El pintor René Magritte fue clarividente al reflejar la diferencia entre la realidad y su imagen.
En este escrito me centro en dos de sus obras: “Ceci n’est pas une pipa” y “Los amantes”; la primera para contrastar la diferencia entre el relato oficial de Pedro Sánchez y la realidad del país; la segunda obra me ha parecido genial por reflejar el distanciamiento social provocado por la actual pandemia del Covid-19.
Este año 2020 está resultando un verdadero desastre, como todos sabemos, pues la pandemia, con la correspondiente crisis sanitaria, está comportando también en todos los ámbitos: económico, político y social.
Y esto ha comportado graves consecuencias, desde las más graves, sanitariamente hablando: los fallecimientos, los que han pasado por la UCI, etc.; y las secuelas que comportan y comportarán, probablemente, para los afectados. Asimismo, las consecuencias emocionales por diversas causas: duelos mal efectuados, pérdida o inestabilidad laboral, distancia social, etc. Y, cómo no, las consecuencias económicas, con sus implicaciones, por ejemplo: pérdida de ingresos, fragilidad familiar y personal, etc.
Por eso, muchos tuits piden el ‘reset’ de este año, y no hay para menos; pues todos vemos que no hay buenas perspectivas a corto ni medio plazo. La confianza está en la obtención de la vacuna; pero vista la gestión inicial con los respiradores, mascarillas y elementos protectores, en su inicio, para todo el personal sanitario, sabemos que cuando se disponga de dicha vacuna, se ejercerá una salvaje guerra comercial y económica para conseguirla.
Y después, se mostrará, nuevamente, la carencia del debido soporte logístico para su correcta distribución y vacunación a toda la población, pues, los ‘expertos’ de turno, con toda probabilidad deberían efectuar diferentes grupos poblacionales, en función del riesgo, pero sabemos, pues lo hemos visto explícitamente con las pruebas PCR, que volverán a imperar los intereses económicos, y primarán, no sólo al sector sanitario y de seguridad (eso es obligado), si no que los grupos favorecidos serán otros más injustificables: desde los políticos, los militares, hasta los futbolistas, etc.
Obviamente, un primer paso para afrontar futuros rebrotes graves sería efectuar un análisis de la gestión efectuada, como solicitan un grupo de expertos, en una carta dirigida a ‘The Lancet’.
“Científicos españoles reclaman la auditoría de la pandemia que el Congreso rechazó:
PP, PSOE y Unidas Podemos, no recogieron el guante en la comisión de reconstrucción. Ahora piden un análisis independiente del papel del Gobierno y de las Comunidades Autonómicas. ‘No se trata de repartir culpas’.
La comunidad científica insiste: España necesita una auditoría externa e independiente de la crisis del Covid-19.
‘The Lancet’ ha publicado una carta dirigida al director de dicha revista en la que la élite de la investigación patria firma un manifiesto para solicitar que se ponga en marcha una comisión de expertos nacionales e internacionales que ejecute ‘un examen imparcial’ de la gestión de la pandemia que ‘no debe concebirse como un instrumento para distribuir la culpa’. Más bien, debería identificar áreas donde la sanidad pública y el sistema de salud y asistencia social necesita ser mejorado”
(Elconfidencial.com)
“La élite científica reclama un examen independiente de los fallos de España en la pandemia.
Una veintena de prestigiosos especialistas expresan en ’The Lancet’ su preocupación por la situación de el país, con registros peores que otras naciones del entorno.
‘La covid-19 ha golpeado fuertemente a España, con más de 300.000 casos, 28.498 muertes confirmadas, y un exceso de alrededor de 44.000 muertes, a 4 de agosto de 2020. Más de 50.000 trabajadores de la salud han sido infectados, y casi 20.000 muertes se dieron en residencias de ancianos’. Así arranca la carta que han publicado 20 prestigiosos epidemiólogos y expertos en salud pública españoles. ¿Cómo es posible que España se encuentre ahora en esta situación?, se pregunta este grupo de especialistas, dado que la sanidad española se tiene por robusta y se considera de las mejores del mundo, según clasificaciones internacionales.
(…)
España es el octavo país del mundo con mayor número de fallecidos durante la pandemia de covid, según la cifra oficial de 28.000 muertes. Aunque el cálculo de El País, que eleva esa cifra a 45.000 fallecidos a causa del nuevo coronavirus, colocaría a España, a la altura del Reino Unido, en quinto lugar.
No solo eso: en relación con la población, los 61 muertos españoles por 100.000 habitantes está por encima de países como Italia (58), Francia (45) o Portugal (16)”.
Evidentemente, el gobierno español, si realmente fuera responsable, facilitaría la realización de ese estudio por parte de expertos independientes, nacionales e internacionales, para mejorar lo que fuera preciso y estar mejor preparados si, fatalmente, nos llega un rebrote importante que nos haga confinar y, lo que es peor, que se multipliquen los muertos y afectados. Pero, como sabemos, Pedro Sánchez, en su narcisismo, está orgulloso de su gestión y hasta el día previo a irse de vacaciones, siguió con su matraca de que ‘todos unidos hemos salido más fuertes y hemos dado una lección a las futuras generaciones’.
Aquí todo se hace en clave partidista, y atendiendo las encuestas que se auto hace el gobierno, mediante el CIS.
En esa rueda de prensa citada, en la que Pedro Sánchez hizo balance del curso, y que, por cierto, se negó a explicar nada sobre la marcha del rey emérito, todo fueron auto alabanzas, sin la menor autocrítica. Y, de ese modo, poco podemos esperar de un gobierno de PSOE / Unidas Podemos, si ni siquiera quiere conocer los puntos mejorables; y eso demuestra, una vez más, el escaso interés que le merecemos los ciudadanos.
Y es evidente que ante una situación así, y con las perspectivas que nos esperan, la mayoría de la población haya podido tener, tendrá (o tendremos), repercusiones psicofísicas, pues la ansiedad genera cambios psicológicos en el carácter, actitudes y comportamientos, que pueden somatizarse; y ese riego podrá durar años.
Haber perdido la ‘libertad’ que teníamos, en cuanto a movilidad, proximidad social y familiar, etc., forzosamente lleva aparejadas consecuencias negativas; y más, si el horizonte de la solución se ve muy lejano, y aunque el ministro de sanidad, Salvador Illa nos diga ahora, que a finales de año tendremos buenas noticias, todos sabemos que eso es un mero intento de aliviar tensiones; intento sin fundamento que a nadie convence, ya que, como he dicho, aunque se disponga de la vacuna, aquí sufriremos la mala gestión de la misma.
Todo esto confirma que España es diferente, desgraciadamente diferente.
El pintor belga René Magritte (1898-1967) en sus obras surrealistas, planteó muchas paradojas, siendo la más popular “Ceci n’est pas une pipa’ (esto no es una pipa), (1929), para explicar la traición de las imágenes, pues defendió que realmente no lo era, sino que era la mera imagen de una pipa. Con esto defendía la diferencia entre la realidad y su imagen.
Revisando sus imágenes de sus obras, veo que “Los amantes” (1928), en la que se puede ver una pareja besándose, pero son tocarse ni verse, pues tiene las cabezas tapadas con unos lienzos. Pues bien, “bajo este acto la comunicación entre la pareja está realmente obstaculizada por una barrera que no permite sentir, tocar ni ver al otro, además hablar con dificultad y escuchar poco” (www.todocuadros.es). Y esta obra me parece que podría aplicarse a la situación del covid, pues refleja el distanciamiento social exigido.
Como he dicho, España es diferente, aquí, según repite el mismo Sánchez, hemos tenido el confinamiento más duro, y la obligación de llevar las mascarillas de forma generalizada, incluso en los espacios abiertos, es más exigente que en los países de nuestro entorno. Y, a pesar de eso, seguimos con una situación peor. Y nadie nos explica a qué se debe.
A mi modo de ver, la única explicación es la de delegar de sus responsabilidades, traspasándolas a la ciudadanía; ya que, de ese modo, siempre podrán decir, tanto Sánchez como los respectivos presidentes autonómicos, que ya nos advirtieron que ‘el lavado de manos, la mascarilla y la distancia’ son nuestras vacunas, y si no hacemos caso…
Volviendo al cuadro de la pipa que no es una pipa, vemos que, siguiendo con nuestras diferencias españolas, aquí Magritte fallaría, pues los poderes, todos, y sus portavoces, intentan configurar una realidad que se asemeje a sus dictados. Es decir, que pintan su pipa, y quieren hacernos creer que realmente lo es.
Un ejemplo carpetovetónico, pero, desgraciadamente de hace unos días (5/8/20), lo tenemos en el siguiente artículo del periodista catalán Salvador Sostres Tarrida (articulista y redactor del diario ABC):
“El Rey
Los reyes, como los papas, no tienen que ver con los hombres sino con Dios. Es estúpido juzgar a los monarcas con criterios terrenales y además no sirve de nada. La monarquía es un don, una encarnación divina; ni es democrática ni está sujeta a las leyes que los hombres nos hemos dado, ni queda totalmente a nuestro alcance comprender su última profundidad y significado. Un rey no nos representa a nosotros sino a Dios. Su idioma es el de la eternidad y es nuestra tarea de mortales tratar con devoción de traducirlo, de descifrarlo, aún sabiendo que el intento no va a poder librarse de nuestra natural imperfección. Yo puedo entender los ataques de los republicanos, precisamente por su alma.”
(ABC)
Como vemos, este tipo de ‘razonamientos’, por llamarle de alguna manera a esa fantochada, que ni es del siglo pasado, sino que es propia de hace muchos siglos, y que debería ser sancionada por anticonstitucional y por blasfema, pero, no, ni el gobierno, ni la fiscalía ni la Iglesia no han dicho ni mu, les debe parecer bien. Pues si que la fiscalía ha abierto diligencias contra el vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonès, por presuntas injurias a la corona (un ‘delito’ sólo en España), por decir la verdad, como hizo el cantante Valtònyc (Josep Miquel Arenas Beltran), que debió exiliarse para librarse de la prisión.
Ahora, el rapero “Valtònyc acorrala a Pablo Iglesias: ‘Él me encargó la canción sobre Juan Carlos I por la que fui condenado; el rapero, que huyó de la justicia tras ser condenado por enaltecimiento del terrorismo e injurias al rey en sus canciones, vuelve a acusar a Iglesias de pedirle el tema más polémico para La Tuerka.
En una columna de opinión publicada en VilaWeb, el rapero mallorquín Valtònyc ha insistido en la idea de que fue Pablo Iglesias, vicepresidente del gobierno, quien le pidió como colaboración para su programa La Tuerka una de las canciones sobre la monarquía por las que fue condenado y a raíz de las cuales, posteriormente, huyó del país para no entrar en prisión.
(…)
El rapero asegura que está ‘exiliado por injuriar a la Corona y haber hecho apología del terrorismo, y resulta que no decía ninguna mentira sobre el Monarca’, y dice que ‘los únicos terroristas en toda España son los yihadistas amiguetes del CNI, que no quisieron parar un atentado en Catalunya para utilizarlo después contra el referéndum’.
Recuerda, además, que la salida de Juan Carlos I del país no le afecta ‘lo más mínimo’ y que no tiene ‘nada que celebrar hasta que caiga el régimen del 78’. Y continúa: ‘Construir la República Catalana es tangible, no estéril como querer salvar milagrosamente España, totalmente contaminada de franquismo, donde no se salva ninguna institución. Ya se ha visto que el Gobierno español más progresista de la historia respeta totalmente la asquerosa decisión de la Casa real’”
(El Español, 6/8)
Como vemos, tenemos muchos ejemplos de la distancia entre la “realidad” y la imagen que nos quieren imponer desde todas las instituciones, mediante discursos como el del citado Salvador Sostres, o el más ‘suavizado y camaleónico’ Pedro Sánchez, sin olvidar, tampoco, el triste papel que está haciendo Pablo Iglesias, que ha vendido sus principios, los de sus círculos, por un mero plato de lentejas (metáfora que ya utilicé y expliqué, por lo que no me repito).
Ante estas muestras, y las muchísimas que podríamos explicar de estos 3 siglos, desde 1714, tras la derrota que nos infligió el primer borbón español, Felipe V, y que su actual descendiente, Felipe VI emuló en su discurso del 3 de octubre del 2017, poniendo en marcha el ‘a por ellos’, que desencadenó la represión que todavía sufrimos, a pesar de tener el gobierno más progresista de la historia, como se autodefinen Sánchez e Iglesias.
Por todo ello, sólo tenemos una salida, seguir persistiendo, y si hace falta, ‘morir de pie, como los árboles’, rememorando a Pere Casaldàliga.
Nosotros tenemos claro lo que es una pipa, y lo que es su mero dibujo. No nos dejaremos embaucar por sus discursos.
Amadeo Palliser Cifuentes