Hoy, martes 30 de enero, es un día clave para la tramitación de la futura ley de la amnistía, pero, tal como está la situación, culpa de las exclusiones de terrorismo y traición impuestas por Pedro Sánchez como líneas rojas (aún sabiendo que el movimiento independentista fue pacífico) me parece que acabará siendo un martes negro, aunque no sea día 13. En este escrito sólo me cabe rasgarme las vestiduras.
En el reino español, el estado consigue que la Tierra (española) gire al revés, provocando que el día y la noche se inviertan, que se altere el clima, cambie la gravedad, y el ecosistema se transforme.
Al estado español le importa un bledo que lo que debería estar arriba (la democracia) ahora esté abajo y viceversa, que las personas caminen con la cabeza y los objetos caigan del techo. Que los tenderos compren a cuatro y vendan a tres. Que los jueces impongan su poder, que el rey siga coronado, etc.
Todo esto le es indiferente, si consiguen incriminar como terroristas y traidores a los líderes independentistas catalanes.
Por todo esto, no me encuentro con ánimos de extenderme, pues creo que una poesía de José Agustín Goytisolo i Gay (1928 – 1999) lo explica a la perfección; y esa poesía, publicada en 1992, y cantada por Paco Ibáñez es la siguiente:
‘El lobito bueno
Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Todas estas cosas
había una vez,
cuando yo soñaba
un mundo al revés.
Y ante esta situación, me parece que puede ser interesante recordar, asimismo, el siguiente poema que este autor dedicó a su hija (y que también cantó Paco Ibáñez), pues algunos versos podemos aplicárnoslos los independentistas catalanes.
‘Palabras para Julia
Tu no podrás volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hila mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
De lo que un día yo escribí
Pensando en ti como ahora pienso’
Puede que, en el día de hoy, el PSOE corrija su gran error, y con un gran golpe de efecto, saque del proyecto de ley de la amnistía, la exclusión de los delitos de terrorismo y traición, pero mucho me temo que Pedro Sánchez no está por la labor, nunca creyó en la amnistía, y, al final, obligado por la aritmética parlamentaria, vendió su alma al diablo y la acordó con los partidos independentistas; pero, ya en la poltrona, introdujo, perversamente, esas exclusiones, para boicotear la amnistía en su totalidad y congraciarse con el estado profundo español, sus iguales.
Así de inmoral es ese triste y nefasto personaje, que va con ínfulas de gran estadista.
Y por todo eso, los independentistas no podemos ni debemos rendirnos, como dice Goytisolo a su hija Julia:
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.