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Fractales y urgencias: en memoria de Carme Junyent

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Los hechos son sucesos comprobables que fundamentan las verdades y las creencias, mientras que las opiniones responden a visiones personales, que pueden, o no, basarse en hechos.

En esta última década hemos vivido hechos, los que hemos efectuado los independentistas catalanes, y, también, la respuesta del estado, violenta y represora.

Aún así, en los medios de comunicación unionistas y paniaguados, abundan las opiniones interesadas, y, para nuestra desgracia, también entre los medios subvencionados por el gobierno de ERC.

Sabemos que el estado, el corrupto reino español, está compuesto por un sinfín de estructuras fractales, que si bien no siguen los algoritmos matemáticos estudiados por Benoît B. Mandelbrot (1924 – 2010), siguen reproduciendo, de forma geométrica, la precisa conformación y composición en defensa de la ideología franquista, pre-‘democrática’ que tenemos.

Así, sufrimos instituciones como el tribunal de cuentas, la junta electoral central, etc., con nefastas repercusiones sobre nuestros líderes, como hemos visto; y, ahora, el tribunal administrativo del deporte, defendiendo al nefasto macho alfa, Luis Rubiales.

Todas esas subestructuras, fraccionarias, en escalas pequeñas, pero semejantes, sirven para acorazar al estado, obviamente, así que, terminológicamente, van contra el origen de la expresión fractal, que viene del latín ‘fractus’: roto, fracturado e irregular. Pues, como vemos, aquí no rompen nada, son una misma continuidad, que tiene como cúspide, la casa real.

Por eso, no podemos confiar en ningún pacto o acuerdo con el estado, ni tampoco con el ‘trilero’ Pedro Sánchez, que no es más que parte de nuestro problema.

No podemos aceptar más acuerdos fallidos, que acaben en nada, como, por ejemplo, el de la lengua, que, como máximo, pasará a ser una lengua pasiva en el congreso, pero, claro, supeditada a la lengua activa y primordial, el castellano; y, en el parlamento de la UE, ni eso, vistos los antecedentes del irlandés (17 años de demora, siendo un estado) y las previsibles objeciones y vetos de otros países de la UE, con problemas similares.

Y, aún así, el PSOE salió ganando, pues tiene la presidencia del congreso y dominan la mesa; y eso son hechos, no opiniones.

Los independentistas catalanes no podemos perder más tiempo, ni dilaciones interesadas, como buscan el PSOE, Sumar y … ERC, pues temen ir a nuevas elecciones.

Pedro Sánchez, inicialmente, estaba convencido que unas nuevas elecciones podrían favorecerle, pero ahora, que ERC y el PNV han aumentado sus exigencias, para no pasar a ser irrelevantes, ya no lo ve tan claro, y buscará la investidura en octubre, según parece.

Volviendo a la pérdida de tiempo, los independentistas sabemos que esa opción debe quedar fuera de toda ecuación, no es una variable aceptable bajo ningún pretexto, ni el de una mejor financiación, más transferencias y mejora de la gobernabilidad, etc.

El motivo de evitar toda pérdida de tiempo es una exigencia moral, ética y de respeto hacia muchos independentistas que, tras implicarse en multitud de actos reivindicativos, de activistas en todos los niveles, muy relevantes y menos, pero todos necesarios, pero que, desgraciadamente, van quedando por el camino, por el cáncer u otras enfermedades mortales.

Hoy hemos tenido una nueva gran pérdida, como la lingüista María Carme Junyent i Figueras (1955-2023), que hasta el último momento ha luchado por la defensa del catalán, incluso dejó escrito un artículo, titulado ‘Morir-se en català’, que entregó a Vilaweb, para ser publicado el día de su muerte, hoy, 3 de setiembre, en el que explica su lucha reivindicativa para ser atendida en catalán, por parte del sector sanitario.

Y, como ella, hemos tenido otras muchas bajas notables en estos años, así como otras anónimas. En nuestro pequeño grupo de Meridiana Resisteix, también hemos sufrido el fallecimiento de compañeros, y algunos otros están afectados por el cáncer. Y, al nivel familiar, bastantes hemos sufrido pérdidas de allegados, también implicados con el independentismo.

Sabemos que la muerte es ley de vida, y somos conscientes que, por ejemplo, en nuestro colectivo, la media de edad ya es elevada, y, por lo tanto, la afección del cáncer u otras enfermedades es inevitable, estadísticamente.

Por fortuna, en el independentismo hay relevo generacional, aunque en este momento no se movilicen tanto, pero, en el momento decisivo, lo harán, confiamos con ellos.

Pero a lo que iba, por un motivo moral, ético y de respeto con nuestros compañeros fallecidos, por los que están sufriendo en estos momentos esas malditas enfermedades, y, obviamente, por los mayores, que ya no tenemos excesivo tiempo que perder, estamos obligados, si, obligados, a pisar el acelerador hacia la independencia. Debemos potenciar la confrontación en las calles, de forma pacífica, pero contundente, no de forma simbólica como hacemos, y como haremos en la próxima Diada de Catalunya, el próximo día 11.

Así que toda negociación que lleve a la pérdida de tiempo, a chutar la pelota hacia adelante, sin más, NO ES ACEPTABLE, NI LO ACEPTAREMOS.

No podemos dejar el problema a nuestros nietos, eso no sería ético. Dejar para mañana lo que debemos hacer hoy, bajo la excusa de hacer otras acciones más irrelevantes o agradables, sería procrastinar (término que ‘gusta’ a un compañero de la Meridiana)

Si no actuamos de ese modo, nos adentraremos en el túnel de la decepción, está claro, y comportaría negativas opciones de futuro. Y eso es lo que pretenden Pedro Sánchez y todo el estado. Y, por eso, debemos evitarlo, cueste lo que cueste y comporte lo que comporte.