Hoy cumple 80 años Pasqual Maragall i Mira (n. 13.01.1941), el que fue alcalde de Barcelona (1982-1997) y president de la Generalitat de Catalunya (2003-2006). Y el 20 de octubre de 2007 informó que padecía Alzheimer, y con su habitual socarronería, dijo, la enfermedad que algunos llaman, equivocadamente, ‘Eisenhower’
En su momento, como todo político en activo, fue objeto de todo tipo de críticas más o menos duras, y más o menos objetivas, como es lógico. Pero nadie le podrá quitar el éxito de las Olimpiadas del 92, que cambiaron la ciudad de Barcelona.
Pero, incluso en su propio partido, el PSC, la sucursal del PSOE, le trató mal, hasta el extremo que, en 2006, al finalizar un miting en Barcelona, la esposa de Maragall le preguntó a José Luis Rodríguez Zapatero, entonces presidente del gobierno central, ¿qué te ha hecho mi marido para que lo trates tan mal? Meses después, Maragall abandonó el partido socialista.
El enfrentamiento de Maragall, un federalista con una visión moderna del estado central, con el encorsetado y jacobino socialismo español, venía de lejos, de los orígenes del propio socialismo catalán. En ese momento (1978), el PSC surgió de la voluntad de unidad entre el PSC-Congrés, con Joan Reventós, el PSC-Reagrupament, con Josep Pallach y la Federación Catalana del PSOE, con Josep Maria Triginer. Y, tristemente, al final, se fue imponiendo el partido menor, el españolista de Triginer.
Por eso, en su momento, Zapatero apostó por apoyar al cordobés José Montilla y Aguilera como candidato a la Generalitat, siendo el president en la legislatura 2006-2010. En este momento, el sector representado por Miquel Iceta y Salvador Illa, son los continuadores de esa línea de la federación españolista del PSOE en Catalunya, ya que los representantes de los sectores que defendían la personalidad independiente de los socialistas catalanes fueron abandonando ese partido.
La patología principal de esa enfermedad es la pérdida de la memoria, pero, según la familia, física y emocionalmente está bien, según comenta su hija Cristina; si bien, como informaron en su momento, pasó el coronavirus (el cierre del centro de día le desorientó mucho) y hace un año falleció su esposa Diana Garrigosa Laspeñas (1944-2020), de un infarto, delante suyo; pero, por ‘suerte’ para él, ya no lo recuerda.
Y socialmente, hemos perdido sus recuerdos, sus comentarios y sus análisis sobre el pasado y sobre el momento presente.
Es habitual que cuando una persona fallezca, aparezcan todo tipo de necrológicas, presentando lo más positivo del personaje en cuestión; y hoy, con motivo de el aniversario de Maragall, no han faltado comentarios laudatorios a su persona. Comentarios, incluso de sus excompañeros de partido, que ahora intentan ‘utilizarlo’ aprovechando su historial, incluso electoralmente. De pura vergüenza, pero no es nada nuevo.
Hasta aquí la desmemoria natural (amnesia) que quería comentar en este escrito, para pasar, seguidamente, a la desmemoria artificial (manipulada), por denominarla de forma opuesta a la propia de la naturaleza.
Y muestras de ese ‘olvido’ forzado, los tenemos cada día, como, por ejemplo, el tratamiento que han hecho los periódicos unionistas respecto a la libertad del joven Adrià Carrasco, que comenté en mi escrito de ayer; noticia que únicamente apareció en portada en el Punt Avui y el Ara, mientras que, en otros periódicos, eso no fue noticia. Si bien, tres años atrás, en el momento de su fuga a Bruselas, las portadas de los principales diarios unionistas llenaron sus paginas con grandes titulares, como: ‘El fiscal considera terrorismo el sabotaje independentista’ (El País), ‘Operación para descabezar toda la cúpula de los CDR’ (La Razón), etc.
Ese ‘olvido’ mediático, como también sucedió tras el veredicto del juzgado de Bruselas denegando la extradición del conseller Lluís Puig, exiliado, y argumentando el tribunal belga las irregularidades del tribunal supremo español, así como la parcialidad que denotan las opiniones que han ido vertiendo los jueces, fiscales, políticos, etc.; pero, claro, eso tampoco fue una noticia relevante para los medios españolistas.
Y ese procedimiento es propio de los estados estalinistas, que hasta manipulaban las fotografías para eliminar de las mismas a los personajes que, en cada momento, les incomodaba.
Esa censura, como la que ahora Twitter y otras redes sociales han impuesto a Donald Trump, en su cuenta personal @realDonaldTrump, no así en la oficial del presidente de los EUA, @POTUS, no deja de ser una impostura más por parte de los poderes en la sombra. O no tan en la sobra, como el propio Mark Zuckerberg, fundador de Facebook.
Que unas empresas privadas, que hasta ahora se han enriquecido y potenciado, pues durante los cuatro años de presidencia de Trump, Twitter ha incrementado notablemente su divulgación, ahora, les interese distanciarse, puede ser comprensible. Pero llegar al extremo de efectuar la censura, ya no lo es.
Los objetivos de preservar un determinado nivel ético, es comprensible y necesario en todo medio de comunicación; pero ‘jugar’ con esos principios en función de las conveniencias e intereses económicos, no lo es en absoluto.
Estamos acostumbrados que muchos medios, en lugar de informar de la forma más objetiva posible, buscando opiniones contrastadas para observar los diferentes ángulos y puntos de vista, prefieren aleccionar, emitiendo sus discursos afines a sus propios accionistas, obviando la objetividad.
Un ejemplo claro, lo tenemos a diario con La Vanguardia, que quiere imponer sus criterios, marcar su perfil. Y eso es todo, menos periodismo. Quieren influir en la realidad de los hechos, no explicarlos. Actúan como las encuestas tendenciosas que esos mismos periódicos efectúan, y que lo que buscan es modelar la opinión pública, ya sea por acción o por reacción.
Es comprensible que cada medio tenga su línea editorial, y que desde ella se explique; pero utilizar las portadas para influir, como, por ejemplo, sobre la ‘conveniencia’ de realizar las elecciones autonómicas previstas para el 14 de febrero, a pesar de que la mayor parte de los especialistas sanitarios y científicos las desaconsejan, dado el alto nivel de la incidencia del coronavirus. Pero, claro, La Vanguardia quiere realizar un buen servicio a Pedro Sánchez, convencidos de que el efecto del candidato Salvador Illa, actual ministro de sanidad, no se desbrave, pierda la fuerza, el gas, que inicialmente podía tener.
Y en efecto, las mentiras son predominantes, hasta ahora, el PSOE de Pedro Sánchez se escondía detrás de los letrados del congreso, para no apoyar una comisión de investigación del rey emérito, pero ayer, esos letrados informaron que legalmente no había ningún inconveniente para investigar el período en el que Juan Carlos I ya no ejercía sus funciones, y, por lo tanto, carece de inviolabilidad. Ante esta situación, Pedro Sánchez ha anunciado que se aliará con el PP y Ciudadanos, para frenar, en la mesa de portavoces, la creación de esa comisión. Así es el narcisista y mentiroso Pedro Sánchez, como hemos visto en innumerables ocasiones. En realidad, es un defensor del estatus quo, de los poderosos de toda la vida.
Una muestra más, de las muchas que tenemos, pues ayer pudimos leer un artículo titulado ‘Magistrados del Supremo que aprobaron la Doctrina Botín, fueron presuntamente víctimas de chantaje’, firmado por José Antonio Gómez, 11 de enero, Diario 16, en el que explica los chanchullos efectuados en el año 2006, para conseguir aprobar la ‘Doctrina Botín’, y, de ese modo, exonerar de cualquier tipo de responsabilidad al entonces presidente del Banco de Santander, Emilio Botín, respecto al caso de las Cesiones de Crédito.
Como hemos visto, esta manera de manipular la realidad, escondiendo interesadamente la información precisa para entenderla, no es más que una censura para evitar que tenga repercusiones en la percepción de la ciudadanía. No es un olvido, ni una amnesia del lector o del espectador o del oyente, no, es un filtraje de la información por parte del emisor interesado.
Por eso, me parece interesante la siguiente fábula:
Los tres filtros de Sócrates:
Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
‘¡Maestro, quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia!
Sócrates lo interrumpió diciendo: ‘¡Espera!, ¿ya hiciste pasar a través de los Tres Filtros lo que me vas a decir?
¿Los tres filtros…?
‘Si’, replicó Sócrates. El primer filtro es la VERDAD. ‘Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?
‘No …, lo oí decir a unos vecinos…’
‘Pero, al menos lo habrás hecho pasar por el segundo filtro, que es la BONDAD: ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?’
‘No, en realidad no, al contrario’.
‘¡Ah!, interrumpió Sócrates. Entonces vamos al último filtro. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?
‘Para ser sincero, no … Necesario no es’.
‘Entonces, sonrió el sabio, Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario … sepultémoslo en el olvido’
Ante esa estrategia manipuladora que nos invade, debemos potenciar nuestra memoria, perdonar, pero no olvidar las afrentas que nos han hecho los unionistas, los nacionalistas españoles, mediante todos sus tentáculos.
Volviendo a la mitología griega, deberíamos beber del río Mnemósine (Memoria), no del río Lete (Olvido). Y, según la mitología china, deberíamos evitar beber el Té de los Cinco Sabores del Olvido, que proporcionaba Meng Po (la vieja señora Meng).
Tenemos que mantener el recuerdo, no olvidar que tenemos a nuestros representantes políticos y sociales en la prisión o en el exilio. No olvidar que el PSC-PSOE apoyaron y siguen apoyando la represión. No olvidar lo que queremos ser, y para eso debemos rechazar el citado té de los cinco sabores del olvido que nos ofrecen muchos medios de comunicación (de incomunicación, mejor dicho)
Amadeo Palliser Cifuentes