- Es una creación de expertos artesanos mexiquenses que representa una mezcla de tradiciones locales con diversos elementos universales.
- Se fabrican principalmente para uso religioso y decorativo.
Toluca, Estado de México, 28 de diciembre de 2020. El árbol de la vida es una escultura en barro elaborada comúnmente de forma artesanal en el Pueblo Mágico de Metepec. Las imágenes representadas en las esculturas se usaron originalmente, durante el período colonial temprano, para enseñar a los nativos de la región, la historia de la creación, según la Biblia.
La creación de árboles de la vida es parte de la tradición alfarera y cerámica de este Pueblo Mágico.
Para los artesanos se ha convertido en tradición la representación de ciertos pasajes bíblicos, como la historia de Adán y Eva, pero actualmente se crean árboles con temas completamente ajenos a la Biblia.
La fabricación de cerámica en esa área, que incluye figuras de barro, data de entre 1800 a 1300 a. C. La coloración de las figuras inició más tarde, después de que la influencia olmeca llegó a la zona. Alrededor del año 800 d. C. la influencia de Teotihuacán trajo consigo el aplicar un simbolismo religioso a muchos objetos de cerámica.
A partir de entonces, la cerámica matlatzinca continuó desarrollándose con múltiples influencias en lo que hoy es el Estado de México, ya que se encontraba en una posición estratégica entre el Valle de México y lo que ahora son los estados de Morelos y Guerrero.
Después de la conquista española, los frailes destruyeron los artículos que representaban a los antiguos dioses y los reemplazaron con imágenes de santos y de la iconografía cristiana.
La representación de un árbol de la vida en las pinturas y otros medios se introdujo como una forma de evangelizar a la población nativa. Durante la mayor parte del período colonial, la cerámica en el Estado de México se producía principalmente para el autoconsumo y se convirtió en una fusión de técnicas y diseños españoles e indígenas.
Se mantuvo así hasta la primera mitad del siglo XX, cuando comenzaron a fabricarse piezas decorativas e incluso de lujo. A este tipo de trabajos corresponde el árbol de la vida, especialmente aquellos que no tienen función religiosa.
Los árboles no religiosos tienen temas como la muerte, trajes típicos, tradiciones o la primavera.
Las esculturas de árboles de barro con el tema bíblico del Jardín del Edén son elaboradas particularmente en Metepec, Estado de México, cuyos árboles se distinguen por estar pintados en colores brillantes.
Los árboles de la vida han llegado a considerarse emblemáticos del municipio y son parte de una tradición de escultura en barro que solo se encuentra en Metepec, así como pegasos, gallos, leones y flores, entre otros.
El árbol de la vida es tradición y fantasía del barro; es una preciosa creación de expertos artesanos mexiquenses que representa una mezcla de tradiciones locales con diversos elementos. El árbol de la vida es la combinación de talento e imaginación de los artesanos de Metepec.
El más tradicional contiene una serie de imágenes importantes. En la parte superior de la escultura se coloca una imagen de Dios; debajo, las ramas del árbol que tienen relación con la creación del mundo en siete días. Otras imágenes características son el sol y la luna, Adán y Eva y los animales, flores y frutos que simbolizan el paraíso.
También aparece la serpiente de la historia bíblica en la parte inferior, al igual que el Arcángel Miguel que expulsó a Adán y Eva del Jardín del Edén. En general, la escultura del árbol se ve como un candelabro.
Los árboles se fabrican principalmente para uso religioso y decorativo, aunque aquellos que tienen quemadores de incienso es más probable que sean usados con motivos religiosos.
Los árboles están hechos de barro cocido en hornos de gas a baja temperatura. La mayoría miden entre 26 y 60 centímetros de altura y su creación puede tardar de dos semanas a tres meses. La fabricación de piezas extremadamente grandes puede tardar hasta tres años.
Estos árboles varían en tamaño desde miniaturas hasta gigantescas esculturas públicas. La mayoría de los árboles son creados por los propios artesanos que han aprendido a elaborarlos de sus padres y abuelos.
En las últimas décadas han aparecido variantes de la artesanía. Muchos árboles tienen un tema único, pero el más común es la dualidad entre la vida y la muerte y la relación del hombre con el mundo natural. Sin embargo, a menudo mantienen los elementos esenciales, como las imágenes de Adán y Eva.