LA PAZ, Bolivia (AP) — Las iglesias evangélicas complican los planes del gobierno de Bolivia en momentos en que la vacunación contra el COVID-19 se ha estancado por debajo del 50% de la población objetivo.
Grupos religiosos han demandado al gobierno que no obligue a la población a vacunarse pero no por razones religiosas sino por su derecho a decidir con libertad. Mientras, el gobierno inició el jueves su campaña de vacunación puerta a puerta en la ciudad de El Alto -vecina a La Paz- donde hay una baja vacunación por la fuerte presencia de grupos antivacunas.
“Estamos en contra de que se obligue a vacunar. Hay que dejarlo al libre albedrío”, dijo el jueves el pastor Luis Aruquipa en una declaración pública ante los medios y citó un pasaje de los Salmos: “Caminaré en libertad, porque me he dedicado a tus mandamientos”.
Aruquipa, quien decidió no vacunarse, ya había sido noticia antes al promover públicamente el uso del dióxido de cloro que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) han desaconsejado ante la falta de evidencia científica.