes de salir disparado, hacia la Dirección General de Gestión de Infraestructuras del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya, en que se estaría de los 39 a los 44 años.

Su paso por la Roca se podía resumir en un párrafo, su paso por infraestructuras se puede resumir en tres líneas, y una reflexión.

Las tres líneas son este decreto del DOGC: ‘Artículo único: El señor Salvador Illa i Roca cesa, a petición propia, como director general de Gestión de Infraestructuras del Departamento de Justicia, con efectos del día 30 de abril de 2009, y se le agradecen sus servicios prestados. Barcelona, 28 de abril de 2009. José Montilla i Aguilera. President de la Generalitat de Catalunya. Montserrat Tura i Camafreita. Consellera de Justicia’

Illa se pasó cuatro años en el cargo, durante los que se construyeron las cárceles, y ¿tres días antes, tres, que se inaugurase uno de los proyectos estrella de su mandato, la Ciudad de la Justicia (inaugurada el 2 de mayo de 2009) cesa a petición propia? ¿Años para un proyecto estrella y no te esperas a ponerte la medalla? ‘Ni de coña’, me comenta un exconseller del PSC. ‘Esto fue el gobierno, que lo hizo cesar, te lo digo yo. No me hagas decir por qué, pues no sé si fue el sobrecoste que dicen que hubo, desavenencias políticas con Tura, o qué fue, pero a Illa lo hicieron caer, ya te lo digo yo (…)’.

(Andreu Barnils, Vilaweb, 27 de abril del 2024)

Como he apuntado, sobre estos y otros temas deberían estar debatiendo las tertulias y los mítines políticos, pero, no … ‘casualmente’, el show de Pedro Sánchez lo tapa todo, y, ahora, el PSOE/PSC intentan montar una campaña en plan emotivo para apoyar a Pedro Sánchez.

Y deberían centrarse, asimismo, en otros aspectos del máximo interés, que la ‘espantá’ temporal de Sánchez ha vuelto a poner sobre la mesa, por ejemplo, la información que le extrajeron de su teléfono móvil, mediante el sistema Pegasus, espionaje que, según diferentes fuentes, fue organizado desde Marruecos … y, casualmente, a las pocas semanas, Pedro Sánchez ‘regaló’ el Sáhara Occidental, traicionando la tradicional relación con el pueblo saharaui, sin ningún tipo de explicaciones y, hace menos tiempo, el apoyo al pueblo palestino, en detrimento del estado de Israel (argumentado por el genocidio). Y, todo eso, expuesto de nuevo, al ser abierto el caso judicialmente, gracias a informaciones francesas.

En definitiva, que espero que mañana, sea la que sea la decisión del ‘pensador, reflexionador’ será relevante, como he señalado, y espero que nos devuelva a los temas y argumentos racionales, obviando todo tipo de emotividades y sentimentalismos, como se dedican ahora los vasallos de Pedro Sánchez, y sus contrarios criticándole, obviamente.

Esta mañana he oído en una tertulia radiofónica, que la decisión de mañana, será un ‘caixa o faixa’ (caja o faja), expresión del coronel Joan Prim i Prats (1814 – 1870), ‘en 1843, siendo gobernador militar en Barcelona, se enfrentaba a un fuerte descontento de los catalanes respecto al gobierno de Madrid; y un día que pasaba a caballo por la calle Argenteria, un ciudadano le gritó señalándole: éste lo que quiere es la faja (de general). Y Prim le contestó: ‘entonces o caja o faja, que significaba que si querían la guerra la tendrían y él saldría en una caja (muerto) o con la faja (ascendido a general, cosa que consiguió). Esa frase, también la repitió Prim en la batalla de Castillejos (Tetuán, Marruecos)’

Pues bien, yo no creo que debamos llegar a puntos tan dramáticos, pero sí que, mañana veremos si Pedro Sánchez dimite (caja) o sigue con su faja de presidente.

Si decide plantear una moción de confianza, cabe señalar que según el artículo 112 de la constitución, el presidente tiene la facultad de solicitar al congreso la confianza sobre su programa o sobre una declaración de política general; pero, como sabemos, Sánchez sigue contando con los apoyos de investidura, y, como la confianza no está contemplada por temas familiares, sólo cabría esperar, que si optase por esa vía (narcisista), que mañana plantease medidas realmente drásticas, como, por ejemplo, la extinción de la audiencia nacional, y las medidas correctoras precisas para quitar la caspa a la actual ‘democracia’ española.

Sólo nos quedan unas horas, para salir de dudas, y conocer el final de este show, así que, debemos tener paciencia, para ver si tenía razón Ockham con su teoría sobre la navaja, y también Schrödinger con la paradoja sobre sus gatos.