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Hasta los niños saben que la unión hace la fuerza

Amadeo Palliser Cifuentes    amadeopalliser@gmail.com

Los independentistas catalanes de base nos estamos sintiendo desorientados, pero no desmotivados, ya que, la amnistía y el referéndum de autodeterminación, siguen siendo nuestros motivos, más o menos movilizadores, eso ya está en función de muchos otros factores.

Todos sabemos que los tres partidos independentistas están primando sus respectivos intereses partidistas, por eso:

‘Ayer por la mañana aparecieron diversos muñecos colgados en puentes de la carretera C-17 y la C-25, con los logotipos de los tres partidos independentistas, ERC, Junts y la CUP. Esos muñecos van acompañados de una pancarta en la que se lee: ‘Primer aviso. Queremos la independencia’ y también les recuerda que los tres partidos sumaron el 52% de los votos en las últimas elecciones.

El ‘Colectivo la Estaca’, el mismo que saboteó dos repetidores de telecomunicaciones la noche anterior a las elecciones en Girona y Lleida, ha reivindicado estos muñecos, en cumplimiento de todos los que votamos el 1 de octubre, votamos y ganamos. Y después de ganar en las urnas esta última vez con un 52% y 74 diputados, la Estaca exige el acuerdo de los partidos independentistas y el levantamiento de la DUI’.

(Alba Domingo, 19 de abril de 2021, www.elnacional.cat)

Particularmente, no me gustó nada, la representación en cuestión, pues refleja una agresividad extrema, de la que tenemos que huir. Hay muchas formas de expresión, sin llegar a plasmarse de esa forma.

Pero, obviamente, todos queremos que se cierre el círculo, pues, después de diez años de grandes manifestaciones y demostraciones de nuestra voluntad independentista, vemos que ahora estamos en un callejón oscuro y, aparentemente, sin salida. Y, por desgracia, más debilitados, al estar nuestros líderes en prisión o en el exilio.

Y todos somos conscientes que si vamos divididos, que si cada uno de los partidos independentistas gira entorno a su propio eje, prescindiendo de las influencias e intereses de los otros partidos, no conseguiremos nada. Hasta los niños pequeños saben que ‘la unión hace la fuerza’.  

Hay muchas fábulas que escribió Esopo, ya en el siglo VI a. C., que tienen, de forma didáctica, esa moraleja, como la siguiente:

‘Los hermanos desunidos:

Un hombre ya anciano, estaba muy apenado porque sus tres hijos no hacían más que discutir. Cada vez estaban más desunidos, y decidió entonces darles una lección. Fue al bosque y recogió una buena cantidad de ramas. Las ató haciendo un fuerte haz y después llamo a sus tres hijos.

‘Mirad, necesito romper por la mitad estas ramas, pero yo ya soy viejo y no puedo con ellas. ¿Cuál de vosotros podría ayudarme?

El hiji mayor, todo vanidoso, agarró el montón de ramas e intentó partirlas en dos, pero a pesar de que tenía mucha fuerza, no lo logró. Entonces lo intentó el hermano mediano, mirando con desdén a los otros. Nada, tampoco pudo. El pequeño tomó entonces el haz de ramas. ‘Sois unos débiles … dejadme a mí, dijo, con menosprecio a sus hermanos.

Y por más que lo intentó, tampoco lo consiguió. Entonces, el anciano desató las ramas y e dio unas cuantas a cada uno de los hijos. Así, si pudieron romper las ramas por la mitad.

‘¿Veis?, les dijo entonces el hombre. Por separado, las ramas se parten con facilidad. Juntas, eran irrompibles. Así sois vosotros, como esas ramas’.

(www.fabulascortas3.com)

Y volviendo al citado circulo (más vicioso que virtuoso) en el que nos encontramos, sabemos, también, que para poderlo cerrar, precisamos la amnistía y el referéndum de autodeterminación, y somos conscientes que esto es complejo, ya que hay diferentes intereses contrapuestos, pues Pedro Sánchez, y la totalidad del estado nunca pactará nada, ya que ni siquiera reconocerá a los independentistas catalanes como sujetos políticos a los que considerar en su mismo nivel, como iguales. Y si no se da ni eso, ya no se puede hablar de negociación, en todo caso serán concesiones, en función de la presión y necesidad que tenga puntualmente Sánchez.

Por eso, el círculo se presta a muchos análisis, como también pasa en el siguiente símbolo japonés, el ‘ensö’, que en japonés significa círculo.

Ensö

‘El círculo, posiblemente es el tema más habitual de la caligrafía japonesa. Simboliza la iluminación, la fuerza, la elegancia, el universo, y es una expresión del momento.

Se cree que el carácter de un artista se refleja totalmente en la manera de dibujar un ensö, y que sólo alguien íntegro, tanto de mente como de espíritu, puede dibujar un buen ensö. Algunos artistas dibujan ensös regularmente, como una manera de diario espiritual.

Hay que los dibuja cerrados, mientras que otros no los cierran. Para éstos, la obertura que queda simboliza que el ensö no es un ente independiente, si no parte de alguna cosa más grande. Al dibujar un ensö, como en el hitsusendo (una escuela zen de caligrafía), se persigue más la espontaneidad que la perfección en la ejecución’.

(Wikipedia)

En ese mismo sentido, en los estudios grafológicos se analiza el grafismo de los óvalos, interpretándose la abertura como una muestra de comunicación y conexión con el exterior, matizándose en función del tamaño de dicha abertura y su disposición (derecha, izquierda, superior o inferior), pues cada localización y tamaño expresa determinados aspectos de la personalidad del sujeto. Igualmente, cuando el óvalo está cerrado, debe analizarse en qué punto está el cierre, ya que es significativo también.

Y, por lo que vemos, los diferentes partidos independentistas, se consideran círculos cerrados, herméticos, defensivos, y todo lo externo les es ajeno, enemigo. Cuando, lo óptimo sería que fueran abiertos a las influencias de los otros círculos.

Y eso es así, hemos de comprender que, aunque el objetivo común sea el mismo, cada partido tenga su estrategia. Como ciertos imperios antiguos se orientaban mediante los puntos cardinales, otros imperios se orientaban mediante la estrella Polar, en función de la consideración e introducción en los cálculos el movimiento del eje de la Tierra; mientras que otros imperios se orientaban con la constelación de Cassiopea. Pero, en el hemisferio norte, el objetivo orientador era el mismo punto, y la estrategia utilizada era diferente. En el hemisferio sur, esta función la tiene la estrella Ácrux, de la constelación de la Cruz del Sur, que marca el polo sur celeste (y esa estrella, según algunos astrónomos, pudo ser la que guiase a los Reyes Magos hasta Belén).

Es lógico que eso sea así, pero me parece evidente que en una situación tan crítica como la que estamos pasando, sería recomendable, o, mejor dicho, exigible, que todos dejasen sus luchas estratégicas, para centrarse en el objetivo compartido.

En caso contrario, lo que hacen es desanimar hasta a sus propios afiliados.

Ayer, por ejemplo, un amigo que pasó por el corte de la avenida Meridiana, me dijo que, después de 18 años afiliado a ERC, se había dado de baja, y también de la ANC; que sus pensamientos no cambiarán, pero que de cada vez ha ido viendo diferencias inasumibles con esas organizaciones. También me comentó que, como generación, ya hemos hecho lo que podíamos, y que nuestros hijos y nietos ya harían nuevos pasos. Es triste, pero comprensible, muy humano.

Casualmente, ayer también vino a la manifestación Jordi Pesarrodona, el ex regidor de Sant Joan de Vilatorrada, que fue condenado a inhabilitación por haberse fotografiado con una nariz de payaso junto a un guardia civil, el 1 de octubre del 2017.

Y este activista, en un breve y contundente discurso de unos pocos minutos, hizo una importante defensa del activismo, de la manifestación que hacemos, y que deberíamos potenciar y multiplicar; y comentó que, ahora, que parece que el covid está siendo doblegado, debemos resurgir todos los independentistas, pues hemos de hacer valer el 52% de los votos conseguidos en las últimas elecciones del 14 de febrero. Y acusó a los políticos, sin especificar, que lo único que les preocupa es defender su sillón (siempre hay notables excepciones, claro).

Obviamente, mi amigo, que oyó este discurso, consideró que estaba muy bien, pero que le parecía que, hoy por hoy, era utópico. Que unas décadas atrás, también le parecía utópico llegar donde estamos, y haber hecho y conseguido todo lo que hemos hecho, pero, aún así, no superó su pesimismo.

La realidad es así, compleja, pero a mi me parece que, si caemos en el desánimo, y nos acabamos rindiendo, conseguiremos una cosa: dar una alegría y una victoria fácil al estado español. Y sólo para evitar eso, ya debemos activarnos. Pero, evidentemente, este es un detalle menor, colateral, comparado con el objetivo que perseguimos.

Es muy complicado todo, pues, ciertamente, hay presos políticos de ERC, como Oriol Junqueras, que marcan la directriz de la política de ese partido y, en breve, del futuro gobierno de la Generalitat; y están por el diálogo con el gobierno central, es decir, tienen más paciencia que muchos de los que estamos libres.

Sea como sea, está claro que cada persona piensa y actúa según sus posibilidades y convicciones, y es verdad que nos faltan muchos Jordis Pesarrodonas, y medios de comunicación que, en lugar de apagar su voz, y las manifestaciones que se hacen por toda Catalunya, las divulgasen; pero, es verdad, tenemos muchas cosas en contra.

Si bien, muchos pensamos que no podemos dejar a otras generaciones el trabajo, no podemos dejar para mañana, lo que podamos hacer hoy. Y sabemos que es la ciudadanía la que debe empujar a los políticos. Como ha pasado en esta última década.

Somos conscientes que no estamos hablando, únicamente, de hechos y logros simbólicos, los queremos factuales, por lo que debemos seguir movilizándonos, de cada vez más, ya que, en caso contrario, correríamos el riesgo de ser engullidos, como ayer, en la exposición inmersiva del pintor Klimt, que ya comenté, en la cuál, en una visión en 3D, una de las serpientes acuáticas que ‘cortejan’ (S. Freud lo explicaría de forma más clara) a una de las figuras femeninas, al ‘vernos como espectadores’, se dirige hacia nosotros abriendo sus fauces y … eso es lo que nos pasaría, pues el estado español, unificador y homogeneizador, continuaría pasando su rastrillo y apisonadora, hasta eliminar todo signo diferenciador cultural y económico, y volveríamos a quedarnos con nuestros sentimientos en nuestro propio círculo, cerrado a cal y canto.