Todos sabemos que, generalmente, los políticos son acomodaticios, pues buscan el mimetismo con sus potenciales votantes; mientras que los políticos éticos, que tienen unas ideas claras y las defienden a capa y espada, son una minoría, como trato de explicar seguidamente.
El escrito de ayer lo finalicé con la frase que he tomado como título del presente, es decir: ‘Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros’, mencionada por Julius Henry ‘Groucho’ Marx (1890 – 1977) en la película ‘Una noche en la ópera’, dirigida por Sam Wood, en 1935; si bien, la primera referencia apareció en un periódico de Nueva Zelanda, en 1873, en la forma: ‘Éstos son mis principios, pero si no les gustan yo los cambio’.
Ayer apliqué esta forma de proceder a Pere Aragonès y al conjunto de ERC, pues, sin despeinarse ni avergonzarse, ahora, en plan electoral, piden un referéndum a la escocesa, con una pregunta binaria (si queremos la independencia o no) y sin porcentajes mínimos y discriminatorios; cuando, hace unos meses defendían un acuerdo de claridad a la canadiense, con tres preguntas y porcentajes discriminatorios.
El 27 de setiembre del pasado 2023, Pere Aragonès defendió en el Parlament su idea de propuesta del acuerdo de claridad, una propuesta ‘que podría recibir el apoyo internacional’, y que ‘es fruto del aprendizaje de los últimos diez años: hace una década que estudiamos qué vías tenemos para hacerlo y las hemos agotado prácticamente todas, pero nos queda pendiente aprobar un pacto de claridad y fijar las condiciones que represente el 80% de la sociedad, un gran consenso, pues incluye a los independentistas como a los que no lo son’.
Y claro, acto seguido, Oriol Junqueras, Marta Rovira, Marta Vilalta, etc., se multiplicaron por todos los medios de comunicación, explicando las bondades de esa ‘idea’, aprobada en el año 2000 por el gobierno federal canadiense, pero sin explicar que esa propuesta fue aplicada sin el acuerdo con los independentistas de Quebec, ni mencionar que ya en el 2016, Miquel Iceta (PSC/PSOE) la había propuesto (e inmediatamente olvidó, supongo que al ser llamado al orden, por parte de Pedro Sánchez)
Ese pacto de claridad propuesto por ERC fijaba una participación mínima del 50% y un umbral mínimo del 55% del si a la independencia. Por lo que, ya de base, es antidemocrático, pues prima a los unionistas, que con un 45,1% ya ganarían, frente al 54,9% de los independentistas; asimismo, les daba la llave a esos españolistas, pues, absteniéndose masivamente, podrían impedir el 50% mínimo fijado.
Pero, claro, ERC intentó vender su ‘ocurrencia’ como la única, la mejor del mundo mundial.
Y ahora, en plena precampaña electoral, olvidándose del citado acuerdo de claridad, proponen como la mejor solución, un referéndum a la escocesa, pactado con el estado y sin fijar mínimos.
Nada nuevo, en un partido que tiene, como objetivo prioritario, mantener la presidencia de la Generalitat, y poder disponer del gran abrevadero que ello comporta; es decir, tienen una visión nutritiva del poder, por eso, ERC (como la mayor parte de los partidos) más bien son empresas de colocación de personal. Y, claro, cualquier fórmula les vale, para olvidar que en el 2017 ya hicimos el referéndum.
Y ante esa mutación, me parece que puede ser interesante efectuar las siguientes elucubraciones:
Es conocido el efecto camaleónico, que se da cuando imitamos el lenguaje verbal y no verbal de otros, generalmente de forma inconsciente, como si fuéramos un espejo para otras personas; sin ser preciso llegar a la patología de ser un trastorno psicológico, un trastorno facticio, de copiar la personalidad de otro, un fenómeno de doble o múltiples personalidades.
Otro fenómeno es el mimetismo de ciertos animales y plantas, que cambian de color y/o de forma, para camuflarse y evitar determinados riesgos; y, a tal fin, esos organismos experimentan cambios en su organismo y en su estructura externa, para adaptarse al entorno.
En el caso de ERC, a mi modo de ver, presenta un conflicto más complejo, entre sus inmutables ideas autonomistas (pues fiarlo todo a un acuerdo con el estado, es una utopía, y lo saben, como lo expresaba Oriol Junqueras antes del 2017), y su deseo de atraer (con engaños) a más votantes; por lo que podría considerarse un falso efecto camaleónico (ya que, en realidad no quieren asimilarse a los votantes) o un falso mimetismo (ya que no tienen ningún interés en efectuar cambios en su organización, salvo los cosméticos precisos para conseguir sus fines)
El mimetismo (en sus diferentes tipos: batesiano, mulleriano y automimetismo) es una habilidad que busca engañar al resto, asemejándose a otros del entorno, o mediante el camuflaje (cripsis), asimilándose al propio entorno. Y, en algunos casos, el mimetismo presenta un aspecto agresivo (aposematismo: señales de advertencia de peligros; o mediante engaños, como la mantis que imita flores para engañar a las presas)
Otro ejemplo defensivo lo podemos ver en los calamares y otros cefalópodos, que son capaces de generar una tinta negra (mediante unas glándulas ubicadas en sus branquias) y de liberarla en el momento oportuno, cuando se sienten amenazados o cuando quieren advertir a sus compañeros de que existe un peligro cercano.
Este mecanismo sabemos que es muy habitual en todos los partidos políticos, pues, al verse atacados (como el PSOE con el caso Koldo), responden poniendo en marcha el ventilador y esparciendo críticas a todos los otros partidos, y, en especial, al PP, por el caso Ayuso. Y, en la política catalana, vemos que Salvador Illa (PSC/PSOE) y Pere Aragonès (ERC), para autojustificarse, critican a Carles Puigdemont (Junts), considerándole ‘líder autoritario’.
Siguiendo con ERC, tampoco se trata de un conflicto de identificación, mediante la mimetización o el camuflaje, como mecanismo psicótico de sobrevivencia, ya que, en su caso, son plenamente conscientes del uso y abuso de su proceder, para mantener sus ideas y, especialmente, conservar el poder.
Es preciso señalar, asimismo, que el PSOE, como máximo defensor del régimen del 1978 español, no tardó ni un minuto para responder a la propuesta de Pere Aragonès, pues, Pilar Alegría, la portavoz del gobierno de Pedro Sánchez contestó: ‘lo diré con dos monosílabos: no y no’ (si bien utilizó 3); pero ERC no se cansa de repetir que meses atrás el PSOE también decía que la amnistía era anticonstitucional.
En definitiva, y dada la complejidad de la situación actual, que ERC intenta marear todavía más, me parece que deberíamos recapacitar en los siguientes pensamientos de Óscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde (Óscar Wilde, 1854 – 1900):
‘Sé tú mismo, todos los demás ya están escogidos’,
‘Sólo los superficiales se conocen a sí mismos’
Si recapacitamos, estoy convencido de que nos reafirmaremos que es preciso ser radicales con nuestras ideas, es decir, que debemos mantener la raíz que nos define y caracteriza, en este caso, el deseo de la independencia, y, obviar a los veletas que actúan con el camaleónico proceso que he resumido con la frase: ‘Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros’
Nota final: la mencionada respuesta del PSOE: ‘no y no’, me ha recordado el siguiente poema monosilábico de Pep Hernández (doctor en ciencias de la educación, profesor de lengua y literatura), que, a modo de desengrasante, me parece de interés reproducir:
‘El zen del sur
No sé lo que es la fe en un dios que no es ni el sol ni el pan,
y que es la cruz y es tres y de la ley la faz;
no sé si al ver su tez en la miel y en el ron voy mal,
o es tal vez que mi pie va hoy tras la paz de un buen bar.
Hay en la piel del boj y en la flor y en la nuez un plan
Que no por ser tan gris no da la luz que hay en su don.
Voy en su cruel zigzag
Y en mi voz son un haz el tú y el yo,
‘si la pus es mi fin ¿por qué no ir de dos en dos?’
Voy cual un can sin riel
y al son de mi tic tac ¿qué ver?
más que la sal del ser ¿es Dios?:
un pez al ras del mar.