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Fuera agoreros

Amadeo Palliser Cifuentes
Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

En todos los tiempos y culturas ha habido augures, personajes notables y de mérito reconocido que, interpretando determinados elementos (vísceras, vuelo de las aves, etc.), los auspicios, que etimológicamente, derivan de la observación de las vísceras sacrificadas (haruspicina) o del vuelo de las aves, (auspicios) de acuerdo con la tradición (oral, los libros augurales, etc.) efectuaban los precisos / solicitados augurios (presagios, anuncios) que podían ser buenos o malos.

Ahora bien, los agoreros, son los personajes que únicamente predicen males, y etimológicamente, su nombre deriva del latín ‘arius’ con el sufijo ‘ero’, que significa a dedicación, oficio; y de ahí viene la palabra ‘agüero’, (mal agüero, pájaro de mal agüero)

Todos sabemos que en tiempos revueltos se multiplican los agoreros, es decir, las personas pesimistas que predicen males y desdichas; personas que piensan: ‘esto aquí no puede ser’, ‘esto ahora es imposible’, ‘¿realmente es necesario hacerlo o tenerlo?’, ‘mejor seguir como estamos’, ‘vamos a fracasar’, ‘dedícate a otras cosas más seguras’, ‘deja hacer a los que saben’, ‘será incontrolable’, ‘es una locura’, ‘todo está inventado’, ‘mejor seguir con lo seguro’, ‘el pueblo no está preparado’, ‘no somos suficientes’, ‘ya te lo dije’, ‘piensa en la familia’, etc.

Algunos incluso lo hacen con buena fe, pero lo habitual es que se muevan por otros motivos inconfesables, como, por ejemplo:

Alex Salmond, ex primer ministro de Escocia que, en su momento, veía factible el proceso de independencia de su país; pero, tras el fracaso del referéndum, y tras ser sustituido por Nicola Sturgeon, ahora todo lo ve muy complejo, se ha convertido en el perfecto agorero. Y lo triste es que encima no para de darnos consejos a los independentistas catalanes, cuando, psicológicamente es comprensible que en sus augurios proyecte factores como la impotencia, la envidia, etc.

Otro ejemplo lo tenemos en la actual ERC, pues tras la exitosa manifestación de la Diada Nacional de Catalunya, el pasado día 11, ahora salen los agoreros (Oriol Junqueras, Pere Aragonès, Marta Rovira y todos sus subordinados), y respondiendo críticamente a Dolors Feliu (presidenta de la ANC, la asociación convocante). En especial, Marta Rovira diciendo: ‘Si esto va de independencia o elecciones, que nos expliquen cómo se hace la independencia ahora y nos pondremos (…) todo lo que se consiguió el 2017 para avanzar hacia la independencia, ahora no se conseguiría. Desde finales del 2017 estamos analizando las debilidades que no nos dejaron vencer aquel octubre’. En esa línea, Pere Aragonès ha rechazado de plano la propuesta de la ANC, diciendo que a finales del 2023 tampoco se darán las condiciones para efectuar una DUI (declaración unilateral de independencia).

Obviamente, si eso no es una muestra de impotencia, de incompetencia, de nulidad de ideas (pues confiarlo todo a una ‘mesa de diálogo’ con el estado jacobino, unionista, corrupto y antidemocrático, es un ‘brindis al sol’). Y si fueran honestos, deberían dimitir, pues está constatado que no ha habido avances, ni los habrá.

Todos sabemos que será muy difícil, y que la alternativa de la ANC, de efectuar unas nuevas elecciones plebiscitarias, tampoco será un camino de rosas, no será el ‘bálsamo de Fierabrás quijotesco’, la panacea mágica, ya que delante tenemos, precisamente al Fierabrás español, todopoderoso, fanfarrón y jactancioso; y ese Fierabrás es el ‘lawfare’, la dictadura judicial (que incluso ayer dio otra nueva muestra de que ellos sí que pueden saltarse las leyes, incumpliendo con la renovación del tribunal constitucional, que finalizaba ayer, después de más de cuatro años de demoras. Y el ‘gallito’ Pedro Sánchez se ha rendido de nuevo)

Es evidente que siempre tenemos y podemos aprender, incluso son más didácticas las experiencias fruto de fracasos; esto es sabido. Pero siempre que sean afrontadas en forma positiva y proactiva; ya que, tomadas en plan pesimista, con toda seguridad, servirán para reproducir y multiplicar los fracasos. Si bien el aprendizaje no puede ser infinito. Y Marta Rovira, como he indicado, señala que están analizando nuestras debilidades …; cinco años de estudio …, cuando todos las conocemos.

Nuestra mayor debilidad, precisamente, es formar parte de un estado antidemocrático, y de una UE mercantilista. Y eso no se cambiará con la actual mesa de diálogo, ni con ninguna otra. Se precisaría una verdadera ‘mesa redonda’ (la tabla redonda del legendario Rey Arturo), con la asistencia de verdaderos caballeros, hombres y mujeres, no de funcionarios; pero España no es Camelot, y nos faltan observadores internacionales, que hagan las funciones del Mago Merlín.

Estamos hartos de falsos gurús, de agoreros que nos quieren imponer el miedo, SU miedo, para frenar nuestras inquietudes y deseos. En el mitin de ERC durante la Diada, Oriol Junqueras repitió hasta la saciedad que él no tenía miedo, pero decirlo y repetirlo, no deja de ser un mantra de autodefensa.

Estos agoreros interesados me recuerdan el siguiente chiste:

‘El falso sacerdote

Un hombre acudió a su párroco y le dijo: ayer murió mi perro, padre, y querría ofrecer una misa por su eterno descanso.

El párroco respondió escandalizado: ¡Nosotros no ofrecemos misas por los animales! Inténtalo en la iglesia de los protestantes que hay en la esquina. Es probable que ellos quieran rezar por su perro…

El feligrés respondió: la verdad es que le tenía un enorme cariño, y me gustaría ofrecerle una despedida decente. Pero, claro, no sé lo que se acostumbra a dar en estos casos … ¿cree usted que a los protestantes bastará con diez mil dólares?

¡Un momento!, dijo el párroco.

¡No me había dicho usted que su perro era católico!

(https://lailuminacion.com)

Todos reconocimos, reconocemos y reconoceremos los sacrificios personales, familiares y profesionales, que efectuaron nuestros líderes independentistas (y los 4200 imputados, no sólo los mediáticos); pero, si no quieren estropear sus historias, y poder tener la cabeza alta dentro de años, ante sus nietos, deberían dar un paso al lado, pues el síndrome de Estocolmo, siempre marca, aunque sea de forma inconsciente; y, obviamente, deben olvidar sus intereses personales actuales. Su tiempo ya ha pasado, como lo muestra Marta Rovira, confesando que no tienen ni idea (salvo el quimérico diálogo actual). Así podrán tomar las riendas personas nuevas, con nuevas ideas (como la de la ANC u otras). Nadie es indispensable, por sí sólo.

Pero, todos somos indispensables, unidos, para conseguir el objetivo deseado, como en el siguiente cuento:

‘El cojo y el ciego

En un bosque cerca de la ciudad vivían dos vagabundos, que si bien vivían juntos, estaban enemistados; uno era ciego y el otro cojo.

Una noche, su choza se incendió.

El ciego podía escapar, pero no podía ver hacia donde correr, no podía ver hacia donde todavía no se había extendido el fuego.

El cojo podía ver que aún existía la posibilidad de escapar, pero no podía salir corriendo, el fuego era demasiado rápido y salvaje, así pues, lo único que podía ver con seguridad era que se acercaba el momento de la muerte.

Los dos se dieron cuenta que se necesitaban el uno al otro. El cojo tuvo una repentina claridad: ‘el otro hombre, el ciego, puede correr, y yo puedo ver’, y ambos, olvidándose de toda estúpida enemistad, crearon una gran síntesis; se pusieron de acuerdo en que el hombre ciego cargaría al cojo sobre sus hombros, y éste le indicaría el camino de salida. Así salvaron sus vidas, se hicieron amigos y dejaron su antagonismo’

(https://psiqueviva.com)

Todos tenemos muy asumida la moraleja de este cuento infantil, pero sabemos que una cosa es la teoría y otra la práctica.

La situación es muy clara: ganamos el referéndum, ‘sólo’ nos falta implementar el resultado. No debemos repetir nuevos referéndums (salvo si fuera acordado con el estado español, cosa que no pasará nunca); y unas elecciones plebiscitarias, como pide la ANC, sabemos que tampoco funcionarán (quizás en Escocia, si, ya veremos), así que únicamente hay una forma, y es presionar en los puntos que más dolerían al estado, a las grandes corporaciones económicas, y, también, a la UE.

Y esa forma, siempre llevada a cabo de forma pacífica, democrática y dentro de la ‘legalidad española’, la expresé en mi escrito titulado: ‘Independentismo catalán: análisis situación actual y estado de ánimo’, del pasado 11 de mayo, del cuál seguidamente transcribo los siguientes párrafos (por lo que pido perdón al lector, por mi pesadez):

En definitiva, creo que deberíamos seguir el ejemplo de Mahatma Gandhi (1869-1948), con su resistencia no violenta, basada en pequeñas e importantes acciones guiadas por la simplicidad y la autosuficiencia, por ejemplo: el uso del tejido tradicional (khadi), la marcha de la sal, etc.

En esa línea, los independentistas podríamos hacer diversas pequeñas acciones:

  • Al nivel cultural, para defender el idioma catalán: generalizar su uso (especialmente con los cuerpos policiales, judiciales, etc.); exigir que los restaurantes tengan la carta y los menús en catalán (como los tienen en inglés, etc.); consumir productos rotulados en catalán; ver películas y obras de teatro en nuestro idioma, así como seleccionar los canales de televisión y radio en catalán; etc.
  • Al nivel económico: además de las medidas citadas, algunas de las cuáles tienen una lógica incidencia económica, consumir productos de proximidad (km 0); independizarnos de las empresas del Ibex35 (bancos, eléctricas, telefónicas, etc.) sustituyéndolas por alternativas locales; en días acordados, sacar determinadas cantidades de euros, no necesariamente importantes a nivel individual y, al cabo de unos días, volverlos a ingresar, para volverlos a sacar; hacer turismo local reducido al país catalán; etc.
  • Al nivel social: en determinados momentos acordados, ponernos a traspasar, masivamente, las principales calles, pasando con los semáforos en verde; volver a colocar la bandera estelada (bandera independentista catalana) en ventanas y balcones; llevar pins o distintivos independentistas; etc.

Esas actividades, efectuadas con carácter general, si bien, algunas de ellas, como pasar semáforos, las deberíamos efectuar únicamente los jubilados, está claro, pues los jóvenes tienen otras obligaciones y deberes.

Y esas actividades:

  • Sólo requerirían un altavoz para divulgarlas, (la ANC y Òmnium);
  • La injusticia española y los cuerpos policiales no podrían hacer nada, ya que nada sería ilegal.
  • La mayoría de los ciudadanos catalanes lo verían con buenos ojos, y se irían apuntando. Eso sí que sería una forma de sumar, de aumentar las bases (no como la actual de ERC, que lo que hace es dividir)
  • El gobierno de la Generalitat, y el Parlament de Catalunya, así como los partidos políticos deberían dedicarse a gestionar el día a día. Y en el momento que el estado español acepte sus propias debilidades, actuar en consecuencia, implementando la República Catalana, sin protagonismos, superando la realidad de que ‘los éxitos tienen muchos padres’, pues los padres seríamos la ciudadanía en su conjunto.

Olvidemos a los agoreros, ésta, y sólo ésta, es la fórmula para conseguir nuestro Camelot, pues estos auspicios, con toda seguridad, nos comportarán buenos augurios.