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España sigue aplicando el lema: ‘sosteneya y no enmendaya’

‘Sosteneya y no enmendaya’, ‘sostenella y no enmendalla’, ‘defendella y no enmendalla’, o ‘mantenella y no enmendalla’.

Esa expresión aparece en antiguos romances castellanos del siglo XIII, y está recogido en el romance ‘Las mocedades del Cid’, obra del valenciano Guillem de Castro, de inicios del siglo XVII, donde se lee, referido al orgullo y empecinamiento errado del noble, el conde Lozano, que es padre de doña Jimena:

‘Esta opinión es honrada. Procure siempre acertalla el honrado y principal; pero si la acierta mal, defendella y no enmendalla

El personaje del Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, mitad histórico y mitad legendario, aplica esa hipotética ética caballeresca, y mata al citado conde, si bien, finalmente, se casó con su hija.

‘La expresión define la actitud de quien persiste empecinadamente en errores garrafales, incluso a sabiendas, por orgullo o por mantener las apariencias, aunque el mantener el error cause un daño peor que no mantenerlo, y a ellos se le dice. La forma es la del castellano antiguo (en lugar de ‘sostenerla y no enmendarla’) porque definía la actitud y el concepto del honor de los antiguos hidalgos que, según algunos, una vez habían desenvainado la espada por algún agravio, aunque se hubieran equivocado, no tenían más remedio que sostenerla y usarla hasta el final, so pena de quedar en entredicho’

(fuente Wikipedia: etimologías.dechile.netangelmanuelarias.com y lanzadigitasl.com)

Pues bien, acabamos de tener una nueva prueba de que el poder judicial español ‘Se está que erre que erre todo el día’, como escribía Francisco de Quevedo (1580-1645), en su ‘Cuento de cuentos’, pues sigue con su ‘reiteración, insistencia y obcecación, como ‘dale que dale’.

El citado Quevedo, en su obra ‘La rebelión de Barcelona ni es por el güevo’ ni es el por el fuero. 1641, panfleto contra la revuelta catalana de 1640, señala:

‘Son los catalanes aborto monstruoso de la política. Libres con señor; por esto el Conde de Barcelona no es dignidad, sino vocablo y voz desnuda. Tienen príncipe como el cuerpo, alma, para vivir; y como éste alega contra la razón apetitos y vicios, aquellos contra la razón de su señor…’

‘Es verdad que cuando escribió ese panfleto, en 1641, llevaba dos meses agonizando en la húmeda y oscura prisión de San Marcos, y siendo anciano, enfermo y medio ciego, pudo haber perdido completamente su dignidad, por intentar conseguir que Olivares y el rey Felipe IV le dejasen libre (…) y que por eso atacase a los que creía enemigos del rey, a fin de adularlo. Por esta razón, es preciso admitir cierta ambigüedad en la interpretación de dicha obra’.

(Wikipedia)

En base a esa gallardía y obcecación, la audiencia de Madrid ha condenado a Dani Gallardo, que junto a Elsa Vilki, fueron detenidos el 16 de octubre de 2019 por antidisturbios de la policía española, cerca de la plaza de la Villa de Madrid.

‘Ambos habían participado aquella noche en una manifestación en solidaridad con Catalunya, después de la sentencia del tribunal supremo contra el procés. (…) La audiencia ha condenado a Gallardo a cuatro años y medio de prisión por desórdenes públicos, lesiones leves y atentado contra la autoridad, y a Vilki a un año por desórdenes públicos’

Gallardo y Vilki abandonaron la manifestación antes de los primeros conflictos. Asimismo, mientras tomaban una cerveza lejos de la Puerta del Sol, quedaron atrapados entre las cargas de la policía, que se extendieron por todo el núcleo antiguo de la ciudad.

En aquel momento fue cuando diversos antidisturbios cogieron a Elsa Vilki y la tiraron al suelo con violencia. Viendo la brutalidad de la detención, Gallardo intentó parar los golpes interponiéndose entre los agentes y su amiga. Por desgracia, también acabó detenido.

Al día siguiente, la jueza Patricia Jiménez-Alfaro -hija de un magistrado de la audiencia española y de la sala militar del supremo- liberó a Vilki con cargos, pero dictó prisión provisional sin fianza para Gallardo. La fiscalía le acusaba de haber agredido a un agente antidisturbios con un bastón con un clavo.

(…)

Karim Benamar, abogado de la pareja señala que:

‘Dos informes del SAMUR, el servicio de urgencias de Madrid, que detallan que Gallardo y Vilki fueron atendidos a las 22.30 en la calle de Rollo, cerca de la plaza de la Villa, después de haber sido detenidos; mientras que el agente, supuestamente agredido, fue atendido una hora antes, en la Puerta del Sol’.

(Oriol Bäbler, 6 de nov. 2020, Vilaweb)

Esta incongruencia horaria y espacial, me parece que debería ser básica, claro, en un juicio imparcial y objetivo.

‘La represión en España suma y sigue. Ahora le ha llegado el turno a Dani Gallardo, el gaditano residente en Madrid que fue detenido durante las protestas contra la sentencia del Procés, y al que la audiencia de la capital ha impuesto la desorbitada pena de 4 años y medio de prisión. Se le imputan delitos de desórdenes públicos, atentado contra la autoridad y lesiones graves, por mucho que todo hiede a una nueva maniobra policial y judicial para criminalizar el movimiento independentista y a todos aquellos que le den apoyo. La sentencia de puede recurrir, aunque viendo las recientes decisiones judiciales, todavía podría ser peor para Gallardo’.

(Jokin Buesa, elnacional.cat, 17 dic. 2020)

Es preciso recordar que el pasado 6 de noviembre Dani Gallardo manifestó:

‘Estaban dándole una paliza a Elsa y mi reacción fue meterme en medio’ (…) ‘él estaba con su amiga tomando unas cervezas y fumando hachís tranquilamente en unas escaleras de la plaza de la Villa de Madrid’ (…) ‘que no participaron en las concentraciones, sino que se encontraron con carreras de manifestantes y policías en esta céntrica plaza (…) por miedo, empezaron a correr y los agentes pillaron a Vilki’

Ésta manifestó: ‘me golpearon con las porras en las piernas y me tiraron al suelo. Pedí auxilio y me pisaron la cabeza con una bota (…) de repente pararon los golpes, me pusieron las manillas y cuando me levanté vi que habían detenido también a Dani’.

Dani, por su parte: ‘Me cayó el alma a los pies. Prefería que me pegaran a mí que a ella’, también negó haber hecho uso de un palo de madera que la acusación ha incorporado como prueba en el juicio: ‘estaba por loa zona, pero no lo cogí’ (…) ‘supongo que estábamos en un mal lugar y en un mal momento’.

(OT. Serra, Ara, 6 de nov. De 2020)

Y esa última afirmación: ‘supongo que estábamos en un mal lugar y en un mal momento’, fue mal tomada por buena parte de sus defensores en las calles de diferentes ciudades españolas y, como no, también en parte del mundo independentista catalán. Ahora bien, yo desconozco si esa afirmación fue una mera estrategia de defensa, muy lícita, o, si bien, era una mera casualidad, que él no participaba en las manifestaciones antifascistas.

A mi me parece que esa declaración bien podría estar en línea con la citada de Quevedo, pero, eso sí, mucho más digna la de Gallardo; pues, como hemos visto, Quevedo, para adular al rey, insultó a los catalanes.

Pero, lo importante, en el caso del joven Gallardo (23 años), es que tanto la fiscalía como el tribunal de la audiencia, no se lo creyeron, ellos tenían in mente, prevaricando, castigar cualquier tipo de apoyo a los independentistas catalanes; querían cortar de raíz cualquier manifestación en su favor, especialmente en la capital madrileña, la capital de su reino.

Por lo tanto, indistintamente de si Gallardo había acudido a la manifestación con esa idea de criticar el fascismo del estado por la persecución a los independentistas catalanes, o si fue por mera coincidencia temporal y geográfica, lo cierto es que ha sido castigado por su ‘apoyo al independentismo’.

Y, claro está, como señalé en mi escrito de ayer: ‘España locuta, causa finita’. Y los diferentes poderes del estado creen que ese es el camino para acabar con el mundo independentista, que ven como el mayor peligro para SU estado.

Les son indiferentes:

·       las manifestaciones de los militares jubilados que pidieron al rey ‘un golpe de estado y fusilar a 26 millones de hijos de puta’ (los de izquierdas y los independentistas),

·       también quitan importancia a los militares en activo, que celebraron el 8 de diciembre del año pasado una fiesta parafascista en la base militar de la brigada paracaidista de Paracuellos de Jarama, cantando el himno de la división azul (que combatió apoyando a Hitler) con el brazo en alto , uy que, gracias a un vídeo publicado anteayer por La Marea, no han sancionado, por falta leve, a un suboficial y dos soldados, encargados de la organización de dicha fiesta, por comportamiento ‘inapropiado’, en definitiva, una sanción por falta disciplinaria leve (cuyo castigo puede ir desde la mera reprensión hasta los 14 días de arresto),

·       o, las denuncias de los vecinos de la localidad de Tremp (Lleida), que se quejan de los habituales encuentros de grupos de militares, de hasta medio centenar, en el exterior de un bar, sin respetar las medidas de seguridad exigidas por el Covid-19, y gritando y cantando vítores a España. Los vecinos, en varias ocasiones avisaron a la policía local, que levantó acta. Asimismo, los vecinos están quejosos, pues consideran que es un momento de luto, no de fiestas, ya que el covid está causando un elevado número de fallecidos, especialmente en una residencia de ancianos. Y, también, considerando que en la academia de suboficiales de Talarn hay constancia de 26 contagiados por el virus.

Pero, claro, todo esto no es importante, no es comparable con el ‘posible o imaginario apoyo’ de un joven madrileño a los independentistas.

A título informativo, seguidamente reproduzco la letra del himno de la mencionada división azul:

‘Con mi canción / la gloria va / por los caminos del adiós, / que en Rusia están / los camaradas de mi división.

Cielo azul / a la estepa desde España llevaré, / se fundirá la nieve / al avanzar mi capitán.

Vuelvan por mi / el martillo al taller, / la hoz al trigal. / Brillen al sol / las flechas en el haz / para ti, / que mi vuelta alborozada has de esperar / entre el clamor / del clarín inmortal.

En la distancia queda / gozo del hogar / con aires de campanas, / vuelo de la paz.

Resuenan los tambores; / Europa rompe albores, / aligerando nubes / con nuestro caminar.

Con humo de combate / yo retornaré, / con cantos y paisajes / que de allí traeré.

Avanzando voy; / para un mundo sombrío / llevamos el sol; / avanzando voy / para un cielo vacío / llevamos a Dios’.

La división azul, es decir, la 250ª división de infantería, llamada oficialmente en España división española de voluntarios, y en Alemania, 250 infanterie-division o blaue división, formada por 50.000 voluntarios para luchar con el ejército alemán nazi, entre 1941 y 1943, contra la Unión Soviética, fundamentalmente, en el sitio de Leningrado. Tenía el lema ‘sin relevo posible, hasta la extinción’, y en su insignia llevaba la cruz de hierro nazi encima de las flechas de la falange española.

Lástima que la ideología de su lema, no se haya extinguido. Pero el estado profundo sigue con su ‘impertérrito ademán’, o ‘impasible el ademán’, del himno falangista. (al que, en broma, se parafraseaba como ‘imposible el alemán’)

Aquí, en el estado español, se sigue pensando y aplicando el lema ‘deus ex machina’ (dios surgido de la máquina; que no debemos confundir con la idea aristotélica de Dios como primer motor), y claro, ese dios, para los unionistas, surgido de su patria (su máquina), ese dios, digo, se autoconsideran que son ellos, desde el rey Felipe VI, pasando por las cúspides de todos los poderes del estado y sus respectivas cloacas, hasta llegar a sus respectivas bases (si bien, en estas, con dignas excepciones, que nunca ascenderán).

Por todo eso, me parece interesante reproducir el siguiente párrafo, de Juan Arias Martínez (1932), de un artículo titulado ‘Vade retro’, publicado en El Pañis, hace unas décadas:

‘Me dan miedo los hombres que torturan a los niños; los que desprecian todo lo que huele a libertad y son capaces en la oscuridad anónima de los calabozos de humillar a sus semejantes torturándolos en el cuerpo y en la psique. Me dan miedo los que manipulan las conciencias, los que explotan a Dios sembrando miedo en los débiles. Me dan miedo los que están seguros de que no se equivocan nunca y los que admiten sin remordimiento que, entre hombre y hombre, y quizá más entre hombre y mujer, la igualdad frente a la justicia y a la libertad y a la igualdad de oportunidades es un mito. Me dan miedo aún ciertos grandes santos del pasado que ponían en duda la existencia del alma en la mujer, mientras afirmaban dicho privilegio en el hombre. Me dan miedo los que tienen miedo a que los hombres piensen con su propio cerebro. Me dan miedo sobre todo la violencia de los que se creen fuertes contra los indefensos que juzgan débiles (…)’

Y precisamente, para superar ese miedo a todas esas opresiones, los independentistas catalanes creemos y confiamos que el camino es la república catalana, que crearemos según los mejores modelos democráticos, y en eso estamos, para huir del eterno hidalguismo español basado en su: ‘Procure siempre acertalla el honrado y principal; pero si la acierta mal, defendella y no enmendalla

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com