Llegó el nuevo etiquetado para las marcas y muchas empresas están sufriendo las consecuencias, no sólo en los costos por etiquetado de la NOM-051 –por ejemplo Bimbo estima una inversión de 6 mil millones de pesos para su implementación- sino por el señalamiento del que muchos están siendo objeto, pues están saliendo a la luz productos que creíamos saludables y al parecer no lo son, pero en realidad lo son si no se consumen en exceso, pero en realidad es un meme ¿o cómo?
Antes que nada debemos recordar que México, de momento, está librando dos pandemias, la de COVID 19 y la de obesidad, nada menos en 2016 se declaró una alerta epidemiológica nacional por la alta mortalidad y la carga de enfermedades asociadas con la obesidad. Por lo que el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) realizó un estudio donde detectó que la población rara vez usa las Guías Diarias de Alimentación (GDA) –la tabla que aparece en blanco con todos los valores nutricionales de los productos- porque son complejas de interpretar, mientras que es más fácil alertar a los consumidores sobre el contenido de nutrientes críticos en los productos como: azúcar, sodio y grasas con las etiquetas de advertencia.
Hasta ahí todo bien, sin embargo para los usuarios de las redes sociales el uso del etiquetado se ha prestado a burlas pues marcas como: Saníssimo, que se había posicionado con un nicho de mercado interesado en la salud, el ejercicio, la buena nutrición, vamos gente que evita el consumo de productos fritos o pan en general, fue “expuesto” en redes sociales pues el nuevo etiquetado exhibe uno de sus productos con: exceso de calorías, azúcares y grasas saturadas, si bien de inicio uno cree que se trata de las famosísimas salmas o tostadas horneadas revisando el producto se trata de sus galletas de arroz inflado con chocolate y arándanos; mientras que sus productos de baja ingesta calórica siguen intactos de etiquetado. Sin embargo, la fotografía que circula en redes como una mofa a la gente que quiere comer sano y por lo tanto consume sus productos, se presta a la desinformación y puede generar un problema al valor de la marca y a su reputación.
Y esta desinformación no se queda en una fotografía mal intencionada, sino que muchas marcas están usando –tal vez de momento- etiquetas autoadheribles para marcar las alertas nutricionales y cumplir con la Norma, sin embargo esto ha permitido que algunos consumidores de mala fe las despeguen y coloquen en productos como una lechuga que nada tiene que ver con el etiquetado lo que, sin duda, confunde al consumidor.
Ciertamente el etiquetado de advertencia era necesario para trabajar conjuntamente en un problema de salud pública que afecta al 75% de la población en México, sin embargo, eso no exime a la imagen de muchas marcas que hoy por hoy se verán afectadas pues su percepción colectiva se modificará.