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Hace meses ya titulé un escrito utilizando esta frase de Estanislau Figueras i Moragas, pronunciada el 10 de junio del 1873 en el consejo de ministros, siendo el primer presidente de la Primera República Española y, acto seguido, se exilió a Francia. Pues bien, estos días, viendo la situación política y la actuación mezquina de la mayor parte de los políticos, me siento igual que Figueras, como intento explicar a continuación.
La frase completa, de Estanislau Figueras i Moragas (1819 – 1882) fue: ‘Señores, voy a serles franco, estoy hasta los cojones de todos nosotros’ (frase que pronunció en catalán, su lengua materna: ‘Senyors, seré sincer: estic fins als collons de tots nosaltres’) y, a continuación, indicó que se iba a dar un paseo por el Parque del Retiro, para despejarse; aunque, en realidad, se fue a la estación (su secretario particular le había comprado los billetes), donde se subió a un tren que le llevó hasta Francia.
Desde el inicio de la Primera República, en febrero de 1873, tuvo que hacer frente a la división interna de su propio partido, las críticas entre federalistas y unionistas, la declaración unilateral del Estat Català, así como varios intentos golpistas para volver al antiguo régimen borbónico; y todo eso, tras unas elecciones, en mayo, con una altísima abstención (la participación en Madrid fue del 28% y en Catalunya del 25%) que ganaron los federalistas, y, en la sesión de apertura del congreso, Figueras dijo: ‘ayer éramos aún esclavos (…) procuremos con verdadero espíritu político arraigar esta libertad de conciencia’.
Esas elucubraciones eran incomprensibles por la ciudadanía, pues los historiadores como Alejandro Nieto, afirman que el 90% de los españoles desconocían lo que era y representaba el federalismo o el unionismo.
La idea de Figueras, al dimitir, era dejar el camino libre a su sucesor (y rival, Francesc Pi i Margall (1824 – 1901)), ya que afirmó: ‘sacrifiqué a sabiendas mi reputación en el partido, arrojando a la calle mi vida pública de más de treinta años’.
Según el citado Nieto:
‘(…) claro que estaba harto, él había sido el republicano que más había luchado porque llegara el nuevo sistema político, hizo muchos esfuerzos para ello. Por eso le hicieron presidente de forma inmediata. Pero después se dividieron y le impidieron gobernar. Los suyos fueron los que más le entorpecieron, y por esto estaba cansado. Lo curioso es que los enemigos de la Primera República le dejaron en paz y no le atacaron durante los primeros meses; los monárquicos, por ejemplo (…) Fue la República la que se destruyó a sí misma (…) La idea de Figueras era no volver a España, sin embargo, no tardó en regresar de su exilio para tratar de paliar los problemas que atravesaba el nuevo sistema. Su aventura fue tan corta como su exilio. En 1874, tras la restauración monárquica, don Estanislao se vio obligado a salir del país. Abandonó la política durante meses, aunque en 1875 quiso participar en las conspiraciones para proclamar una ‘república sin calificativos’ en España (…) En 1880 pretendió la creación del Partido Republicano Federal Orgánico, en contra del federalismo pactista de Pi i Margall, aunque también con el fin de trabajar a favor de lograr la unión republicana (…) la muerte le llegó el 11 de noviembre de 1882’
Y según Nieto: ‘Son unos años muy olvidados. Me sorprende que nadie se acuerde de la Primera república y que de la Segunda se escriba tanto. No sé si bien o mal, pero que se escriba tanto’.
En realidad, el barcelonés Estanislau Figueras presidió la Primera República 119 días (desde el 11 de febrero (sustituyendo la monarquía del rey Amadeo I) al 11 de junio de 1873 (que fue sustituido por el también barcelonés Francesc Pi i Margall)
Y remarco que ambos nacieron en Barcelona, para mostrar que las luchas fratricidas, mejor dicho, cainitas, son las peores; y expresarlas en el congreso de diputados de Madrid evidenció una contundente división, supongo que celebrada por los unionistas españoles. Asimismo, también me parece relevante destacar que Figueras nació en 1819, y Pi en 1824; y ambos estudiaron la carrera de Derecho en la Universidad de Barcelona; o sea, que no eran tan distantes.
La Primera República Española fue breve, del 11/02/1873 al 29/12/1874, finalizada por el pronunciamiento militar del general Arsenio Martínez Campos (consolidado por el golpe de estado del general Manuel Pavía Rodríguez de Alburquerque, el 3 de enero de 1874; en el imaginario colectivo se instaló el hecho que entró en el congreso en su caballo, de ahí la frase del ‘caballo de Pavía’, pero fue una falsa noticia), dando paso a la restauración borbónica, en la persona de Alfonso XII.
En ese breve espacio de tiempo, la República tuvo 4 presidentes, todos ellos del Partido Republicano Democrático Federal: Estanislau Figueras (febrero-junio de 1873); Francesc Pi (junio-julio 1873); Nicolás Salmerón (julio-setiembre de 1873); Emilio Castelar (setiembre 1873 – enero 1874). Por esto me parece correcta la afirmación del citado historiador Nieto: ‘Fue la República la que se destruyó a sí misma’, pues, con sus divisiones y rivalidades internas, no pudieron afrontar a su verdadero enemigo, los borbónicos.
Me ha parecido interesante efectuar todo este preámbulo, para compararlo con la situación actual, salvando todas las diferencias precisas, pero los conflictos de fondo son los mismos, en aquél momento, confrontación entre monárquicos y republicanos (y, dentro de éstos, entre federalistas y unionistas); y ahora, como entonces, la idea de la unidad de España es el eje vertebrador de los nacionalistas españoles, versus los nacionalistas periféricos; y, asimismo, los primeros relativamente unidos (pero clónicos respecto a la mencionada idea central) y los segundos, divididos y enfrentados.
Esta mañana (19/03) hemos tenido una muestra más del vergonzante ridículo en el congreso de los diputados, por parte de Gabriel Rufián (ERC), ya que:
Rufián ha agravado sus insultos a los diputados de Junts, una semana después de decir ‘miserables y mentirosos’ a sus rivales independentistas, con motivo de una discusión sobre los trenes de Rodalies (cercanías): ‘Junts ha vinculado ERC con el caos y el infierno de Rodalies; lo único que sé de Isidre Gavín es que hace treinta años que va en coches oficiales y ha cogido muy poco los trenes de Rodalies; yo hace 25 o 30 año que los cojo, es un miserable y un mentiroso’.
Pues, bien, hoy Rufián ha respondido a un tuit del diputado Josep María Cruset (Junts) con el emoticón de una rata, respondiendo, así, a un tuit de Cruset comentando que hoy la cámara había dado el primer paso para aprobar una ley impulsada por su partido contra las ocupaciones de pisos, y que partidos como ERC, Bildu y los Comunes habían votado en contra, y apuntando: que cada uno saque sus conclusiones’.
Y, ante ese tuit, Rufián se ha limitado a contestar con el mencionado emoticón con la figura de una rata. Y, en los pasillos, ha añadido: ‘siempre respondemos a las agresiones y siempre hago corto; no ataco nunca, les respondo, se piensan que son los amos de Catalunya, a nosotros no nos pisan’.
Con anterioridad, en el plenario, y aprovechando una pregunta a Pedro Sánchez, Rufián ha aprovechado para criticar a Junts, acusándoles (como hace siempre) de ser la derecha catalana, y diciendo: ‘imaginen la impunidad mediática y digital que tiene esa gente para trincharnos a nosotros, mientras colocan a sus amiguitos en el consejo de administración de Renfe; señora Nogueras, ruedas de prensa con la bandera española, no; pero colocar a los amigos en empresas españolas, si’.
Y Francesc de Dalmases, diputado de Junts en el Parlament de Catalunya, ha contestado a Rufián: ‘Ratas, piojos y buitres … son la clase de animales que los nazis hacían servir para deshumanizar a los judíos antes del holocausto; los hutus se referían a los tutsis como escarabajos que era preciso eliminar para anticipar el genocidio (…) Rufián es un indocumentado sin estudios ni conocimientos que en su vida no ha acabado un libro’.
Rufián, en los pasillos del congreso, respondiendo a los periodistas sobre ese tuit, ha contestado: ‘¿Junts habla de extrema derecha?’
Evidentemente, a los nacionalistas españoles no les hace falta un Pavía, con las luchas fratricidas entre los partidos independentistas catalanes, ya les es suficiente para seguir teniéndonos paralizados.
Y ante este panorama, viendo que el colonial reino español nos sigue y seguirá maltratando, sin el menor pudor ni temor, ya que se siente fuerte para continuar aplicando férreamente su programa de conquistador / vencedor y, encima, disfrutando con nuestras divisiones; por eso, muchos independentistas pensamos como Estanislau Figueras: ‘Señores, voy a serles franco, estoy hasta los cojones de todos nosotros’ (frase que pronunció en catalán, su lengua materna: ‘Senyors, seré sincer: estic fins als collons de tots nosaltres’)
Pero, aún así, no nos marcharemos, no abdicaremos, continuaremos trabajando por la República Catalana; y para ello, lo primero que deberemos hacer es castigar a los políticos ‘independentistas’ que no merecen ni el aire que respiran, pues esa forma de proceder, como la mencionada, es totalmente negativa para nuestro proyecto, que confiamos poder construir sin tipos con esa infame catadura moral.
Y a ese respecto, considero que es impresentable continuar con partidos políticos como ERC, que, de nuevo bajo el férreo control de Oriol Junqueras, no ha sido capaz ni de efectuar un verdadero análisis sobre sus actividades en ‘B’, ya que su ‘comisión de la verdad’ (presidida por Joan Tardà) ha sido un nuevo engaño, y van …; y tengo claro que si Junqueras no rectifica el estilo de Rufián, es por que comulga con él (mejor dicho, al revés, Rufián dice lo que Junqueras, política y farisaicamente, no se atreve a decir, pero lo piensa), ya que me parece claro que ‘el que calla otorga’.
No hemos aprendido nada de la Primera República Española, y estamos más que hartos y asqueados de émulos egoístas, narcisistas y ególatras, como Pi i Margall entre otros; vimos que el 1 de octubre del 2017, el reino español, a lomos de ‘su caballo de Pavía’ (policía nacional, guardia civil, poder judicial – económico y mediático) nos acojonó, y así seguimos, rendidos y sumisos, esperando que, mágicamente, nos solucionen el problema, siempre y cuando no nos exija el menor sacrificio o molestia.
Hasta el 2017 pensábamos que lo que hacíamos merecería el reconocimiento de nuestros nietos; ahora sé que, llegado ese momento, sólo podrán criticarnos por haber desaprovechado la situación y por el ridículo tan espantoso que estamos haciendo desde el referéndum.