Hablar de la salud de un presidente es sinónimo, muchas veces, de generar una percepción de gobierno fuerte o débil ¿por qué? Bueno, es sencillo entender esta premisa, el presidente es la imagen integral de la administración que encabeza, por ende, todo lo que este dice, hace, proyecta o es, será directamente proporcional a la imagen de su gobierno y también a la del país que representa; y sí, en nuestro caso, AMLO es la imagen de México.
La salud del presidente es un asunto de Estado que a todos los mexicanos nos debe preocupar, es él quien encabeza nuestra nación y sin él ya vimos que su equipo no funciona, por eso, su estado de salud no debería ser un secreto y por el contrario, se debería compartir un parte médico oficial para evitar que se difundan rumores que generan incertidumbre.
Ahora, esto es importante porque recientemente se ha especulado sobre el estado de salud del presidente Andrés Manuel López Obrador quien el fin de semana pasado se contagió por tercera ocasión de COVID 19 en Yucatán y fue trasladado para aislarlo de manera casi inmediata, algo que generó preocupación, por los problemas que tiene del corazón y la información confusa que se compartía al respecto; y es que, en esta ocasión a diferencia de las dos anteriores la “desinformación” en torno a su estado de salud generó desconcierto y conjeturas infundadas, lo que ciertamente puede ser contraproducente a la construcción de una imagen de gobierno fuerte y organizado, pues quedó claro que los encargados de la comunicación y quienes tomaron la batuta en su ausencia, no se ponían de acuerdo sobre qué decir o hacer al respecto.
Y es que el cúmulo de señales entorno al tema no propiciaban que se calmaran los rumores pues, por ejemplo, en medio de esta crisis, se convocó a una reunión a los 20 gobernadores de Morena misma que fue encabezada por Adán Augusto López, secretario de gobernación y quien dijo al salir que AMLO no estuvo en la reunión, que no envió mensaje especial a los convocados, que el presidente ya aparecería y que la reunión era una que ya se tenía programada para evaluar la estrategia nacional de seguridad y los programas del Bienestar. Sin embargo, dicha reunión generó muchas especulaciones sobre el motivo real de la misma ¿acaso hablarían de la salud del presidente y las medidas a tomar?
Hasta ayer a medio día AMLO se había mantenido ausente de las conferencias matutinas y sorprendentemente de sus redes sociales algo nada común en su estilo de comunicación, ya que él siempre ha compartido mensajes para su audiencia, ya sea escritos o en video. Sin embargo pasando las cinco de la tarde, el titular del ejecutivo compartió un video al que tituló “Una conversación sobre mi salud, para amigos y adversarios” donde abordó su estado de salud e informó que tiene COVID y que este se complicó porque tuvo una gira intensa que le hizo crisis en Mérida, pues se le bajó la presión estando en una reunión de evaluación del Tren Maya con ingenieros militares. Asimismo indicó que fue atendido de forma inmediata por médicos quienes le pusieron suero y le subieron la presión.
Lo cierto es que, esta crisis estuvo plagada de errores, es fundamental que el presidente López Obrador y su equipo de comunicación entiendan la importancia de informar de manera clara y precisa sobre su estado de salud y que, de no ser grave, mantengan el estilo de comunicación propio de Obrador; porque, sin duda la transparencia y la honestidad, como estandartes con los que se maneja AMLO, son fundamentales para generar confianza y tranquilidad en la población; y a su vez esto evitará rumores que repercuten en su reputación y, así, en su imagen.