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España ATÍPICA

El calificativo de ‘atípico’ fue de uso generalizado ayer, al comentar la Diada Nacional de Catalunya, un día atípico, unas manifestaciones atípicas, y todo es consecuencia de una situación política, económica y sanitaria atípicas.

“El adjetivo ‘atípico’ califica a aquello que, por sus propiedades o características, resulta diferente a los tipos comunes (…) similar a: extraño, raro, irregular, extravagante, diferente, distinto e infrecuente.”

(Wikipedia) 

Unos dicen que es lo que hay, otros que todo volverá a ser como antes tan pronto como se disponga la vacuna contra el covid-19, etc.

Yo, por el contrario, creo que nunca volverá a ser como antes, y no sólo atendiendo al famoso pensamiento de Heráclito de Éfeso (540 a.C. – 480 a.C.), el ‘Oscuro: ‘Nadie se baña dos veces en el mismo río’; fue famoso por su insistencia en el cambio (panta rei), el flujo universal; en contraposición a Parménides de Elea (530/515 a.C.- siglo V a.C.), que defendía que ‘lo que es , no puede no ser’, negando así el cambio.

Como Heráclito, creo que tanto el hombre como el río, van cambiando. No sólo nosotros ya no volveremos a ser los de antes, ya que en este tiempo hemos tenido nuevas experiencias, vivencias, conocimientos, etc., sino que nuestro entorno político con presos y exiliados políticos, el entorno económico-social, con una nueva crisis y el entorno sanitario con sus secuelas de fallecidos, contaminados, ansiedades y temores, etc., lo han trastornado todo. Y nada de eso será reversible, y si por arte de magia el entorno fuera reversible, nosotros, al ser diferentes, y no solo por la edad, ya no lo veríamos ni valoraríamos de la misma forma, evidentemente. 

De todos modos, hay cosas y hechos que aparentemente dan la razón a Parménides, ya que no cambian, pase lo que pase, y eso lo podemos ilustrar con el siguiente ejemplo:

Ayer, 11 de setiembre, fiesta nacional de Catalunya, el:

“El Tribunal Constitucional ha decidido por unanimidad mantener activas las órdenes nacionales de busca y captura e ingreso en prisión de Puigdemont y Comín, ordenadas por el Tribunal Supremo. El Tribunal de Garantías deniega la suspensión de estas órdenes que le habían solicitado los procesados y declarados en rebeldía:

El Pleno del tribunal Constitucional por unanimidad ha acordado denegar la suspensión de las órdenes nacionales de búsqueda, detención e ingreso en prisión de los procesados y declarados en rebeldía, Carles Puigdemont y Antoni Comín, que fueron acordadas por el magistrado instructor del Tribunal Supremo, Pablo Llarena y confirmadas por la Sala de Recursos de la Sala Penal en auto de 5 de noviembre de 2019.

El auto, cuyo ponente ha sido el magistrado Cándido Conde-Pumpido Tourón, explica que ‘tal suspensión acarrea la perturbación de la función jurisdiccional, y supone una injerencia de la jurisdicción constitucional en las decisiones adoptadas por la jurisdicción ordinaria que ha de ser abordada con suma cautela, caso a caso, para evitar que este Tribunal desempeñe funciones que le están constitucionalmente vedadas por ser propias de la jurisdicción ordinaria.

Los recurrentes también solicitaban al TC que planteara una cuestión prejudicial al tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), en el sentido de que era contrario al Derecho de la Unión y a la jurisprudencia del TJUE y que no se suspendiera el procedimiento penal como consecuencia de su elección como parlamentarios europeos y conseguir la inmunidad correspondiente.

El TC rechaza tal petición porque no se pone en relación una norma de la UE con una norma nacional, sino con un eventual criterio aplicativo de ésta y, además, se trata de una petición condicionada que no puede admitirse en este trámite incidental porque ‘equivaldría a una resolución anticipada del fondo del recurso de amparo.

(…)

El TC concluye afirmando que si se levantara las órdenes de busca y detención acordadas, estaría negando, de hecho, su necesidad y legitimidad, así como la concurrencia de los presupuestos jurídicos que han llevado a la jurisdicción ordinaria a su adopción y mantenimiento pese a haberles reconocido la adquisición de las prerrogativas e inmunidades que les corresponden como parlamentarios europeos”.

(cadenaser.com)

Es decir, que los poderes del estado español son inmutables, mantienen su criterio franquista, pues como sabemos, Franco lo dejó todo ‘atado y bien atado’, hasta las aguas de los ríos.

Y dada esta situación, debemos ser conscientes de que esa fuerza ‘del lado oscuro’ no desaparecerá, por lo que debemos pensar y repensar en los siguientes aforismos:

·       ‘Al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás’. (Nelson Rolihlahla Mandela (1918 – 2013), discurso como presidente electo en 1984)

·       ‘’El miedo se tiene o no se tiene, y si se tiene, no desaparece, únicamente cambia de estado’. (Isaac Rosa, ‘El país del miedo)

·       ‘Nuestro miedo es su fuerza’, dicho popular, citado por Elisenda Paluzie (presidenta de la Assemblea Nacional de Catalunya) citó ese dicho, ampliándolo: ‘Nuestro miedo es su fuerza; si no tenemos miedo, ellos no tendrán fuerza’.

Por eso me parecen muy ilustrativas los dos siguientes cuentos sufís:

Las estrellas del mar:

Había una vez un escritor que vivía junto al mar; en una playa enorme donde tenía una caseta para pasar largas temporadas escribiendo y buscando inspiración para sus libros. Era un hombre inteligente y culto, y con mucha sensibilidad para las cosas importantes de la vida.

Una mañana, mientras paseaba por la ribera del océano, vio desde lejos una figura que se movía de una manera muy extraña, como si estuviera bailando. Al acercarse, vio que era un chico que se dedicaba a coger estrellas de mar de la arena y a lanzarlas otra vez al agua.

El hombre le preguntó al chico que estaba haciendo. Y el joven le contestó: Recojo las estrellas de mar que han quedado en la arena y las devuelvo al mar, la marea ha bajado mucho, y muchas morirán.

El escritor le dijo: Pero esto que haces no tiene sentido, primero es su destino, morirán y serán alimento de otros animales, y, además, hay miles de estrellas en esta playa, nunca tendrás suficiente tiempo para salvarlas a todas.

El chico miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena y la lanzó con todas sus fuerzas sobre las olas, exclamando: para ésta … sí que tiene sentido.

El escritor marchó desconcertado, no podía entender una conducta como aquella.

Aquella tarde no tuvo inspiración para escribir, y por la noche no pudo dormir bien, soñaba con aquel chico y las estrellas de mar.

Por la mañana, al despertarse, corrió hacia la playa, buscó al chico y le ayudó a salvar estrellas…”

(ampaelvinytecontes.blogspot.com)

Un criado y un amo con mal genio:

Un criado estaba expuesto todos los días al carácter irascible de su amo. Un día, el señor volvió a casa de muy mal humor, se sentó a comer y al hallar la sopa fría, montó en cólera y arrojó el plato por la ventana.

El criado, a su vez, arrojó la carne, el pan, el vino y, por último, el mantel y los cubiertos. El amo montó en cólera: ¿Qué haces, insensato?

Perdone, señor, respondió con seriedad el criado; creía que hoy deseaba comer en el patio ¡Todo es tan apacible y el cielo es tan sereno!

El amo reconoció su falta, se disculpó y le agradeció interiormente al criado por la lección que acababa de darle”.

(rinconpsicología.com)

Ambas fábulas tienen moralejas positivas, y los independentistas no somos incautos, ya hemos vivido muchas vivencias, y, la más dura, tenemos a nuestros representantes políticos y sociales en prisión o en el exilio. Ayer, en un acto de Òmnium Cultural, hicieron una ‘performance’ colocando 2850 sillas vacías, cada una con el nombre de un represaliado: diputados, regidores, dirigentes de partidos, etc., ya juzgados, imputados, o en espera de serlo.

Y sabemos que los poderes del estado no harán ni como el escritor ni como el amo en las respectivas fábulas, ellos no cambiarán, y si lo hacen, será para enrocarse y hacerse más extremos, si es que eso es posible. Con la citada sentencia del tribunal constitucional, tenemos una buena prueba de ese enroque, ‘justificado’ con argumentos leguleyos de bajo nivel intelectual, y de nulo nivel ético y moral.

Ante esta situación, si encima le añadimos la incomodidad de la mascarilla y su barrera comunicativa y la distancia de seguridad, está claro que todo acto social, como los de ayer, se hacen más duros, y, como me comentó un amigo, una Diada sin sonrisas, es una conmemoración triste, una tristeza añadida por nuestros presos y represaliados, a la tristeza secular, por la derrota en 1714 ante las tropas del primer Borbón (Felipe V)

Pero no perderemos nuestras esperanzas de que el actual (Felipe VI), sea el último de la saga, y más pronto que tarde. Es verdad que se dice que ‘la esperanza es lo último que se pierde’, si bien quiero creer que no tengamos que perder muchas más cosas, y que, en su momento, no lleguemos a perder la esperanza. Somos resilientes. Y persistiremos. Pero nuestra paciencia es finita.

Está claro que desde hace años estamos haciendo como el crío con las estrellas de mar, intentando convencer a los dubitativos; después deberemos hacer como el criado ante los desplantes del amo, pues en un estado tan atípico como el español, la razón, la lógica y el respeto a las leyes y tratados europeos, no cuenta, ya que en los poderes del estado español solo impera la gallardía del hidalgo castellano, el desgraciado que quiere imitar a los poderosos y diferenciarse del pueblo, sin saber que los ricos nunca le harán un hueco, nunca lo verán como uno de los suyos y los de abajo no les perdonaremos.

En este caso, ahora los de arriba son las democracias consolidadas, y lo triste es que los hidalgos españoles no quieren ni acercarse a ellas, como vemos por las divergencias en las sentencias, aquí el modelo sigue siendo la Contrareforma del Concilio de Trento (1545-1563), caracterizada por el absolutismo y la intolerancia.

Por todo eso, sólo tenemos un camino, ‘la confrontación democrática inteligente’, como sugiere Puigdemont. Como dijo ayer la citada Paluzie, queremos dejar de pensar en simbolismos, lo que queremos es tener un estado propio real, no simbólico, con unas representaciones simbólicas.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com