Si bien Donald Trump impulsó notablemente el sistema de comunicación basado en tuits interesados, y muchos de ellos falsos; siempre ha habido filtraciones, falsas informaciones y mentiras (que ahora, para ser menos duros, llamamos ‘fake news’).
Estos días en Catalunya estamos en una guerra de filtraciones sobre el nuevo desescalamiento de las restricciones impuestas para frenar la contaminación del covid. Y vemos que esas filtraciones no dejan de ser más que unas tácticas de guerrilla propia de la precampaña electoral entre ERC y JxCat. Por lo tanto, no deja de ser una vergüenza, ya que parece una feria, una tómbola, en la que la ciudadanía parece ser lo de menos.
Y esto es bien vergonzoso, pueril. Una muestra de que no tenemos líderes, tenemos meros ‘partitócratas’, ansiosos de su propio poder.
Y, obviamente, esas filtraciones dan pie a todo tipo de rumores interesados, que, como la bola de nieve, acaba engulléndolo todo.
Los rumores son el medio de difusión más antiguo del mundo, como lo documenta Jean Noël Kapferer, en su libro ‘Rumores’, (Edit. Plaza&Janés, Barcelona, 1989).
Según el autor, el proverbio ‘no hay humo sin fuego’ es una aberración. Y también señala que ‘Aun cuando existe una fuente inicial, recordemos que el rumor es la creación de los otros, que siguen hablando de él después de haberlo escuchado. El rumor es, ante todo, un comportamiento’. Y profundiza en el hablar para saber, hablar para convencer, hablar para liberarse, hablar para agradar, hablar por hablar, etc.
Y estudia, asimismo, las condiciones y la velocidad de los rumores, analizando varios rumores, entre ellos el siguiente:
‘Desde 1981, la compañía ‘Procter and Gamble’, una de las empresas más importantes de productos de consumo masivo, recibe todos los meses varios miles de llamadas telefónicas de sus clientes más inquietos. Desean saber si son ciertos los rumores de que la compañía tiene tratos con Satán. Según se dice, el logotipo de la empresa, un rostro humano que contempla una miríada de estrellas, oculta en realidad numerosos signos satánicos. Si las estrellas se mirasen con suma atención, se podría ver en ellas la cifra cvaracterística de Lucifer: 666’
Un claro ejemplo de manipulación y de fake news prolongado en el tiempo, lo tenemos en el siguiente ejemplo, que sigue oculto a nivel oficial; y eso es una muestra más del bajo nivel de la democracia española, que aún sigue considerando secretos de estado muchos de los archivos, los más relevantes, de la guerra incivil. Y eso demuestra que los gobiernos ‘democráticos’ siguen siendo los guardianes de las esencias franquistas, del sistema paradigma de la ‘una, grande y libre’.
Sobre Miguel de Unamuno y su encontronazo con José Millán Astray, el fundador de la legión, en la Universidad de Salamanca, me he referido en varias ocasiones.
Unamuno dijo ‘Venceréis, pero no convenceréis’, ‘vender no es convencer’ o, casi seguramente. ‘Tened en cuenta que vencer no es convencer, ni conquistar es convertir. Por que convencer significa persuadir y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta ‘lucha: razón y derecho’.
“Jean-Claude y Colette Rabaté, reputados estudiosos de Unamuno. J-C, catedrático de la Sorbona, presentó en el 2018 una nueva obra ‘En el torbellino: Unamuno en la Guerra Civil’. Ese matrimonio especializado en Unamuno considera que el estudio de Severiano Delgado Cruz, ‘Arqueología de un mito: el acto del 12 de octubre de 1936 en el paraninfo de la Universidad de Salamanca’, no desvela nada que no se supiera ya. Pero está claro que el acto fue duro, ya que Unamuno se vio obligado a salir escoltado y fue cesado de sus cargos. Es preciso recordar que Unamuno se había declarado a favor del alzamiento, pero que ya en octubre era reacio a aquellas ideas; pero abrió la sesión como representante de Franco.
Tras él, hablaron algunas personalidades, como el catedrático Francisco Maldonado y el poeta José María Pemán. Durante estas intervenciones, se llegó a cargar contra los vascos, los catalanes y (en general) conto todo aquel contrario al régimen.
Aquellas palabras terminaron con la paciencia del rector, quién comenzó a declamar su famoso discurso. Así, hasta que Millán Astray le interrumpió y vociferó su conocido: ¡Muera la inteligencia! A continuación, el rector siguió con su alocución sobre el vencer no es convencer. El ambiente se enturbió hasta tal punto que el intelectual tuvo que salir del centro de la mano de Carmen Polo, ante las reprimendas de los falangistas presentes. Algo que quedó retratado en una instantánea que, a día de hoy, permanece en los archivos de ABC.
La censura impidió que las palabras literales salieran a la luz. Tampoco ayudó que no se levantara testimonio de aquel discurso. De hecho, al día siguiente los diarios se limitaron a hacer mención a la inauguración del curso académico, sin narrar la disputa”.
(ABC.es)
Y, sobre el particular, me parece muy interesante transcribir, prácticamente íntegro, el siguiente artículo, publicado ayer, en referencia a una nueva película de Manuel Menchón Romero (Málaga, 1977), ‘Palabras para un fin del mundo’:
“Lo que no se había explicado del final de Unamuno: La película de Manuel Menchón niega el relato oficial franquista y apunta que el escritor fue asesinado.
Las fake news pueden tener una vida muy larga. En el caso de la muerte del intelectual y escritor Miguel de Unamuno (Bilbao,1864-Salamanca,1936), la manipulación histórica ha persistido a lo largo de 84 años. El cineasta Manuel Menchón, director de ‘Palabras para un fin del mundo’ que se estrenó en la ‘Seminci’ y se puede ver en los cines, se enerva cuando va enumerando todas las mentiras que han envuelto el enfrentamiento entre Unamuno y el fundador de la Legión, José Millán Astray, en el paraninfo de la universidad de Salamanca, el 12 de octubre de 1936. Su indignación aún aumenta más cuando habla de la muerte del intelectual de origen vasco tan solo tres meses después del duelo dialéctico con Millán Astray. Menchón no entiende porqué cuesta tanto cuestionar el relato oficial.
A lo largo de diez años, Menchón y su equipo visitaron una veintena de archivos españoles y europeos hasta encontrar unos documentos inéditos que desmontan todo lo que hasta ahora sabíamos sobre los tres últimos meses de Unamuno. ‘La versión oficial es totalmente falsa; la cuestión es quién crea esta mentira y porqué la perpetúa durante 84 años’, dice el cineasta. En la película aparecen imágenes desconocidas, como la quema de libros en diferentes ciudades, entre ellas Barcelona, las donaciones de dinero al ejército rebelde por parte de la población de las zonas ocupadas o el papel de los nazis presionando para que no se diera el premio Nobel a Unamuno. La película de Menchón va dando pistas para que los espectadores lleguen a sus propias conclusiones. ¿Fue asesinado Unamuno? ¿Quién era Bartolomé Aragón, el único testigo de su muerte? ¿Qué preocupaba a Unamuno aquellas últimas semanas? Y, sobre todo ¿Qué no sabemos de la manipulación del bando rebelde y cuáles podían ser las consecuencias de no hacernos estas preguntas?
El duelo Astray – Unamuno: ‘Los catalanistas morirán, dijo el fundador de la legión’.
‘Los catalanistas morirán. Morirá la intelectualidad. Viva la muerte. Viva Franco’. Son las palabras que pronunció Millán Astray el 12 de octubre del 1936, según recoge la película de Menchón. Hasta ahora no se habían oído. Las ganas de matar del fundador de la legión no acaban aquí: ‘Ciertos profesores, los que pretendan enseñar teorías averiadas, morirán’. Salamanca fue ocupada por las tropas rebeldes pocos días después del golpe de estado, el julio de 1936, y su propaganda se apropió de la figura de Unamuno.
El filósofo y escritor, que poco antes había sido propuesto para presidir la República, era, aquél 12 de octubre del 1936, el rector de la universidad de Salamanca. ‘Cuando hice ‘La isla del viento’ (2015) quería introducir aquella escena del paraninfo, pero todo ello me pareció absurdo. Empecé a dudar de la versión oficial, y acabé viendo que todo lo que se había explicado de aquel día lo habían transmitido personas que o no estaban allí o lo habían escrito 20 años después’, dice Menchón. La brutalidad de Astray era mucho peor que lo que dejaba entrever el relato oficial. Tampoco se había dicho la verdad sobre las palabras de Unamuno. ‘Lo peor es que actualmente este odio visceral a la cultura y a la intelectualidad pervive entre un sector de la población’, dice Menchón.
La película recoge las palabras de un testigo que sí que transcribió, aquel 12 de octubre, tanto los discursos como las reacciones del público: Ignacio Serrano Serrano, catedrático de derecho civil. Los papeles de Serrano los localizaron Jean-Claude y Colette Rabaté, los biógrafos de Unamuno.
Pocos días después de aquel enfrentamiento, el escritor y filósofo fue destituido como rector y lo cerraron en su casa. Veinte días antes de morir, Unamuno empezó a escribir sobre la posibilidad que lo asesinasen, cosa que hasta entonces no había hecho: ‘Le escribo esta carta desde mi casa, donde estoy encarcelado, disfrazadamente. Me retienen como un rehén, no sé de quién ni para qué. Pero si me han de asesinar, como a otros, será aquí, en mi casa’.
¿Quién es Bartolomé Aragón?: ‘¡No lo he matado!, gritaba al salir de la habitación donde murió Unamuno’
Unamuno murió el 31 de diciembre de 1936. Según el relato oficial, un antiguo alumno, Bartolomé Aragón, visitó a su profesor y, cuando vio que le quemaban las zapatillas, salió gritando que había muerto. Es el único testigo de los últimos momentos del autor de ‘La tía Tula’.
Pero Aragón no era ni alumno ni conocido de Unamuno. El filósofo y escritor escribió más de 25.000 cartas y en ninguna se cita el nombre de Aragón, según Menchón.
Se sabe que Aragón dirigió ‘La Provincia’, de Huelva y que participó en la brutal represión de la cuenca minera de Río Tinto (Huelva), donde se calcula que hay más de 1400 personas enterradas en las fosas comunes. Aragón no era alumno de la universidad de Salamanca, sino que estudió en la Escuela de Ciencias Corporativas de la Universidad de Pisa (Italia), donde quedó maravillado por Mussolini. La película de Menchón explica que trabajó en la depuración de profesores y recoge algunas de sus palabras. Por ejemplo, desde Huelva, Aragón anima a los niños a combinar libros y fusiles y a ‘servir al holocausto español’.
Aquel 31 de diciembre del 1936 se sabe que Aragón estaba con Unamuno y salió de la habitación gritando que no lo había matado. ‘Todo lo que rodea las horas después de aqueñña visita está lleno de irregularidades’, dice Menchón. Unamuno fue enterrado rápidamente con honores falangistas, y su nieto, Miguel de Unamuno, explica que se apoderaron hasta el final. ‘No sólo se llevaron su cuerpo, sino que lo presentaron como un fascista’, explica delante de la cámara.
El boicot nazi del Nobel: ‘Unamuno está en contra nuestra’, dicen los alemanes.
Todos los testimonios que salen en la película pertenecen a archivos históricos. ‘Yo no quería manipular a los espectadores, como lo hicieron los fascistas’, dice Menchón.
(…)
‘Ha sido un trabajo de pico y pala. Fue especialmente complicado conseguir los documentos alemanes del que había sido el ministerio de Propaganda del Tercer Reich’, dice el cineasta. En estos papeles queda constancia de la intervención de Alemania para que no se concediera el premio Nobel de literatura a Unamuno. El 1935 el Nobel quedó desierto, cosa que no pasaba desde la Primera Guerra Mundial.
‘Después del cambio político del 1933, Unamuno ha tenido una actitud tan clara contra nosotros que se le puede considerar el portavoz espiritual de la lucha contra Alemania en los círculos intelectuales de España’, se puede leer en los documentos alemanes. El filósofo y escritor alertó desde el primer momento sobre el peligro de los fascismos. ‘Es uno de los primeros que denuncian la manipulación que se hace sobretodo en la gente joven’, dice Menchón, que lamenta que España no ha mirado todavía con honestidad, su pasado. ‘No hay suficientes voces críticas y buena parte de la intelectualidad tiene una posición política u otra’ dice.
Menchón espera que su película se pueda ver pronto en los cines catalanes: ‘Somos románticos y de momento no lo pondrán en las plataformas, por todo lo que se genera en un cine: hay momentos de catarsis, la gente se conmueve … El otro día vino una señora llorando y me dijo que en la película salía el hombre que había matado a sus padres’, se refería a Bartolomé Aragón.”
(Sílvia Marimón Molas, Ara, 18 noviembre 2020)
Es preciso señalar que el pasado año, Alejandro Amenábar estrenó su película ‘Mientras dure la guerra’, con la siguiente versión:
‘El venerado autor Miguel de Unamuno decide dar soporte al golpe de estado del 18 de julio. Inmediatamente es destituido de rector de la universidad de Salamanca, por el gobierno de la Segunda República española. Mientras tanto, el bando nacional consigue tomar el control de Salamanca y el general Francisco Franco mueve su sede a la ciudad. Algunos compañeros de Unamuno son encarcelados, y creyendo que puede tener la influencia para liberar inocentes, se dirige al palacio de Franco, decidido a pedir clemencia’.
(Wikipedia)
Si bien he visto todas las películas de Amenábar, me negué a ir a ver ésta, pues oí una entrevista (en RAC1) de las que hacía para promocionarla, y no me gustó nada, ya que, entre otras cosas dijo:
· Que en su familia no se había hablado nunca de la guerra incivil. Sé que nació en Chile, pero de madre española, y que, al año de nacer Alejandro, se instalaron en Madrid, huyendo del golpe de estado en Augusto Pinochet (1973). Puedo entender que la familia no hablase de ambos golpes de estado, la autocensura es muy común. Pero que una persona, ya de 48 años, diga que no sabía nada de la guerra incivil, y que para la película se había documentado con un libro biográfico. Deja muy, pero que muy mal a esa persona. Nadie puede ser ajeno a la historia.
· Y, peor aún, recuerdo, perfectamente, que dijo que, para no herir sensibilidades, había intentado ser neutral. Y para mí, los pretendidamente neutrales son los peores.
Y viendo estas reseñas, está claro que si Carmen Polo de Franco, salió del paraninfo con Unamuno, según parece que hay constancia fotográfica, quiere decir que la sede de Franco ya estaba en la ciudad. Y que, si fue arrestado en su domicilio, y cesado de su cargo, no fue por el presidente de la república Manuel Azaña, que otros problemas tenía, y que ya no controlaba Salamanca.
Que Amenábar narre que Unamuno fue a pedir clemencia, sin señalar que estaba retenido en su domicilio.
Y que no explique nada de su muerte, si, por lo visto, ya había estudios más que clarificadores, como he mencionado; muestran que hacer una película, pretendidamente histórica, basándose en un único libro …
Está claro que la historia es muy compleja, y da muchas vueltas y hay circunstancias que requerirían profundos estudios, como el que acabo de ver ahora mismo, pues desconocía la existencia de José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano (1939-2019); una persona que tenía como abuelo paterno al expresidente de la Segunda República, Niceto Alcalá-Zamora Torres (1877-1949) y como abuelo materno a Gonzalo Queipo de Llano Sierra (1875-1951), uno de los generales rebeldes que dieron el golpe de estado de 1936.
Por lo que es preciso documentarse adecuadamente, antes de hacer cualquier tipo de obra, para evitar quedarse en la superficie, pero con ínfulas de gran autor. Sé que una película es un entretenimiento, arte, y, en ese caso, no es un documental. Pero, a la vez, puede ser seria y rigurosa, máxime cuando se ‘vende’ como tal.
Y todo esto me parece que es un buen ejemplo de mala información, y de cómo perdura con el tiempo. Y siempre, lógicamente, prevalece el poder, y, en nuestro caso, el poder del estado profundo español.
Es evidente que el poder controla la información, pero, también queda en evidencia que hay pocos intelectuales, ya que, para serlo, han de se4r independientes, libres. Si están supeditados a prejuicios, poderes y presiones más o menos ocultas o interesadas, su trabajo no es intelectual, en su amplio sentido, ya que no es neutral y objetivo.
Y volviendo al ámbito independentista, si tampoco nos basamos en informaciones, si los partidos que nos gobiernan juegan a filtrar noticias y a criticarse por ello. La verdad es que lo que conseguirán será la desmotivación y la desmovilización. Y eso siempre favorece a los unionistas.
Amadeo Palliser Cifuentes