La situación actual entre España y Catalunya es tremendamente decepcionante, y un buen ejemplo lo tenemos con la ‘teórica’ mesa de negociación pactada por ERC (republicanos catalanes) y el PSOE, para conseguir la investidura de Pedro Sánchez; reunión que debía ser quincenal y abierta a negociar todos los temas políticos. Pero, después de meses, finalmente se reunió una sola vez; si bien, a partir de marzo, con la tapadera de la pandemia, todo quedó postergado; y ahora, la supedita a la aprobación de los presupuestos generales del estado, pero decantándose a obtener el apoyo de la derecha.
En este panorama, y simplificando, podemos observar diferentes posturas: En un extremo el estado español, representado por Pedro Sánchez; en el polo opuesto, el movimiento independentista catalán; y por medio, ERC, los únicos que creen en este diálogo.
Estas tres posturas quedan bien reflejadas en las siguientes fábulas:
En esta primera, podríamos hacer el símil de Pedro Sánchez con buenos caballos, dinero y cochero, es decir, con todos los medios (lícitos e ilícitos) que tiene el estado:
“Dirección contraria:
El príncipe de Wei tomó la determinación de invadir Handan, capital del reino de Zhao. Aunque Li Liang andaba por entonces de viaje, en cuanto lo supo regresó. Sin esperar siquiera a que se estirasen sus ropas arrugadas ni sacudir el polvo de sus caballos, fue a ver al rey.
Cuando regresaba, dijo, me crucé en el monte Taihang con un hombre que se dirigía al Norte. Me dijo que iba al reino de Chu.
Si es así, ¿por qué se encamina hacia el Norte?, le pregunté.
No importa, replicó, tengo buenos caballos.
Sus caballos pueden ser excelentes, le respondí, pero usted ha tomado la dirección equivocada.
Bueno, me respondió, también tengo bastante dinero.
Y le repliqué, puede tener bastante dinero, pero esta dirección es la contraria.
Y me contestó, bueno, tengo un magnífico cochero.
Y, para finalizar, le contesté: Cuanto mejores sean sus caballos, cuanto más dinero tenga y cuanto más experto sea su cochero, tanto más se alejará del reino de Chu”
Por muchos medios que tenga el estado, y en concreto Pedro Sánchez, si en la mesa de negociación no realiza el ajuste y enfoque preciso, es decir, si la amnistía / indulto de los presos no quiere ni tocarlos, como tampoco la realización de un referéndum legal y acordado, ni modificar la ley que despenalice la sedición, diseñada de forma sui géneris en el código penal español; si no inciden en la fiscalía para que deje de entrometerse en temas políticos, etc.; pues consideran que eso son ‘juegos florales’, y sólo quieren hablar de ‘temas de estado, como los presupuestos para la reconstrucción tras la pandemia’, está claro que no llegará nunca al norte, de cada vez estará más lejos de alcanzar una solución política al tema que nos ocupa.
La siguiente fábula, es una de las atribuidas a Esopo, que han sido recontadas por Fedro, La Fontaine, Samaniego, etc.; y, siguiendo con el juego de metáforas, el papel de la zorra, podría simbolizar a ERC, que tras creerse ‘omnipotentes’ en el momento de la investidura y conseguir la citada mesa de negociación, a cada paso, a cada limitación impuesta por Pedro Sánchez, Esquerra Republicana de Catalunya, rebaja sus pretensiones.
“La zorra y las uvas:
Un día, en una mañana fresca de otoño, una zorra descansaba. Al ver unos hermosos racimos de uvas ya maduros, deseosa de comer algún alimento refrescante, la zorra se levantó y comenzó a buscar alguna manera de alcanzarlas. Pero no sabía que los racimos de uvas estaban más altos de lo que esperaba.
La zorra saltó y saltó, lo intentó una y otra vez sin darse por vencida, pero fue imposible alcanzar los racimos de ningún modo.
La zorra se dio cuenta de que era inútil intentarlo de nuevo y decidió renunciar a los racimos de uvas.
Viendo frustrado su deseo, dijo para consolarse: ¡Bah, estas uvas no están maduras!”
Finalmente, el movimiento independentista catalán, somos la carpa de la siguiente fábula:
“La carpa en el carril seco:
Zhuang Zhou no tenía dinero. Un día fue a ver al Marqués Guardador del Río para pedirle prestado un poco de grano.
‘Está muy bien, dijo el Marqués. Pronto habré recogido los impuestos de mi feudo; entonces le prestaré trescientas monedas de oro ¿qué le parece?
Zhuang Zhou, muy indignado, le contó esta historia: Cuando ayer venía hacia acá oí una voz que me llamaba; mirando en torno vi una carpa tendida en un carril seco del camino.
¡Qué le pasa, carpa?, le pregunté.
Soy oriunda del Mar del Este, contestó, ¿No tiene usted un cubo de agua para salvar mi vida?
Muy bien, le dije, muy pronto visitaré a los príncipes Wu y Yue, en el Sur, y le haré llegar el agua del Río del Oeste. ¿Qué le parece?
La carpa se indignó muchísimo.
Estoy fuera de mi elemento habitual, dijo, y no tengo donde residir. Un cubo de agua me salvaría, pero usted no me da sino promesas inútiles. Pronto tendrá que buscarme en la pescadería”
Zhuang Zi
Es decir, que, a pesar de las sucesivas promesas de financiación adecuada, por ejemplo, de mayores márgenes de autonomía, la realidad es que no nos dan ni el cubo de agua que nos salvaría.
En estas fábulas se observa claramente la prepotencia de un extremo, y la debilidad del otro, del nuestro, pues, aunque consideremos que la fuerza del pueblo, democráticamente, es imparable, la realidad es que tenemos a nuestros representantes y líderes en prisión o en el exilio, y no pasa nada.
A pesar de todos estos inconvenientes, y sabiendo que solo nos dan promesas, pero la realidad no se convierte ni en un mísero cubo de agua, seguiremos persistiendo, determinación no nos falta, pero sí que precisamos una dirección, una guía.
No es suficiente con manifestarnos el próximo día 11 (la fiesta nacional catalana), eso sabemos, por experiencia, que sólo sirve para darnos moral nosotros mismos (y este año, con las limitaciones sanitarias, esas manifestaciones quedarán muy restringidas). Y por su parte, los poderes del estado ni se inmutan, por muy multitudinarias que hayan sido en años precedentes, para ellos, como si vieran llover, ya lo dan por descontado, y punto final.
Realmente lo tenemos difícil, pero no haremos como la zorra de la fábula de Esopo, no nos frustraremos, ni desistiremos.
Amadeo Palliser Cifuentes