La desconsideración del ciudadano, del prójimo, es el denominador común de la civilización actual, como podemos ver en todo momento, e intento explicar en este escrito.
Esta mañana, todos los programas, todas las tertulias, han tratado el debate entre Joe Biden y Donald Trump, constatando que Biden se ha mostrado confuso, desorientado, durante todo el debate, y que Trump lo ha aprovechado, para reírse de él, y, por lo que parece, ha resultado vencedor del debate, según diferentes encuestas entre el público americano.
Y, claro, ahora, todos esos programas hacen apuestas sobre el sustituto de Biden, señalando, entre el partido demócrata a: Kamala Harris, Hillary Clinton, Michelle Obama, etc.
Efectivamente, es difícil de comprender que el estado más poderoso, se encuentre en esta tesitura, que ya era previsible. Pero eso es otro debate, que deberían hacer los norteamericanos.
Lo que me parece interesante, desde la distancia, es que, sin haber visto el debate, por la diferencia horaria, los tertulianos se han apuntado a los titulares de los medios telemáticos, y sobre ellos, han rizado el rizo, como si fueran verdaderos especialistas en el tema; unos mismos tertulianos que, años atrás, hablaban como si fueran epidemiólogos, vulcanólogos, economistas, abogados, especialistas en Ucrania, Gaza, etc., según las exigencias del guion de cada día.
Y eso, obviamente, es un insulto a la audiencia, a la ciudadanía.
Como lo es, también, el denigrante servicio que los diferentes gobiernos están obligados a garantizar, pero que no garantizan.
La experiencia diaria nos muestra que no es así, que no tenemos garantizados los mínimos esenciales, y, claro, la ciudadanía es la que siempre sufre las consecuencias, ya se trate de la desinformación, del mal servicio en la gestión de las autopistas (esta mañana, para un recorrido de unos 160 kms, que habitualmente hacemos en apenas dos horas (*), hoy hemos tardado más de cuatro horas; y, según han informado por la radio, el problema ha sido que a primera hora de la mañana había habido una colisión entre dos camiones; pero, ¿es razonable que, cinco horas después, aún no se hubiera normalizado la situación?, ¿es razonable que, después, para atravesar la ciudad de Barcelona, se tarde más de una hora, debido al colapso provocado por las obras del cinturón de ronda, sumado a las obras en la avenida Diagonal?, ¿es razonable que los diferentes gobiernos primen dificultar la circulación de los coches particulares, sin haber mejorado, previamente, los servicios públicos?, ¿es razonable que se prime la circulación mediante bicicletas y patinetes, ‘olvidando’ la elevada edad de muchos de los ciudadanos?, ¿es razonable que, por ejemplo, en la avenida Meridiana de Barcelona, que es uno de los ejes de entrada y salida de la ciudad, se amplíen las aceras, ya de por sí muy anchas, y se quiten varios carriles de coches, para poner carriles de bicicletas, y parterres verdes, que, encima, no tienen una continuidad lineal a lo largo de toda la avenida?, etc.
(*) es preciso aclarar que, para desplazarnos desde la localidad de García (Tarragona), la alternativa, con servicio público, comportaría un taxi hasta Mora de Ebro, el tren, con sus problemas de horarios, frecuencias y duración; y después el metro; en total, más del doble de tiempo que con coche privado, en una situación normal; además del problema que comporta ir con maletas y bolsas; que, a cierta edad, tampoco es muy cómodo, digamos)
Nada es razonable, está claro.
Y todo eso es debido, en gran medida, a la ineptitud de gran parte de los políticos, que buscan la foto. Una muestra de todo eso la tuvimos la semana pasada, con el ‘Road Show’ montado para ‘aproximar’ la Fórmula 1 a la ciudadanía.
A tal fin, Jaume Collboni, prescindiendo de los inconvenientes que un circo así comportaba a la ciudadanía (por la pavimentación previa y repavimentación posterior), primó, especialmente, la publicidad que eso aportaba a la ciudad, como si esa propaganda fuera necesaria, en una ciudad sobresaturada de turistas.
Y para eso, sí que había presupuesto (7 míos de euros aportados por el ayuntamiento, y otros tantos por la Generalitat); y, claro, obviando, también, la polución producida por esos vehículos quemando ruedas, como gran espectáculo.
Y ante las críticas, la solución del mencionado Collboni, fue la de tomar todas las medidas precisas, para que él no saliese en ninguna fotografía en la tribuna provisionalmente montada al efecto. Así, sin esa fotografía, que quedaría para la ‘historia negra de la ciudad’, el ‘alcalde’ ya se daba por satisfecho, y sus regidores, sacaron pecho del ‘gran éxito’, como demostraba la asistencia de 38.000 espectadores.
¿Pero, eso es un éxito, en una ciudad con 1,66 millones de habitantes?, cuando, esos mismos políticos del PSC/PSOE han ninguneado, tradicionalmente, las manifestaciones independentistas, que sí que fueron multitudinarias.
El argumento de los patrocinadores de ese espectáculo fue que el retorno económico posterior, para la ciudad, era superior; pero, claro, ese retorno, que ahora parece que será muy inferior al previsto (haciendo exclusión del intangible de la imagen de la ciudad), beneficiará, en todo caso, a las empresas hoteleras y, en menor medida a la mano de obra de nula cualificación, salarios bajos, y nulo valor añadido, pues me refiero a los camareros, fundamentalmente.
Por todo ello, me parece que sólo puedo acabar con algunas verdades (que no, chistes) de Mafalda, de Quino (Joaquín Salvador Lavado Tejón, 1932 – 2020):
‘Es de mala educación hablar con la cabeza vacía’
‘En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias’
‘¿Practicas algún deporte de riesgo?: sí, a veces doy mi opinión’
‘Tal vez si le decimos a la gente que el cerebro es una aplicación … empiecen a usarlo’
‘Lo malo de ser una persona observadora es que a veces terminas entendiendo y notando cosas, que era mejor no saber’
‘Nunca discutas con un idiota, te arrastrará a su nivel y te ganará con la experiencia’
‘Señores, no es cuestión de romper estructuras, sino de saber qué hacer con los pedazos’
‘Qué atrasado está el progreso’
‘Ignorar es una forma de matar, pero sin ensuciarte las manos’
‘De tanto ahorrar en educación, nos hemos hecho millonarios en ignorancia’
‘Es increíble que alguien pueda creer que los mismos delincuentes que robaron y arruinaron el país, sean ahora los iluminados que puedan salvarlo’
‘Este mundo cada vez está más lleno de gente, pero menos de personas’
‘¿unión buenocrática?, ¿acción cívica bondadista?, ¿buenismo popular independiente?: ¿por qué sonará tan mal la bondad con la política?
Jean-Paul Sartre (1905 – 1980) señaló que ‘el infierno son los otros’, y yo no quiero dar la impresión de eso, ni mucho menos, pues sé que el infierno, también lo somos nosotros; pero, sí que me gustaría que todo fuera sustancialmente diferente, claro, y que las personas, los ciudadanos, fuéramos considerados, realmente, como el referente fundamental de todas las políticas.