Estos días se está evidenciando el profundo malestar social, debido a la crisis económica, social, sanitaria, política y moral, que ha confluido y ha aflorado por el covid.
Pronto se cumplirá el aniversario de la primera ola de la pandemia, y buena parte de la ciudadanía ya estamos agotando nuestras fuerzas, nos vemos con un presente y un futuro mediato muy negro. Y cuando ya tienes cierta edad, cada día perdido es un día menos, de los pocos que nos quedan.
Yo entiendo perfectamente el inconformismo de los jóvenes, y no tan jóvenes, que se manifiestan cada día en Barcelona y otras localidades de Catalunya, y Valencia, Madrid, etc.
Lo que no entiendo, y no quiero entender, pues no quiero rebajarme a su subnivel ético y moral, es que Felipe VI esté callado y Pedro Sánchez se limite a decir la tontería de que ‘España es una democracia plena, y que respeta la libertad de expresión, pero no la violencia’.
Que Felipe VI saliera el 3 de octubre de 2017 con un duro discurso contra los catalanes (independentistas y unionistas) que votamos el 1 de octubre, pero que ahora, en plena crisis social, esté callado en su castillo de marfil, es una muestra más de su inmoralidad.
Y que Pedro Sánchez, uno de los peores dirigentes que podíamos tener (ya está al nivel de Rajoy y Aznar), se limite a defender el estado represor ante la ‘violencia’ callejera, como muestra de su ‘democracia plena’, sin atender a las causas que la motivan, es penoso.
En un escrito anterior ya me referí a las causas que derivan en la consecuencia, en la manifestación que estamos viviendo cada día. Y ya comenté que atender a la reacción, obviando a la acción, es una muestra de la mayor inmoralidad.
Estos días están circulando por las redes sociales muchos memes que, en lugar de centrarse en el sufrimiento social, se fijan en los sentimientos y dolor de los contenedores quemados, como hizo la penosa alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, e indirectamente, ha hecho Pedro Sánchez, y eso es, como he dicho, una muestra de defender un sistema con pies de barro.
Igualmente, que Felipe VI saliese rápidamente el 3 de octubre del 2017, con su desgraciado mensaje contra los votantes del referéndum, y dando validez al ‘a por ellos’, por ver peligrar su sistema, su vida y su nivel de confort, pero que ahora, sea incapaz de tener la mínima sensibilidad ante la crisis social mostrada con las manifestaciones diarias, es, cuanto menos, un delito moral y ético.
Ya comenté que el tema de la libertad de expresión, por la encarcelación del rapero Pablo Hasél, era lo gota que hacía derramar el vaso, pues el tema real era más profundo, como detallé: la tremenda represión judicial, política, económica, policial, moral y ética que estamos sufriendo, especialmente los jóvenes, pues si hace unos años veían muy difícil su futuro, ahora lo ven negro del todo.
Y que en un momento así, la casa real haya filtrado que la princesa Leonor irá a Gales a estudiar, es una muestra más de querer evidenciar un clasismo injustificable. El rey quiere que su hija no se ‘contamine’ con la sociedad estudiantil española, y eso demuestra que quiere permanecer en su burbuja clasista, es una pura vergüenza.
Hoy está circulando el siguiente mensaje por las redes:
‘Todos los pasajeros se encuentran en la sala de embarque, esperando la salida del vuelo, cuando de llega el copiloto, impecablemente uniformado, con lentes oscuras y un bastón blanco, buscando el camino.
El empleado de la empresa aclara que, a pesar de que es ciego, es el mejor copiloto que tiene la empresa.
Pronto llega el piloto, con un uniforme impecable, lentes oscuras y un bastón blanco, ayudado por dos azafatas.
El gerente de la sala aclara que, el piloto es ciego, pero que es el mejor piloto que tiene la compañía que, juntamente con el copiloto, forman el dúo más experimentando.
Una vez todos a bordo, el avión empieza a moverse, ganando cada vez más velocidad, y con los pasajeros cagados de miedo.
El avión continúa cogiendo velocidad, pero no se eleva…, la carrera continúa y continúa en la pista.
El final de la pista se acerca y, en una explosión de histeria general, los pasajeros empiezan a gritar, como poseídos.
En aquel momento, el avión, milagrosamente, se eleva…, entonces el piloto dice al copiloto: ‘El día que los pasajeros no griten, nos la pegaremos’.
Moraleja: Así es nuestro país actual, gobernado por personas ciegas que no ven o no quieren ver la realidad, esperando que la gente grite, para elevar el vuelo. Creo que como no gritemos, nos vamos directamente a la mierda’.
Y estos días, el grito lo tenemos cada día, gracias a la juventud inconformista, que los poderes no quieren atender, solo ven los efectos (los contenedores quemados), en lugar de atender a las causas profundas.
Por eso estoy totalmente convencido que debemos romper con el sistema actual y, en nuestro caso, conseguir la independencia de Ñordistán, el estado profundo español, que es irreformable, como sabemos.
Por eso me parece muy interesante reproducir los siguientes párrafos del último libro de Arcadi Oliveres, ‘Paraules d’Arcadi: què hem après del món i com podem actuar’ (Palabras de Arcadi: qué hemos aprendido del mundo y como podemos actuar), Angle Editorial, febrero 2021.
‘Monarquía: una manzana podrida que nunca habría de haber existido.
En primer lugar, querría decir que, para mí, la monarquía, en general, representa dos cosas: una institución anclada en el pasado y que siempre viola los derechos humanos. Aunque algunas monarquías me parecen más ‘arregladitas’ o aparentemente más modernas, hasta esas violan los derechos humanos. Y lo hacen desde el momento en que se coloca una familia por encima del resto de las familias del país. ¿La Declaración Universal de los Derechos Humanos no nos dice que todos somos iguales? ¿Por qué hemos de hacer la tontería de mantener estas familias?
Más adelante, y centrándose en España, el autor comenta:
‘Franco fue elegido jefe de estado ni más ni menos el día 1 de octubre del año 1936. ¿Quién lo escogió? Lo escogió el grupo de oficiales del ejército que se habían levantado contra la República. Y, primera anécdota: este nombramiento ya nació de manera sospechosa; (…) el año 1958 (…) hubo un acto en Barcelona con la presencia de un capitán general que se llamaba Juan Bautista Sánchez González. En el discurso que hizo dijo: ‘Compañero Francisco (Franco), nos prometiste que acabada la guerra devolverías el poder a la monarquía española. De eso ya hace veinte años y todavía no lo has hecho’. (…) Al cabo de unos pocos días, aquel capitán general moría en extrañas circunstancias. Y las malas lenguas dicen que el entorno de Franco lo desafió a un duelo y lo mataron porque consideraba que lo que había dicho en aquel discurso era una ofensa.
Lo curioso es que aquel grupo de militares y generales que veinte años antes habían nombrado a Franco, no lo habían nombrado jefe de estado, sino jefe de gobierno, que no es lo mismo, claro. Los generales habían enviado una nota para que fuese publicada en el boletín oficial del estado (BOE), y al jefe de prensa de Franco, cuando la leyó, no le gustó, y con un lápiz cambió ‘jefe de gobierno’ por ‘jefe de estado’.
Por cierto, este jefe de prensa era Nicolás franco Bahamonde, hermano del dictador.
Y como las cosas hechas, hechas están, Franco fue proclamado jefe de estado por cuarenta años.
Por lo tanto, no tiene ninguna legitimidad histórica.
Más adelante, a mediados de los años sesenta, con la ley de la reforma política, el dictador nombró a Juan Carlos como aspirante a jefe de estado. Un hombre talentoso, Juan Carlos, por que empezó su carrera haciendo (yo lo considero así) dos golpes de estado: el primero, cuando redacta la Constitución, el 1977, y el segundo, el 1981, justo antes del famoso 23 F.
En el primer casi, es preciso remarcar que la Constitución española preveía que cualquier autonomía pudiese salir del Estado español cuando lo desease, y parece que al monarca no le pareció bien, porque pidió a los padres de la Constitución que cambiasen el redactado para afirmar que la unidad de España es inquebrantable y que nunca, ninguna autonomía podría salir.
El segundo golpe de estado es el que hizo el 30 de enero de 1981, en aquel momento, el jefe de gobierno era Adolfo Suárez, que despachaba diariamente con el rey algunos temas. Y Suárez fue víctima de una emboscada que no preveía: aquel día, en la reunión, le esperaban los máximos responsables de los ejércitos de tierra, mar y aire, para comunicarle una cosa muy clara: hemos decidido que usted ha de dimitir como jefe de gobierno, por tres motivos: por haber legalizado al partido comunista, por haber abierto la puerta a la creación del estado de las autonomías, y por no querer entrar en la OTAN.
El episodio forma parte de las memorias de la secretaria de Adolfo Suárez.
Suárez pidió seguir, dado que había estado elegido por el pueblo. Y aquí es cuando el capitán general de Sevilla sacó la pistola, la puso encima de la mesa y le preguntó: ¿qué prefiere, el pueblo español, o esto? Dos horas más tarde, Suárez dimitió.
Considero que cuando llegó el 23 F, el golpe de estado ya se había producido. Entre el día de la dimisión de Suárez y la elección de Calvo Sotelo, 23 días después, había muchos complots, y el de Tejero llegó tarde. Estos dos golpes de estado los hizo el rey emérito, que después quedó, históricamente, como el salvador del 23 F.’
Arcadi Oliveres cuestiona tanto la monarquía, como los gobiernos que le dan cobertura, y acaba este capítulo con la siguiente afirmación:
‘La Catalunya independiente no sé si la veré, pero la República espero que sí’.
Desgraciadamente, Oliveres no verá ni una cosa ni otra, y nosotros tampoco. Quizás nuestros nietos.
Tal como explicaba el chiste sobre los pilotos, dudo que sean ciegos, saben muy bien lo que hacen, son unos ejecutores necesarios del sistema, para mantener la corrupta monarquía borbónica-franquista, carente de toda legalidad, como dice Arcadi Oliveres.
Y que los partidos sistémicos, unionistas, sigan perpetuando ese régimen genético, con un ADN jacobino-franquista, les hace cómplices, cómplices necesarios.
Por eso, es necesario que la juventud, y todos con ellos, gritemos contra el sistema, que mostremos nuestra disconformidad.
Estos días se está planteando la necesidad de replantear los protocolos policiales de los mossos d’esquadra, (policía autonómica catalana), y eso es necesario, obviamente, pero ha de ser una consecuencia de un cambio de filosofía política, más ‘honorable’, que la actual.
Ayer, en elnacional.cat, Jordi Galves, entre otras cosas, incluso se preguntó: ‘¿Está el mayor Trapero en condiciones psíquicas, anímicas, como víctima y represaliado político, para continuar como jefe de los Mossos? ¿Cuántos ojos más nos costará la incompetencia política del gobierno independentista? Y acaba diciendo a Jessica Albiach, atendiendo a sus críticas y pretensiones: ¡‘Oh Jessica Albiach, Oh Comunes, Oh medice, cura te ipsum!
‘Medice cura te ipsum’: médico, cúrate a ti mismo, expresión incluida en la Vulgata latina, de Jerónimo de Estridón, del proverbio de Jesucristo (Evangelio de Lucas, cap. 4, vers. 23), expresión acompañada con la de ‘Nadie es profeta en su tierra’.
Efectivamente, sabemos que la casa real es corrupta de naturaleza y per se, y sabemos que los poderes del estado hacen y harán lo imposible (legal y alegalmente) para defenderla.
Por eso no podemos esperar nada, nunca negociarán, honrada y honestamente, de igual a igual, nunca concederán un referéndum de independencia (que seguro que ganarían), nunca nos reconocerán como sujeto político, nunca reconocerán nuestra idiosincrasia, etc.
Por eso debemos gritar, debemos seguir gritando, y como se hacen los sordos, deberemos elevar el tono hasta enloquecerlos, aún más, si cabe. Ya que no tenemos otra forma de reclamar lo que nos corresponde por derecho.
Así nos quitaremos de encima esos oKupas privilegiados: tanto Felipe VI, por lo que es y representa, y Pedro Sánchez, por su incompetencia, y ambos, por su indigencia mental, moral y ética.
Y sé que el camino no es fácil pues, a pesar de haber superado el 51%, los independentistas seguimos teniendo alrededor un gran colectivo de personas que no se sienten catalanas, a pesar de llevar décadas viviendo en Catalunya.
Catalunya tradicionalmente ha sido un país de acogida. Pero ahora, la mayoría no tiene ningún interés en integrarse, ni cultural ni sociológicamente. Y se refieren a los catalanes como si fuéramos otra especie, a la que muchos menosprecian.
En este sentido, el idioma es esencial, y como dominan el castellano, ya tienen la garantía y la comodidad de poder entenderse tranquilamente, sin hacer el menor esfuerzo por entender el catalán, que está en regresión, como todas las lenguas minoritarias y minorizadas.
Por todo esto, tenemos un ingente trabajo, y el primero es hacer un gobierno de independentistas, no con independentistas. Y tener claro que el deseo fundamental de los votantes fue decidir en el eje independentistas / unionistas, y no en el viejo eje derechas / izquierdas.
Ahora, lo primordial es independizarnos y, en la futura república catalana, ya desplegaremos el abanico del eje derechas / izquierdas.
Somos conscientes que esa es la prioridad, pero que debe realizarse con una correcta y adecuada gestión del día a día, para contrarrestar la crisis sanitaria, económica y social que tenemos. Y eso es posible, si hay voluntad.
Es la única forma que tenemos para quitarnos de encima a los opresores y vampíricos oKupas estatales: Felipe VI, Carlos Lesmes, Manuel Marchena, Pedro Sánchez, etc.