Con un llamado a no ser selectivos en el respaldo a las víctimas y evitar excusas o análisis del “contexto” cuando se habla de las mujeres que sufrieron violencia sexual y violaciones en el ataque del 7 de octubre, se llevó a cabo el evento Rompiendo el silencio: conferencia sobre crímenes sexuales contra mujeres perpetrados por Hamas.
Realizado en el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el encuentro encabezado por la Embajadora de Israel en México, Einat Kranz Neiger, contó con la participación vía remota Mirit Ben Mayor, Jefa de Comunicación de la Policía de Israel; así como de Clara Marman, quien fue liberada luego de permanecer 53 días secuestrada en la Franja de Gaza. Mientras que, de manera presencial, participaron Silvia Cherem, Hugo Vela y Adina Chelminsky, manifestando sus perspectivas sobre las agresiones que sufrieron las mujeres.
Este encuentro inició con la proyección del testimonio de Agam Goldstein, joven secuestrada por Hamas, quien compartió la experiencia de otra mujer que estuvo en gaza junto a ella, quien fue violada por un terrorista, durante el acto, le comentó que su violador la amenazó de muerte durante todo el tiempo que duró el acto apuntándole con un arma en la cabeza, exigiéndole que no comentara con nadie más lo ocurrido.
La periodista Silvia Cherem, quien moderó la conferencia, hizo uno de los llamados más contundentes en el encuentro: el rechazo a ser selectivos en el respaldo a las mujeres violentadas por Hamas, utilizando como motivo el “contexto” político-social que vive Israel y Gaza, “porque es inmoral aplicar a placer y de manera sesgada los conceptos establecidos por Naciones Unidas, con respecto a la dignidad de la mujer”.
Añadió que “no hay una excusa para justificar una violación. Ninguna reivindicación nacional, ningún contexto puede ser razón para acreditar lo sucedido: las violaciones y el sufrimiento físico, sexual y psicológico de mujeres como armas de guerra”.
Compartiendo su experiencia como sobreviviente del ataque del 7 de octubre y luego de permanecer secuestrada, Clara Marman, enfatizó que los terroristas la privaron de su libertad cuando se encontraba en su casa, en sus palabras “el lugar donde debería sentirme más segura”.
Señaló que el kibutz Nir Itzak, en el que vivía, se encuentra a sólo 4 kilómetros de Gaza, ahí había una convivencia permanente con palestinos, quienes a diario cruzaban a Israel para trabajar, lo que resultó contraproducente debido a que de esta manera Hamas conoció los detalles para planear la invasión.
La israelí de origen argentino calificó a los 53 días que permaneció en cautiverio como “un infierno que no se terminaba nunca”. “Teníamos pánico porque se escuchaban y sentían los misiles que se disparaban desde Gaza a Israel. No podía dormir, esperábamos a que se terminara el día, para después esperar a que terminara la noche”, sentenció.
La Embajadora Einat Kranz Neiger recordó que “utilizar la violencia sexual como arma de guerra es un crimen de guerra y puede considerarse un crimen de lesa humanidad”. Afirmó que Hamas utilizó esta práctica como una táctica para humillar, atormentar y derrotar a una población civil quebrantando su espíritu.
Lamentó el silencio de las organizaciones internacionales dedicadas a la protección de las mujeres, quienes se negaron a defender a las israelíes y condenar a Hamas, “se quedaron calladas o afirmaron que hay que revisar el ‘contexto’ o las circunstancias; nos dejaron solas”.
Indicó que, a unos días del 8 de marzo, ninguna mujer en el mundo se puede sentir protegida y segura “cuando se cometen estas atrocidades y no se alza la voz, porque si se permite hoy, se permitirá mañana en otras partes”
Al hablar sobre lo que encontró la Policía de Israel al revisar los cadáveres, Mirit Ben Mayor, resaltó que los cuerpos estaban en condiciones terribles, un gran número presentaba evidencias de violencia sexual, principalmente las mujeres, con rastros de violaciones, heridas por disparos o golpes en los genitales e incluso mutilaciones de senos.
Admitió que se desconoce el número de víctimas de violencia sexual debido a que casi en su totalidad éstas fueron asesinadas; pero se ha podido construir una narrativa de lo ocurrido con base a palabras de testigos, declaraciones de terroristas detenidos, así como videos que los miembros de Hamas grabaron durante el ataque donde se les podía observar “orgullosos por sus actos”.
Exponiendo su experiencia en Israel, el periodista y documentalista, Hugo Vela, reconoció que existe un alto nivel de desinformación sobre las condiciones de Gaza, siendo los más comunes el hablar de los palestinos y Hamas como si fueran los mismo, así como sobre las condiciones de vida en la Franja.
Al respecto, dijo que el pueblo palestino está subyugado a los terroristas, donde se vive un adoctrinamiento desde temprana edad, haciendo partícipes a los niños en eventos en los que se les reitera que su misión es “matar judíos”.
Por su parte, la economista, activista e influencer, Adina Chelminsky, apuntó que el mundo cambió para la gente de Israel y todos los rincones del planeta. Afirmó que estamos siendo testigos de la falsa información y manipulación mediática en torno a este evento.