Hoy 20 N, hace 45 años de la muerte del dictador y asesino Francisco Franco, y vemos que, desgraciadamente todavía tenemos muchos vestigios de su régimen, y, sus descendientes siguen disfrutando de una inmensa fortuna y, si bien, en breve, perderán el Pazo de Meirás, eso sólo será un éxito simbólico, pues el ‘pacto de la transición’, mejor dicho, la imposición de ciertos apartados de la constitución, fueron un ‘pacto de traición’, sólo puede entenderse como una perpetuación vergonzante de los principales baluartes ‘atados y bien atados’ por el dictador.
Es evidente que muchos votamos la constitución ilusionados, pues representaba una cierta democratización, aunque con importantes ‘trágalas’, como la figura del rey.
Pero, a pesar de todo, muchos, ilusos, nos dejamos embaucar por la verborrea de Felipe González, y confiábamos que paulatinamente se irían corrigiendo los ‘defectos, las lacras’ del sistema; creíamos que si bien inicialmente el ejército, la policía, los antiguos jueces del TOP (tribunal de orden público), grandes empresarios, etc., tenían un poder enorme, soñábamos que paulatinamente se irían efectuando las purgas pertinentes. Pero esos 45 años nos han mostrado que no ha sido así, pues esos jueces fueron promocionados al tribunal supremo, a la fiscalía, a la audiencia nacional, sin más. Y lo mismo pasó en los otros poderes del estado, incluyendo el rey Juan Carlos I, Adolfo Suárez, Manuel Fraga Iribarne, y todos los diputados de Alianza Popular (hoy PP), pues todos ellos, en vida de Franco, habían jurado los principios fundamentales, y, sin principios ni moral, pasaron a jurar la constitución, y si lo hicieron, es por que sabían que, en el fondo, era una continuidad, con una máscara democrática, pero ese fondo seguía manteniendo el sustrato de ideología franquista (de unidad espiritual, política, religiosa, sindical, moral, etc.), pues muchos de los personajes seguían siendo los mismos, muchos de ellos, o sus familias y sagas, lo siguen siendo en la actualidad.
‘Las peculiaridades de la transición, pilotada por los sectores aperturistas del franquismo y pactada con la izquierda reformista, permitió que los magistrados y fiscales del TOP encontraran acomodo sin problemas en las nuevas instancias democráticas. No sólo no sufrieron ninguna represalia del nuevo poder democrático, sino que la gran mayoría fue ascendida y acabó en el tribunal supremo o en la audiencia nacional.
Por una cuestión biológica ya no están en las instituciones actuales. Pero como mínimo 10 de los 16 jueces que tuvieron plaza titular en el TOP, el 63% del total, fueron en democracia magistrados del supremo o de la audiencia nacional. Y todos mantuvieron la cruz de San Raimundo de Peñafort, la medalla al mérito jurídico instituida en 1944 en el período más duro y filonazi del régimen, que también sobrevivió a la democracia.
Destacados miembros del TOP tuvieron conexión con el PP.
‘La transición afectó por igual a toda la sociedad española, incluyendo partidos y, naturalmente, jueces. Todo siguió el mismo patrón y así estamos’, lamenta José Antonio Martín Pallín, magistrado del supremo.
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El éxito profesional de los ex fiscales del TOP durante la democracia fue muy parecido a de los magistrados. Y los pocos ex que optaron por un camino distinto también tuvieron una carrera exitosa, como Diego Córdoba, que pasó de juez de instrucción del TOP, a abogado de El País’.
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Algunos de estos magistrados fueron muy cercanos a dirigentes que luego militarían en el PP, como Manuel Fraga y Margarita Mariscal de Gante (…) Una década después, Margarita Mariscal de Gante, ministra de José María Aznar, intentó apoyar a Luis Poyatos (ex TOP), pues Mariscal compartía la devoción de su padre, el juez Jaime Mariscal de Gante, por Poyatos, con quien había coincidido en el TOP. Como su amigo, Jaime Mariscal de Gante también vio recompensada su labor en el TOP con una plaza en la audiencia nacional’.
(Pere Rusiñol, 16.05.2020, publico.es)
Otro negro ejemplo de la pervivencia de la ideología franquista, lo tenemos en el trato diferencial, con guante de hierro súper agresivo contra los independentistas catalanes, pero con guante de seda con los de su misma cuerda, pues hoy, si, hoy, 20 N, han liberado a uno de los ultras asesinos de los abogados de Atocha (Madrid), en 1977.
‘Carlos García Juliá, condenado por la matanza de los abogados de Atocha (1977) y recientemente extraditado al estado español desde Brasil, ha salido a primera hora de la prisión de Soto del Real, si bien aún le quedaban por cumplir 10 años de condena. La sección primera de la audiencia provincial de Ciudad Real ha propuesto diversas liquidaciones a petición de la defensa de García Juliá, de manera que le ha ido rebajando la pena pendiente.
García Juliá, autor de la matanza de los abogados de Atocha, al salir de prisión: ‘Creo que la justicia ha cumplido conmigo’.
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García Juliá fue entregado al estado español por las autoridades brasileñas a principios de febrero, después que estuviera más de 20 años en búsqueda y captura. Por la matanza de Atocha, fue condenado a 193 años y se fugó a principios de 1991, aprovechando un permiso penitenciario.
Cuando ingresó en Soto del Real, el 7 de febrero pasado, le quedaban por cumplir 3845 días, es decir, diez años de condena, concretamente, hasta agosto del 2030. Entre otras cosas, el tribunal le ha aplicado 787 días de liquidación por redención extraordinaria y 429 días por la estancia en prisión en Brasil, donde fue arrestado en diciembre del 2018’
(Vilaweb.cat)
‘La fundación abogados de Atocha intentó detener la excarcelación sin éxito, y está a la espera de una petición de amparo al tribunal constitucional, que aún no ha decidido si lo admite.
García Juliá ha salido a las 9.30 h de la prisión madrileña en la que ingresó en febrero de este año, después de ser extraditado a España desde Brasil, donde fue detenido en diciembre de 2018 tras décadas prófugo y un período encarcelado en Bolivia por un delito relacionado con el narcotráfico.
Está condenado por ser uno de los autores de la matanza de Atocha, cometida en Madrid el 24 de 1977 en un bufete de abogados laboralistas por miembros de la extrema derecha.
Fue sentenciado a 193 años de prisión en 1980, pero tan sólo cumplió 14 años de la pena que le había sido impuesta. En 1991 consiguió la libertad condicional y, años después, logró un permiso para viajar a Latinoamérica por una oferta de trabajo y, aunque el permiso fue revocado posteriormente, nunca regresó a España.
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La abogada Cristina Almeida ha pedido a la justicia que al menos adopte las medidas necesarias para que García Juliá no pueda abandonar España’
(Eldiario.es)
Es preciso señalar que en Bolivia y Brasil cumplió unas penas por narcotráfico; y que, en España, la libertad se la ha concedido la audiencia provincial de Ciudad Real, por ser el último tribunal que emitió una sentencia en su contra, pero por otra causa distinta a la de la matanza de Atocha. Y esto demuestra que, en este caso, el tema principal parece que es lo de menos, aquí ni la fiscalía, ni el tribunal supremo, ni el tribunal constitucional dicen nada. Todo lo encuentran bien. Y eso les retrata, obviamente, pero les es indiferente. Ellos a la suya. Qué indignidad. Y no ya por los propios abogados laboralistas asesinados en 1977, si no por la comparativa con los presos políticos y sociales independentistas catalanes, pues, contra los independentistas, todo vale, y si era preciso, el constitucional se reunía los domingos para adoptar las medidas precisas
Pero está claro, esos ultras asesinos eran y son de su ideología y no querían ‘romper’ España, y eso sí que merece todos los castigos del mundo mundial, y ni la fiscalía ni el supremo se desentienden, al contrario, rápidamente asumieron las causas, para controlarlas. PURA VERGÜENZA.
Nota histórica de la matanza de Atocha de 1977:
‘Fue un atentado terrorista cometido por la extrema derecha en el centro de Madrid, la noche del 24 de enero de 1977, en el marco del llamado terrorismo tardofranquista. Cinco abogados laboralistas del partido comunista de España y del sindicato de comisiones obreras fueron asesinados.
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Los abogados laboralistas asesinados fueron Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo; también mataron al estudiante de derecho Serafín Holgado y al administrativo Ángel Rodríguez Leal. Además, en el atentado fueron gravemente heridos Miguel Sarabia Gil, Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, Luis Ramos Pardo y Lola González Ruiz.
Un comando ultraderechista penetró en su despacho, situado en el número 55 de la calle Atocha y abrió fuego contra los allí presentes.
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Esa misma noche, varios individuos asaltaron también un despacho del sindicato UGT, en la calle Fernando VI, que se hallaba vacío.
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Fueron condenados José Fernández Cerrá y Carlos García Juliá, a un total de 193 años para cada uno de ellos, y a Francisco Albadalejo, vinculado a la falange española tradicionalista y de las JONS, y controlador de la mafia del transporte, a un total de 73 años, por autor intelectual.
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Una de las abogadas del bufete, Manuela Carmena, logró evitar el atentado porque Luis Javier Benavides le había pedido usar su despacho para una reunión, así que se marchó a otro bufete situado a dos manzanas de distancia, en la misma calle. Carmen ha sido alcaldesa de Madrid entre 2015 y 2019.
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Los asesinos, creyéndose bien amparados por sus contactos políticos, no se tomaron la molestia de huir de Madrid. Desconocían que para el gobierno era una prioridad capturarlos, de tal modo que se confiase en el proceso de transición democrática.
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También fueron detenidos Leocadio Jiménez Caravaca y Simón Ramón Fernández Palacios, excombatientes de la División Azul (que combatió con Hitler), por suministrar las armas, y Gloria Herguedas, novia de Cerrá, como cómplice. Sin embargo, los propios agentes declinaron cobrar la recompensa por su captura. Durante el juicio se llamó a declarar a conocidos dirigentes de la extrema derecha, como Blas Piñar y Mariano Sánchez Covisa.
No obstante, hubo dudas y polémica de si no habría alguien con una mayor responsabilidad en los atentados. El juez de la audiencia nacional encargado del caso, Rafael Gómez Chaparro, se negó a investigar más allá de los encausados comentados. La fuga antes del juicio de Lerdo de Tejada, que continúa en paradero desconocido a pesar de que su delito prescribió en 1997, durante un extraño permiso penitenciario por Semana Santa que Gómez Chaparro le concedió en abril de 1979, contribuyó a profundizar estas dudas que han perdurado hasta la actualidad.
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Jaime Sartorius, abogado de la acusación particular, declararía años después: ‘Faltan las cabezas pensantes. No nos dejaron investigar. Para nosotros, las investigaciones apuntaban hacia los servicios secretos, pero sólo apuntaban. Con esto no quiero decir nada’.
(Wikipedia)
Como vemos, nada nuevo, los jueces limitan el marco de investigación según los intereses del estado profundo, como estamos viendo ahora en el juicio de los atentados terroristas yihadistas del 17 de agosto del 2017 en Barcelona y Cambrils, pues también acotan y prohíben investigar el papel de la inteligencia española, de la guardia civil, etc.
Es decir, lo trascendental sigue igual, y la casa real, con toda la corrupción (ya no presunta), sigue como si no pasara nada. Esto es España, la ‘unidad de destino en lo universal), como fijó el franquismo.
Y eso lo vemos, también, en la iglesia católica, en especial en la conferencia episcopal española, pues:
‘Una veintena de iglesias vuelven a celebrar misas franquistas por el 20 N, bajo el silencio de los obispos:
El movimiento católico español ha elaborado un listado con las misas que este viernes recordarán al dictador en el 45 aniversario de su muerte. También está previsto un acto en el cementerio de Mingorrubio.
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La concatedral de San Nicolás, en Alicante, será una de las primeras en rezar este año por el dictador Franco y el falangista José Antonio Primo de Rivera, fallecido también un 20 de noviembre. El templo alicantino hizo la misa ayer, jueves, a las 20.15 h. En ese mismo instante y a 400 kms de distancia los nostálgicos de la dictadura reunidos en la iglesia de Santiago de Madrid acogió, a las 20.00 h, una misa solicitada por la franquista hermandad de la vieja guardia, en homenaje a Primo de Rivera.
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José Luis Corral, líder de ese movimiento comentó que esas misas las encargan personas de su organización o de su órbita, y son para Franco, o para Primo de Rivera, o para los dos, ‘hay que ir a una parroquia y solicitar una misa con la intención de dos difuntos, si se trata de una persona bautizada y que no ha apostatado de la fe, no hay problema’.
En este contexto, Público se ha dirigido por escrito al área de prensa de la conferencia episcopal española, para conocer si está al corriente de esas misas, si prevé tomar medidas de algún tipo contra aquellos sacerdotes que realicen apología del franquismo y si considera que este tipo de actos pueden suponer una vulneración a la memoria de las víctimas de la dictadura. De momento no ha habido una respuesta’
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Según Corral, ‘hay párrocos que tienen miedo a que se celebren estas misas en sus parroquias, porque luego aparecen ustedes los de Público y otros por el estilo diciendo que se permiten misas franquistas. Hay párrocos que dicen que luego tiene repercusión, sale en la prensa, aparecen pintadas o les llama el obispo’.’
(Danilo Albin, 18.11.2020, publico.es)
Todo sigue igual, y aún seguimos teniendo símbolos franquistas, como el de Tortosa, que parece que, finalmente, retirarán a mediados del año próximo.
Hoy, 20 N, ‘La comunidad internacional conmemora el 75 aniversario de los juicios de Núremberg contra la cúpula de los supervivientes detenidos del régimen nazi; unos procedimientos que sirvieron de piedra de toque para la configuración del actual Derecho Internacional’ (Europa press)
Pero España no ha tenido su Núremberg, hemos tenido la ‘transición-traición’, y por eso seguimos igual, con el mismo estado profundo, dominado por las mismas familias y sus nuevos acólitos, más o menos ocultos, pues no olvidemos que el Opus Dei, por citar un ejemplo, sigue teniendo aquí una importante introducción y peso cualitativo en los más elevados niveles de decisión económica y política.
Por todo eso, sólo tenemos una alternativa, dejar el sofá y buscar la confrontación democrática e inteligente con un estado tan putrefacto como el que tenemos, que sigue manteniendo a personajes como Felipe González, José Mª Aznar, Alfonso Guerra, etc., que siguen marcando ‘doctrina’ aplaudida por mucha gente que ya les va bien el estatus quo, y prefieren seguir desinformadas.
Por eso, sólo nos queda la independencia.
Amadeo Palliser Cifuentes