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Guardias del centro migrante quemado no tenían llave

CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — Los guardias que estaban en el centro de detención del norte de México en el que murieron 40 migrantes en un incendio, no tenían las llaves de la celda, dijo el martes el presidente Andrés Manuel López Obrador. Los cuerpos de los fallecidos, en su mayoría centroamericanos, ya han comenzado a repatriarse a sus países de origen.

El incendio en el centro de detención de Ciudad Juárez, localidad fronteriza con Texas, ocurrido el 27 de marzo por la noche, fue iniciado en señal de protesta por un pequeño grupo de migrantes detenidos y desencadenó la mayor tragedia que se recuerde en instalaciones de la agencia de migración mexicana.

En imágenes de video de una cámara de seguridad, puede verse a unos guardias que se salían de la sala mientras iniciaba el fuego en unos colchones dentro de la celda en la que estaban decenas de migrantes, sin que hicieran ningún intento por liberarlos.

Hasta el momento no estaba claro quién tenía las llaves de la celda o si había más de un juego. pero el presidente mexicano afirmó el martes que la intoxicación que provocó la muerte de los migrantes tuvo lugar porque “quien tenía la llave, no estaba”.

Cinco personas —-tres funcionarios de migración, un guardia privado y el migrante venezolano que presuntamente inició el fuego— están bajo proceso, acusados de homicidio y lesiones ya que en el suceso una treintena de personas quedaron heridas.

Mientras avanzan las investigaciones que, según el gobierno federal, analizarán toda la cadena de responsabilidades y las irregularidades en cuanto a las medidas de protección civil en caso de emergencia, comenzó la repatriación de las víctimas. Primero, la de un colombiano, luego la de siete salvadoreños y el martes, la de 17 guatemaltecos.

Un avión de la Fuerza Aérea mexicana trasladaba los féretros de los migrantes fallecidos hasta Guatemala acompañados por el canciller guatemalteco Mario Búcaro.

A su llegada a Guatemala los fallecidos serán trasladados a sus comunidades de al menos nueve departamentos distintos en las regiones norte y occidente del país. El viernes el gobierno mexicano había empezado a repatriar a otros migrante originarios de El Salvador.

Entre los fallecidos está Bacilio Sutuj, un migrante de 51 años originario de San Martín Jilotepeque -en el departamento de Chimaltenango- que no le contó a su familia que su intención era migrar hasta dos días antes del incendio, cuando les dijo que había sido detenido por la migración mexicana.

Según la cancillería guatemalteca, 19 de los 40 fallecidos eran de origen guatemalteco. Sin embargo, dos de los fallecidos que se cree son guatemaltecos no serán repatriados pues no se ha podido establecer plenamente su identidad debido a que uno no tenía documento de identificación y el otro tenía quemaduras en las manos que impidieron tomar sus huellas dactilares. Las autoridades guatemaltecas realizarán pruebas de ADN para reconocerlos.

Otros 11 guatemaltecos resultaron heridos en el incendio.

El gobierno guatemalteco ha dicho que espera que México resarza a las familias de las víctimas y que haya justicia. Localmente se ha iniciado una investigación de oficio en la fiscalía para ubicar a redes de tráfico de migrantes que habrían ayudado a los fallecidos a emprender su viaje.