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Falta de unión y de conexión entre los independentistas catalanes

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Ante la persistente represión del estado español, los independentistas catalanes deberíamos unirnos, pero ni así, pues seguimos divididos y desorientarnos, como explico a continuación.

Cada día constatamos que la represión del estado español sigue imparable, en todos los niveles, pero siempre determinada por el mismo espíritu ideológico neofranquista, para mantener el reino ‘atado y bien atado’, como lo dejó el dictador y asesino.

Un ejemplo del ámbito judicial, lo tenemos hoy (18/11) con el inicio del juicio a Gonzalo Boye Tuset, el abogado del president Carles Puigdemont y de numerosos independentistas, pues, retorciendo todos los principios deontológicos y mediante el lawfare, se le acusa de haber participado en una trama de narcotráfico, de blanqueamiento de dinero (900.000 € intervenidos al empresario Manuel González Rubio, en el aeropuerto de Madrid en febrero del 2017, que, según declaró, eran suyos e iba a invertirlos en Colombia), y falsificación documental (un contrato de compra venta de letras de cambio, para falsificar el origen del dinero destinados a José Ramón Prado Bugallo, alias, Sito Miñanco), cuando, en realidad, Boye actuó como abogado del narcotraficante.

Sobre el particular, Boye confía que todo se resolverá bien, a pesar de que se hayan efectuado múltiples intervenciones ilegales de sus teléfonos (mediante el sistema Pegasus), repetidos robos de información en su despacho (copia de las memorias de sus ordenadores), etc.; y reconoce que esta persecución es política, por su labor de defensa de miembros independentistas, pues los fiscales Ángel Bodoque y Cristina López Amat, han propuesto reducciones de penas, a cambio de incriminarlo a él (le piden 9 años de prisión). A pesar de toda esa presión, Boye expresa ‘que no se confundan, yo no seré rehén de nadie’ (en referencia a la sugerencia de que su caso pueda ser utilizado por Pedro Sánchez, para presionar a Junts y le apruebe los presupuestos generales del estado.

Con relación a la represión económica, ayer vimos al represor Salvador Illa, asistiendo a la fiesta del Primer aceite de Jaén, celebrada en Sabadell; pues bien, promocionar los productos de ¿proximidad? refiriéndose a Jaén, cuando aquí en Catalunya hay agricultores, de ese mismo sector, que están pasando todo tipo de penurias, debido a la sequía persistente en estos últimos años, es penoso.

Por eso, Guillem Figuerola, tituló su escrito de ayer, del siguiente modo: ‘Junts y ERC critican la última visita oficial de Illa: ‘Un president preocupado para gustar a España’’ (elnacional.cat, 17/11), y en ese escrito, señalaba que justamente ayer, también se celebró la Fira de l’Oli Verd de Maials (Feria del aceite verde de Maials), por eso, Jordi Turull (Junts) acusó a Illa de promocionar a los competidores del aceite catalán; y Marta Vilalta (ERC) calificó de ‘despropósito que el president de la Generalitat haga promoción del aceite de fuera de Catalunya, cuando, nuestro país es un país de aceite y de una excelente calidad, destacando los productores de las Garrigues, Terres de l’Ebre, Siurana y Empordà’.

Pero es evidente que no se trata de un error del que gestiona la agenda del represor Illa, no se trata de un fallo de protocolo; todo esto está muy bien orquestado, para desnacionalizar Catalunya, atacando todo tipo de sensibilidades, simbología e intereses económicos, y me parece muy evidente que es así.

Es evidente que, en Jaén, o en cualquier otra parte de España, a nadie, y nadie es nadie, se le ocurriría hacer un acto así en favor de un producto catalán, cuando, más bien, hay un boicot más o menos encubierto.

Por todo esto, me parece evidente, asimismo, que si los catalanes (independentistas y también los dependentistas) no nos unimos para defendernos de la persistente represión del estado español, iremos perdiendo todo tipo de elementos diferenciales, está claro.

Siempre he considerado interesante aprovechar cualquier estímulo, cualquier lectura e idea, aunque sea cazada al vuelo, para ilustrar mis escritos o, al menos, esa es mi intención, al compartir los aspectos que me parecen inspiradores y, en esa línea, ayer  oí la explicación del logotipo del Bluetooth y hoy he leído un artículo sobre el estrés laboral; y me parece que, ambas ideas pueden aplicarse al problema de nuestro colectivo independentista, y si meditamos, podemos sacar alguna conclusión positiva, individual y colectiva:

1 –

Siguiendo con la idea de la unidad, ayer, en un programa radiofónico, oí que explicaban el símbolo del Bluetooth, que, según dijeron, se traduce literal y erróneamente por ‘diente azul’, cuando, en realidad es una combinación ingeniosa de dos runas (*) del antiguo futhark nórdico, la runa ‘Hagall’ (joven) (los tres ejes) y la runa ‘Bjarkan’ (dos triángulos, uno sobre el otro); una fusión perfecta de ambas runas, que hacen referencia al rey vikingo Harald Gormsson, también conocido como Harald ‘Blatand’, que unificó varias regiones en nombre del cristianismo, en concreto, unió Dinamarca y Noruega.

(*) los alfabetos rúnicos son un grupo de alfabetos cuyas letras (runas) se emplearon para escribir las lenguas germánicas, escandinavas y británicas.

Bluetooth lo desarrollaron en 1994 los ingenieros Jaap Haartsen y Mattison Sven, que trabajaban para Ericsson (propietaria del sistema, antes de que esa compañía se asociase con Intel, IBM, Toshiba y Nokia)

Pero el logotipo fue creado por Jim Kardach, ingeniero de Intel, que estaba leyendo el libro ‘The Ling Ships’ (Los Barcos Largos), una novela escrita por Frans Gunnar Bengtsson (1894 – 1954), que narra las aventuras de los vikingos y del rey Harald Gormsson ‘Blatand’ (*), y viendo la similitud del objetivo del nuevo sistema, basado en la idea de ‘unir y conectar dispositivos’ que era similar a la de Harald Blatand uniendo regiones, unió las runas que representan las iniciales (H y B) del mencionado rey. El color azul fue elegido por evocar una sensación de poder y confianza (**)

(*) Harald I o Harald Blatand (911 – 985) promotor de la difusión del cristianismo en Dinamarca, es venerado como santo por diversas confesiones cristianas; se le conocía con el mal nombre de ‘diente azul’, por haber padecido eritroblatosis fetal, enfermedad hemolítica del feto (que puede aparecer cuando una mujer con sangre Rh negativo está embarazada de un hombre con Rh positivo) que habría hecho que algunos de sus dientes tuviesen el color azulado.

(**) Efectivamente, ‘El test de los colores’ de Max Lüscher (1923 – 2017) (Paidos psicometría y psicodiagnóstico, Barcelona, 1986) analiza las diferentes tonalidades de los colores y, en concreto, en el azul considera que refleja la serenidad del mar, la calma. Y, por extensión, la simbología de ese color expresa lealtad, seguridad, estabilidad, paz y tranquilidad. Supongo que, por la simbología del poder y confianza, el PP lo eligió como el color de su partido; pero una cosa son los deseos de lo que se quiere transmitir, y otra es la realidad, claro.

Pues bien, tras esa larga digresión, me parece que la idea del bluetooth de ‘unir y conectar’, es, precisamente la que nos falta a los independentistas catalanes; y vista la situación actual, difícilmente volveremos a conseguir la ilusión que nos llevó a más de 2 millones de catalanes, a votar en el año 2017.

2 –

En el Ara de hoy (18/11) hay un artículo de Serafí del Arco, titulado ‘’Bournout’, sisifenia o tecnoestrés: diccionario de los trastornos en el trabajo’, que me ha parecido muy interesante, y al leerlo, he considerado que no solo es aplicable al mundo laboral al que se refiere el autor, en línea con todos los estudios de psicología del trabajo, si no que también podía ser útil, si lo aplicamos al movimiento independentista catalán (ya se sabe que la cabra tira al monte), así, me parece que podemos agrupar a los independentistas en varios colectivos:

El bournout, el quemado por el estrés sufrido por la represión y la actitud de nuestros políticos ‘independentistas’, y eso lleva al ‘boreout’ por aburrimiento extremo y falta de estímulos,

La sisifénia, denominación aplicada por primera vez en 2022, por investigadores de la Universidad Católica de Murcia), derivando de mito griego de Sísifo, condenado a subir eternamente una roca arriba la montaña, para que caiga y volver a empezar. Y eso produce un cansancio físico y mental, especialmente ante objetivos imposibles y la rutina,

La del impostor, relacionada con la baja autoestima ante los retos,

Y la de Dunning-Kruger, es el síndrome contrario, el del exceso de confianza, con el consiguiente peligro individual y colectivo,

En el artículo también se hace referencia al tecnoestrés (por la excesiva dependencia en la conectividad), al work alcoholic (adictos al trabajo, en detrimento de la salud); y señala que, ante ciertos trastornos y ambientes, se pueden adoptar determinadas actitudes:

El quiet quitting, que es un anglicismo con el que se conoce la práctica de borrarse silenciosamente del trabajo, hacer lo justo y no implicarse,

El quiet ambition, una tendencia emergente en el ámbito laboral en la cual los empleados adoptan una actitud más pausada y discreta con relación a sus ambiciones profesionales: se busca un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, que el trabajo sea un elemento más de la día a día, y que no les quite calidad de vida.

Conclusión

Es evidente que todos conocemos independentistas clasificables en uno u otro de esos grupos, y a nosotros mismos también se nos puede clasificar, identificándonos claramente, pues los hay quemados, cansados, desengañados, estresados por diferentes causas, y eso nos lleva a adoptar las mencionadas actitudes del quiet quitting (hacer lo justo, es decir, participar en las manifestaciones masivas de la Diada) o del quiet ambition (ponderar y equilibrar los esfuerzos), mientras que otros, de cada vez menos, siguen (seguimos) siendo work alcoholics: independentistas ilusamente irredentos.

Pero lo importante es que, conociendo todas esas sensaciones y percepciones, todas lógicas, explicables y respetables, pero limitantes, podamos llegar a reconocer que si no nos unimos y conectamos para conseguir grupos efectivos, multitudinarios, realmente, nunca conseguiremos nuestro objetivo, un objetivo que tiene un potente símbolo, nuestra ESTELADA (nuestra bandera independentista), ya que es plenamente identificable por los independentistas y los dependentistas, un símbolo más claro que el del bluetooth, pues poca gente conoce su significado, entre ellos, yo hasta ayer.

Y deberíamos hacer bien visible la estelada, como en los mejores años anteriores al 2017, ya que así se multiplican y potencian las emociones y, consecuentemente, aumentará la motivación y, en definitiva, las acciones.