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Herramientas del estado español: miedo y crueldad

Ya sé que esas herramientas no son exclusivas del estado español, ni mucho menos, pues todo poder, toda persona poderosa o pretendidamente poderosa, las utiliza para someter a la población, a los subordinados, a los hijos, etc.

No es preciso retrotraernos a décadas pasadas, con la guerra incivil del dictador Franco y sus ‘cuarenta años de paz’ posterior, pues en la actualidad nuestros líderes independentistas están sufriendo esas herramientas aplicadas por los poderes de la injusta España; igual que lo están sufriendo los 53 activistas detenidos en Hong Kong, por haber organizado primarias preelectorales.

En nuestro caso fue votar por la independencia, en el caso de Hong Kong, simplemente querían elegir a los candidatos que posteriormente deberían presentarse a las elecciones del parlamento.

‘El ministro de asuntos exteriores de China acusó a los arrestados de subversión, diciendo que la acción policial era necesaria y esencial, ya que las autoridades de Hong Kong no podían tolerar estos crímenes’

‘Según Yamini Mishra, director regional de Amnistía Internacional para Asia-Pacífico: ‘la demostración más dura de como se ha efectuado la ley de seguridad nacional para castigar a cualquier persona que se atreva a desafiar el ‘establishment’’

(Q. A. Londres; Ara, 7 enero)

En España hemos visto como se retorcían y modificaban las leyes para intentar aniquilar el movimiento independentista.

Y ahora, tras el esperpéntico asalto del Capitolio por parte de los partidarios de Donald Trump, aquí, los medios de comunicación unionistas, que viven del pienso del estado y que, para cerrar el ciclo, condicionan y conforman la ideología ‘oficial’, así como los líderes de los partidos unionistas, comparan ese asalto, con los movimientos del Parlament, o del ‘rodea el Congreso’. Y claro, aprovechan para reutilizar palabras como sedición, actuación criminal, etc., para judicializar la libertad de expresión; libertad que debe ser proporcionada, flexible, fomentada y defendida, pero no abolida ni amordazada, como el sistema pretende.

En todos los niveles de la vida deberíamos y se debería aplicar la frase atribuida erróneamente a François Marie Arouet, conocido por Voltaire (1694-1778), ya que era de su biógrafa británica Evelyn Beatrice Hall, al incluirla en su libro ‘Los amigos de Voltaire’ (1906): ‘Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo’. La autora, que firmaba con el seudónimo Stephen G. Tallentyre, recreó una falsa conversación con el filósofo francés.

Centrándonos en el estado español tenemos claros ejemplos de hoy mismo, que nos muestran la perseverancia de la mentalidad inquisitorial franquista, pues:

·       La represión sigue forzando el exilio de Josep Miquel Arenas, el rapero conocido como Valtònyc, que ayer conoció la muerte clínica de su madre, Antònia Beltran. Y no puede estar con ella en estos últimos y dolorosos momentos. Esto también le pasó a Carles Puigdemont, y a Toni Comín, pues su hermano, acompañado por su familia, se desplazó para morir en Bélgica, en compañía de toda la familia.

·       Otro ejemplo lo tenemos con el nuevo fallo del Tribunal de Apelación de Bruselas, que ha rechazado la euroorden del tribunal supremo español contra el ex conseller de la Generalitat Lluís Puig. El citado tribunal belga ha confirmado el fallo del tribunal de primera instancia, en línea con el Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la ONU, también consideró que el tribunal supremo español no era el órgano competente para reclamar la extradición de Puig. Asimismo, consideran que en España no tendría un juicio justo, pues, en la sentencia del citado Tribunal de Apelación, se dice ‘que hay riesgo de violación de la presunción de inocencia de Puig, basándose en las declaraciones públicas efectuadas por parte de los jueces, fiscales y autoridades políticas contra los dirigentes independentistas, ya que, en concreto, no se respeta la directiva de la UE 2016/343’.

Pero aquí el estado español seguirá apelando y apelando, hasta que ya no haya más recursos posibles. Su gallardía quijotesca les impide ver otra cosa que gigantes, en lugar de molinos de viento.

Como vemos, esa estrategia del estado español no deja de ser una crueldad, aplicar el miedo como táctica para que nada ni nadie se atreva a moverse, ni a discrepar. Eso sí, el estado español, con el rey a la cabeza, toleran y aceptan las opiniones de los militares golpistas, así como la de los articulistas de su misma cuerda franquista, pues avalan la sacrosanta unidad de España.

Ante esa constatación, confirmada y reconfirmada durante más de trescientos años, desde 1714, tenemos dos opciones:

·       asumir que no podemos hacer nada ante la fuerza descomunal del estado borbónico anterior y posterior al franquismo, (y en esta dictadura, no digamos), o

·       actuar para librarnos de su yugo.

Y para esta segunda opción, debemos ser inteligentes, no soñar con soluciones mágicas, como los ratones de la siguiente fábula anónima:

Fábula ‘El congreso de los ratones’:

Había una vez una familia de ratones que vivía en la despensa de una casa. Eran felices, pero vivían con miedo de ser atacados por un enorme gato, de manera que nunca se atrevían a salir, ya que sin importar que fuera de día o de noche, ese terrible enemigo siempre les vigilaba.

Un buen día decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una asamblea a petición del jefe de los ratones, que era el más viejo de todos.

El jefe de los ratones dijo a los presentes:

‘Os he mandado reunir para que entre todos encontremos una solución. ¡No podemos vivir así!

‘¡Pido la palabra!, dijo un ratoncillo muy atento.

‘Atemos un cascabel al gato, y así sabremos en todo momento por dónde anda’.

Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre grandes aplausos y felicidad. Con el cascabel estarían salvados, porque su campanilleo avisaría de la llegada del enemigo con el tiempo para ponerse a salvo.

‘¡Silencio!’, gritó el ratón jefe, para luego decir:

‘Queda pendiente una cuestión importante: ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, porque no podían contestar a aquella pregunta. Y corrieron de nuevo a sus cuevas, hambrientos y tristes’.

Moraleja: Es más fácil proponer ideas que llevarlas a cabo.

(www.mundoprimaria.com)

Pues nuestro error sería asumir nuestra falsa debilidad, como la del elefante de la siguiente fábula:

‘El elefante encadenado, de Jorge Bucay:

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba eran los animales, especialmente el elefante.

Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal …, pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver de nuevo al eswcenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra.

Y aun que la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?

Pregunté a lo mayores, y me dijeron que no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?

Con los años entendí que el elefante del circo no escapa porque ha estado unido a una estaca parecida desde que era muy pequeño; en aquel momento, el pequeño elefante tiró, empujó, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era, ciertamente, muy fuerte para él. Al día siguiente volvió a probarlo, y al otro y al que seguía … Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Este elefante enorme y poderoso que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que no puede. Recuerda su impotencia, aquella que sintió al poco de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar ese recuerdo. Jamás … jamás intentó poner a prueba su fuerza otra vez’.

(psicologiaymente.com)

En definitiva, debemos ser inteligentes, aprender, y conocer nuestras debilidades y nuestras fortalezas, así que las del estado español, que las tiene, pero es vulnerable ante el poderoso elefante que puede ser la gran marea independentista, pero, para eso, debemos evitar caer en elucubraciones y falsos espejismos y tentaciones partidistas fraternales, como se expresa en la siguiente fábula anónima:

‘El espejo chino:

Había una vez un campesino chino, el cual iba a ir a la ciudad a vender la cosecha de arroz en la que él y su esposa habían estado trabajando. Su mujer le pidió que, aprovechando el viaje, no se olvidase de traerle un peine.

El hombre llegó a la ciudad y una vez allí vendió la cosecha. Tras hacerlo, se encontró y reunió con varios compañeros y se pusieron a beber y a celebrar lo conseguido. Después de eso, y aún un poco desorientado, el campesino recordó que su esposa le había pedido que le trajera algo. Sin embargo, no recordaba el qué, con lo que acudió a una tienda y compró el producto que más le llamó la atención. Se trataba de un espejo, con el cuál regresó a su hogar.

Tras dárselo a su esposa, se marchó de nuevo a trabajar en el campo.

La joven esposa, que nunca había visto un espejo, se miró en él, y repentinamente empezó a llorar. La madre de esta le preguntó el por qué de tal reacción, a lo que su hija le pasó el espejo y le respondió que la causa de sus lágrimas era que su marido había traído consigo otra mujer, joven y hermosa. La madre de esta miró también el espejo, y tras hacerlo le respondió a su hija que no tenía de qué preocuparse, dado que se trataba de una vieja’

Posiblemente me he pasado utilizando fábulas, pero me parece que son muy didácticas para explicar el mecanismo del sentimiento del miedo ante la crueldad del estado español, que, como vemos, no cambia ni con el gobierno de coalición de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, pues:

·       pagarán los gastos de defensa del ‘tendencioso’ magistrado Pablo Llarena, ante el tribunal belga, acusado por Carles Puigdemont, representado por su abogado Hakim Boularbah.

·       y el silencio de Pablo Iglesias, ante los temas importantes, como los comentarios de los militares golpistas y franquistas (en activo y jubilados), pero, en estos momentos, también calla ante el caso Valtònyc, máxime siendo Iglesias el que le encargó la canción por la que está exiliado.

Y todo eso no son más que muestra de su propia debilidad, y que prefieren sacrificar sus principios, si es que todavía les queda alguno. Ya sabemos que la poltrona hace al político, como le pasa también a Ada Colau, alcaldesa de Barcelona; pues el confort de la poltrona tiene una erótica que nadie quiere perder.

Por lo tanto, debemos tener ideas, como la de poner el cascabel al gato, y saber que tenemos la fuerza para ello, como el elefante, si no caemos en controversias pueriles, como las de deslumbrarnos ante un abalorio como un simple espejo, como son las elecciones del próximo 14 de febrero.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com