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H. MESA DIRECTIVA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LA UNIÓN. H. MESA DIRECTIVA DE LA CÁMARA DE SENADORES

PRESENTES 

En los últimos meses, diversas organizaciones de la sociedad civil, cámaras  empresariales, colegios de abogados, asociaciones académicas, de personas  juzgadoras y movimientos estudiantiles han realizado diversos esfuerzos para hacer  visibles los riesgos que presenta el proyecto de reforma al Poder Judicial de la  Federación.  

La COPARMEX y sus 71 Centros Empresariales han realizado y participado en diversos  foros donde hemos podido constatar las voces que han expresado su preocupación  por algunos elementos de la iniciativa que podrían debilitar, en lugar de fortalecer, a  nuestro sistema de justicia.  

En primer lugar, enfatizamos la necesidad de una reforma integral al sistema de justicia  para mejorar el acceso pronto y expedito para la gente, sin distinciones, es decir,  independientemente de su condición de origen, especialmente para quienes han visto  vulnerados sus derechos o han sido excluidos, como las víctimas de violencia en sus  diversas formas. Sin embargo, la iniciativa tal como fue presentada y ha sido  dictaminada, no logra este objetivo. 

Sin duda, uno de los principales riesgos es la elección directa por voto popular de  jueces, magistrados y ministros, ya que introduce un riesgo significativo de politización  en la administración de justicia, comprometiendo la independencia judicial. Este  mecanismo podría derivar en decisiones judiciales influenciadas por intereses  electorales e influencias externas contraviniendo el principio de imparcialidad que  debe regir el Poder Judicial. 

En este rubro, la COPARMEX propone fortalecer la carrera judicial enfocándose en el  mérito y la formación continua, respaldado por comisiones de selección  independientes y transparentes que prevengan la politización y la influencia de grupos  de poder en estos cargos. Además, es crucial implementar evaluaciones periódicas y  colaborar con organismos internacionales para asegurar que los estándares de  independencia judicial se mantengan elevados y libres de presiones externas. 

Debemos asegurar que quienes ocupen tan alta responsabilidad, sean los de mayor  mérito. 

Aunado a lo anterior, nos preocupa que la iniciativa no atienda las problemáticas de  los poderes judiciales estatales, ya que es en el fuero común donde se resuelve la  mayoría de los juicios en México. Garantizar que estos tribunales cuenten con los  recursos adecuados y suficientes, además de la formación continua para los jueces y  una estructura robusta es esencial para asegurar un acceso equitativo y eficiente a la  justicia en todo el país. Sin un sistema judicial estatal sólido, la justicia no puede  impartirse de manera uniforme, lo que afecta directamente la confianza en el Estado  de derecho.  

Sabemos bien que no puede haber una correcta impartición de justicia sin una  adecuada investigación. Una de las principales conclusiones de los foros que hemos  organizado ha sido la urgente necesidad de acompañar la propuesta de  fortalecimiento con un robusto apoyo a las fiscalías, que dependen del poder ejecutivo  Estatal y Federal, responsables de la investigación y persecución de los delitos. Estas  instituciones deben de estar dotadas de los recursos humanos, técnicos y financieros  necesarios para desempeñar sus funciones de manera efectiva e imparcial. Un  sistema de justicia sólido requiere fiscalías que operen con independencia del poder  político, garantizando que las investigaciones se realicen con rigor y sin influencias ni  respondiendo a intereses particulares externos. Solo de esta manera se puede  asegurar que la persecución de delitos se lleve a cabo en beneficio de la justicia.  

La iniciativa también propone la desaparición del Consejo de la Judicatura Federal  (CJF), que actualmente se encarga de la formación y disciplina dentro del Poder  Judicial, y su reemplazo por un Tribunal de Disciplina Judicial con autoridad superior  incluso a la SCJN. Los miembros de este Tribunal serían elegidos por voto popular, lo  que podría politizar el proceso disciplinario y comprometer la imparcialidad del  Tribunal. Es decir, el Tribunal podría remover a los miembros del Poder respondiendo a  motivaciones políticas. Como alternativa, proponemos que cualquier nuevo órgano  disciplinario esté compuesto por expertos seleccionados a través de un proceso  meritocrático y transparente, evitando así la influencia política y asegurando la  imparcialidad en la administración de justicia. Además, este órgano disciplinario no  debe situarse por encima de la SCJN, sino que debe fortalecer el proceso disciplinario  dentro del marco del Poder Judicial, asegurando que las decisiones disciplinarias sean  justas y estén alineadas con los más altos estándares de imparcialidad y autonomía  judicial. 

Como se ha observado en las últimas semanas, la reforma ya está generando una  creciente incertidumbre entre inversionistas nacionales e internacionales, debido a la  amenaza que representa para la independencia del Poder Judicial. Estamos en un  momento inmejorable por el contexto de nearshoring que terminará por  desaprovecharse ante la incertidumbre jurídica que genera la iniciativa. En lo que va 

del año, solo el 3% de la Inversión Extranjera Directa se refiere a nuevas inversiones. El  país requiere generar condiciones de confianza para aprovechar la coyuntura global y  atraer más inversiones que resulten en una mayor creación de empleo.  

En el ámbito internacional, esta reforma podría exponer a México a responsabilidades  por incumplir con los estándares de derechos humanos e independencia judicial, lo  cual sería muy perjudicial para su posición global. Nuestros socios comerciales y  organismos internacionales ya han expresado su preocupación sobre sus posibles  efectos en los acuerdos comerciales. El T-MEC, en particular, requiere un sistema  judicial fuerte y autónomo para resolver disputas comerciales. La politización en la  elección de jueces y magistrados podría socavar esa independencia, comprometiendo  la capacidad de México para cumplir con sus obligaciones y exponiéndolo a sanciones  o represalias comerciales. 

Desde COPARMEX, reconocemos la necesidad de reformar el Poder Judicial para  mejorar su eficiencia y garantizar una justicia imparcial. Sin embargo, resulta de suma  gravedad que todos los jueces federales y locales sean destituido por un grupo  hegemónico en un periodo de tres años.  

La reforma tendría como consecuencia la organización de procesos electorales a gran  escala para la selección de aproximadamente 1,500 nuevos jueces y magistrados a  nivel federal y 3,500 a nivel local plantea desafíos logísticos significativos y requeriría  una considerable asignación presupuestaria. Sin duda, la transición a un nuevo  sistema de elección podría provocar retrasos en las resoluciones de casos judiciales  debido a la disminución de personal y la reorganización de las salas de justicia. Por  tanto, esta reforma debe ser bien fundamentada y de implementación gradual,  abordando todos los aspectos clave mencionados y respondiendo a las  preocupaciones de diversos sectores de la sociedad.  

Por las razones expuestas, instamos a los legisladores a reflexionar sobre los riesgos  que la reforma propuesta podría traer a la estabilidad jurídica, económica y social del  país. En COPARMEX estamos convencidos de que el modelo planteado por la reforma  que se discute en el Congreso no está orientado a la calidad ni a la independencia. Por  el contrario, resultará en una captura de los poderes judiciales en un entorno en que  carecemos de un legislativo plural independiente y deliberativo.  

En consecuencia, debe de abrirse un proceso más amplio de escucha y diálogo plural,  de tal manera que las decisiones sobre cualquier reforma sea el resultado del más  amplio consenso social y político. México se encuentra en un momento crítico en el  que las decisiones que tomemos hoy definirán el futuro de nuestra nación. Es  fundamental que cualquier reforma al Poder Judicial sea abordada con la seriedad y  responsabilidad que la situación amerita, priorizando siempre el bienestar de la  sociedad y la necesaria certeza jurídica para la estabilidad de nuestro país.

ATENTAMENTE