- Anemia, desajustes hormonales y mal funcionamiento de los riñones, suelen ser las consecuencias de malas dietas.
- La alimentación y el ejercicio es base fundamental para una buena calidad de vida.
El inicio de año suele llegar con muchos propósitos, lo cuales motivan a mujeres y hombres a cambiar el estilo de vida, sobre todo en la pérdida de peso, así lo afirmó, la médica Tatiana Van Der Heyden Pardo, de la Coordinación de Prevención de Atención a la Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Edomex Oriente.
Además, alertó a no llevar a cabo dietas llamadas “milagro” que prometen cambios inmediatos y sobre estos regímenes alimenticios restrictivos y desequilibrados que se enfocan al consumo de un alimento único por algunos días (arroz, toronja o papaya, entre muchos otros) o no permiten combinaciones de nutrientes (por ejemplo, grasas, carbohidratos y proteínas).
La especialista afirmó que lejos de beneficiar, estas “dietas” perjudican el sistema orgánico y neurológico e incluso si se mantienen durante mucho tiempo, puede presentarse envejecimiento prematuro, anemia, desajustes hormonales, mal funcionamiento de los riñones, trastornos de la alimentación y alteraciones estomacales.
Mencionó que las consecuencias de lo anterior son desajustes digestivos, desnutrición y deshidratación, con manifestaciones como cansancio, dolor de cabeza, insomnio, cabello quebradizo, uñas débiles, piel apagada y nerviosismo, entre otras.
Van Der Heyden Pardo subrayó que se deben centrar los esfuerzos en concientizar para que desde casa se comience a establecer una cultura de la buena y adecuada alimentación y el consumo de agua natural de preferencia de dos a dos litros y medio al día, fundamental para mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades.
Concluyó que una buena alimentación debe ejercerse desde el nacimiento, “ya que si comenzamos con una óptima educación en nuestros bebés vamos a alimentarnos mejor, retardando factores genéticos que generan enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, hipertensión e insuficiencia renal”.
En el IMSS se determinan planes de alimentación a las personas con problemas de sobrepeso, obesidad, diabetes o alguna otra enfermedad, además se establecen programas alimenticios balanceados, donde se promueve que una buena alimentación.
