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Éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Esta frase, atribuida a Julius Henry ‘Groucho’ Marx 1890 – 1977), en realidad apareció en un periódico de Nueva Zelanda en 1873, en la forma: ‘Éstos son mis principios, pero si no le gustan, yo los cambio’; me parece que encaja exactamente con los políticos actuales.

El refranero sobre los hombres sin palabra es muy amplio:

  • Un hombre sin palabra no es mejor que una bestia’;
  • ‘El valor de un hombre se mide por lo que vale su palabra’;
  • ‘Un hombre sin palabra es una cucaracha’ (película El Padrino (1972 – 1990), trilogía de Francis Ford Coppola (n. 1939), inspirada en la novela homónima de 1969, de Mario Francis Puzo (1920 – 1999)
  • Etc.

Las palabras nos definen, especialmente ‘la palabra de honor’, pues son un pilar de nuestro ser; con la palabra empeñamos nuestra dignidad, nuestro compromiso, ya que se basa en nuestra autoestima, prestigio, coherencia y sinceridad.

Pero, la mayor parte de los políticos creen que ‘las palabras se las lleva el viento’, y por eso abusan de ellas, sin control, en busca de su beneficio inmediato.

Y en el abanico de los políticos unionistas, neofranquistas de manual, siguen siendo válidas las frases irónicas atribuidas al legionario José Millán-Astray Terreros (1879 – 1954), el que sacaba la pistola al oír la palabra ‘cultura’: ‘Mientras en España siga reinando Dios, no habrá República posible’ o ‘España no será España sin su canalla’.

Tenemos muchos ejemplos actuales:

Gemma Aguilera, en un artículo de ayer (20 de junio), en elmon.cat, titulado ‘La única verdad que ha dicho Colau’, comenta:

‘Pactar, también con el supuesto enemigo, es legítimo. De hecho, la política es esto. Negociación, cesiones, beneficios y pérdidas. Pero, a cara descubierta y sin mentiras. Si no, es una traición al votante y al sistema democrático. Y esto es lo que ha hecho Ada Colau y los Comunes que, religiosamente, acompañan a la líder y su superioridad moral.

(…) De hecho, Ada Colau sólo ha dicho una verdad en todo este tiempo. Que no respetaría la lista más votada si no era la suya (…) y que intentaría hasta el último minuto tumbar cualquier otro ganador con tal de mantenerse en el ayuntamiento. Al precio que fuera, también sometiéndose a la derecha.

(…) Y mentiras, muchas mentiras. Juraron y perjuraron que, con el PP, aliado de Vox en el estado, no habría ningún pacto.

(…) Los Comunes también mintieron asegurando, después de la derrota del 28 M, que Colau descartaba completamente ir a las listas de Sumar en Madrid. Pues ya está (aunque de forma testimonial).

¿Y por qué tanta deslealtad a sus votantes? Para garantizar la supervivencia económica del partido y de los más fieles, ahora que vuelven a ser la muleta del PSC/PSOE. Y ha sido un éxito. Ni 24 horas después de la investidura de Collboni, se hacía público que los cargos de confianza de Colau y Collboni en el gobierno, mantendrían su nómina, a pesar de su ‘sacrificio’ de pasar a la oposición. Y dos días después de la investidura, el alcalde ya da por hecho que después del 23 de julio, muchos otros Comunes engrosarán su nómina entrando en el gobierno. Y, por cierto, de momento, ningún cargo de confianza ha rechazado su sueldo, a pesar de que los Comunes aseguran que harán oposición. Naturalmente, la escenificación estaba pactada’.

Un desgraciado ejemplo de esa ‘mentalidad’ mentirosa y prepotente, la tuvimos ayer, viendo una entrevista de Xavier Graset (tv3, Més324) a Janet Sanz Cid, brazo derecho e izquierdo de Ada Colau, pues Sanz, que es regidora del ayuntamiento de Barcelona desde el año 2011, y que, si no pasa nada, continuará, como mínimo hasta el 2027, es decir, 16 años, para un partido que su líder (Colau) dijo, el 8 de febrero del 2013 (El Periódico): ‘Una lógica perversa lleva a que quién llega al poder haga lo que sea para perpetuarse. En los gobiernos no están los más brillantes, sino los más trepas. Triunfa el que lo sabe todo de todos’.

(Este fenómeno lo he visto muchas veces en la empresa privada en la que he trabajé 47 años. No es nada nuevo)

Sanz, en la entrevista, defendía el programa y las acciones que habían hecho, y que quería preservar a todo precio, cueste lo que cueste, y a costa de los pactos que sean necesarios.

Esto, en parte, es comprensible, es humano, y, hasta cierto punto, elogiable.

Pero se ha de ser realista, ya que su partido, el de la Colau, ganó hace ocho años por malas artes de las cloacas del estado, hace cuatro, perdió, pero mantuvo la alcaldía gracias a los votos de Ciudadanos, de Manuel Valls, un racista ‘republicano en Francia y borbónico en España’, y ahora ha vuelto a perder (quedando como cuarta fuerza); es decir, que nunca, nunca, han ganado por su proyecto. Y, claro, que nos quiera imponer a golpe de martillo su programa, como si fuera el mejor y único de la galaxia, es vergonzoso e inmoral.

Esa ‘izquierda guay’, como se consideran, creen saber mejor que los barceloneses lo que nos conviene y queremos. Son unos fanáticos prepotentes. No cabe otra definición. Son más inútiles que un martillo sin cabeza; pero sí, para el estado español son muy útiles.

El periodista Graset, le preguntó, también, sobre la ‘regularidad’ de su marido en el ayuntamiento, y Sanz respondió, brevemente y de forma ofendida, ‘que este tema ya había sido investigado y no había nada irregular’.

Pues bien, inmediatamente, las redes sociales se llenaron de mensajes, entre ellos, el de ‘Noa’ (@noaboow17) señalando que el marido de Sanz, Daniel Granados, se había comprado un Jeep 4×4, que vale más de 45.000€; que Colau había subido un 25% el sueldo al asesor que se autocontrató; que Daniel Granados, según consta en la red Linkedin:

‘es director de Producciones Doradas, productora que compagina la edición de discos con la investigación acerca de los nuevos usos de la música, la historia de la música popular contemporánea y las nuevas relaciones entre creadores y usuarios en la actualidad, y, director, también, en el Internacional Music Observatory (IMO), organismo dedicado a la investigación y análisis del sector musical en diferentes contextos locales en colaboración con la UOC y el festival Primavera Sound. La twitaire ‘Noa’ que desveló estos datos, señaló que había entrado en la información de contacto, allá donde la gente pone los enlaces de lo que está más orgullosa, y tiene 3 puntos destacados: produccionesdoradas.com; musicobservsatory.org; y zzzinc.net. Y, esa twitaire comentó que entrando en la primera, aparece ‘Casino Bitcoin, los 10 mejores casinos bitcoin de España con los mejores juegos de casino y los mejores bonos; después, en el segundo enlace, aparece el mensaje ‘tenemos un problema para encontrar este sitio’, es decir, que no existe o no funciona esta página, a pesar de tener un director, y, siguiendo con esa misma twitaire ‘Noa’, ‘si este chico es el director, habrá de despedir a alguien o autodespedirse, sin también se ha autocontratado’; y entrando en la última dirección, zzzinc, Daniel es miembro de esa plataforma formada por comisarios, periodistas, investigadores independientes, etc., para desarrollar proyectos centrados en la innovación en cultura y servicios de asesoría y consultoría, pero la información que refleja, se refiere al año 2014. Y ‘Noa’ finaliza citando esa página, que ‘se trata de aquellos lugares que hacen cosas y que son supercools, ciudadanos del mundo, personas que son ciudadanas del mundo que no tienen nacionalidad, porque son personas libres y tal y tal y tal…’

Yo no he comprobado toda esta ‘información’ pero me parece que ante todo este tsunami de informaciones que corren por la red, Janet Sanz, estaba obligada a responder con detalle a Xavier Graset, no a escabullirse como hizo.

Parece mentira que ‘políticos’ así, se presenten con una careta de superioridad moral sobre el resto de la ciudadanía, y que, encima, nos quieran imponer su ‘modelo’ de ciudad.

Una moralidad que quieren imponer sobre Xavier Trías (Junts), al que siguen acusando por el expolio del 3% del pasado partido CiU; pero ese partido se autoliquidó y fue juzgado; mientras que los escándalos del PSOE (corrupción y guerra sucia del GAL) y el PP (corrupción y no renegación del franquismo), siguen campando a sus anchas, y, claro, con ellos, los comunes no tienen reparo en pactar. Todo encaja en el marco del corrupto reino español, que sólo persigue a los independentistas.

Antonio Infante, en ese mismo medio (elmon.cat) y día (20), publicó su artículo titulado: ‘Qué bien, hemos tenido elecciones en las colonias’, en el que expresa:

‘(…) el relato del statu quo garantiza el relato de ‘España, una, grande y libre’, bipartidista o bifrontista, cada día más católico-integrista, xenofóbica y aporofóbica (*) de la que nosotros (los catalanes) formaremos parte de forma ‘natural’.

Si se consolida un relato así, estaremos constantemente jugando en un terreno ideológico y político que no es el que nos interesa a la mayoría de nuestro pueblo (…) condenados en cada nuevo ciclo electoral, en el mejor de los supuestos, a cambios epidérmicos que nos situaría en una especie de bucle en el que los cambios institucionales entre los bloques políticos de la derecha/extrema y los de izquierda/regionalistas, no afectarían los fundamentos del sistema que pivota sobre las estructuras del estado capitalista extractivista y colonial que sufrimos. Es decir, continuaremos sufriendo como colonias, pero actuaremos como si fuéramos unas regiones normales dentro de un estado normal. La dislocación política y sociológica acabaría desestructurando brutalmente.

(…) Somos colonias interiores, pero colonias al final. El estado español y sus estructuras fundamentales, entre otros el sistema de partidos políticos herederos y garantes del régimen del 78, lo tienen muy claro y actúan en consecuencia.

(…) No somos como las lejanas colonias americanas, asiáticas o africanas de los siglos pasados, pero vivimos en unas colonias interiores, en el seno de Europa (con permiso de Kant, que situaba los límites europeos en los Pirineos), sufrimos una expoliación económica de tipo claramente colonial y culturalmente nos han impuesto, y, lo que es más grave, hemos asumido la colonialidad cultural (asumir y reproducir en parte o totalmente, la cultura impuesta por los colonizadores’.

(*) aversión y desprecio al pobre, al que no puede devolver nada bueno a cambio, según la filósofa Adela Cortina.

En definitiva, que estamos en un estado que recuerda a la perfección las historietas de ‘Martínez el Facha’ (Ediciones El Jueves), creadas en 1977 (y que duró hasta el 2015) por Joaquím Aubert Puigarnau, formadas por una galería de personajes como:

Martínez es un nostálgico franquista que no se adapta a la nueva situación política en la que vive, y es miembro del grupo de ultraderecha dirigido por el Sr. Morales, un facha de conveniencia con unos únicos valores, los que le reportan mayor beneficio. La Sra. Martínez, que es la que lleva los pantalones en su casa; Adolfito, el amigo de Martínez, que le acompaña en todas sus correrías; Francisquito, el nieto de Martínez, y el sacerdote Bocquerini, un golafre argentino, exiliado desde la llegada de la democracia en su país; Martín, el yerno de Martínez, que no es facha, pero finge serlo; y el banquero don Florián, así como la condesa, el cardenal, etc.

Sería un ejercicio fácil y divertido ir buscando semblanzas con los políticos actuales, pero ya me he extendido demasiado en este escrito, por lo que dejaré para otro día la experiencia que vivimos ayer en la manifestación diaria de la avenida Meridiana de Barcelona, que recuerda, a la perfección, el mantenimiento del espíritu español: ‘El vuelva usted mañana’, de Mariano José de Larra (1809 – 1837)

En definitiva, y volviendo al tema central del presente escrito, el valor de la palabra dada, me parece interesante recordar unos versos del poema de José Rafael Hernández (1834 – 1886), en su obra maestra ‘El gaucho Martín Fierro’ (1872), que puso en boca de Martín Fierro:

‘Muchas cosas pierde el hombre

que a veces las vuelve a hallar;

pero les debo enseñar,

y es bueno que lo recuerden:

Si la vergüenza se pierde

jamás se vuelve a encontrar’