Créditos bancarios asequibles para pequeños comercios
· ANPEC reporta el precio promedio de la CBA: $1,927.22, lo que significa una variación al alza de 1.18%.
· Las PYMES son el 99.8% de los establecimientos de los negocios del país, cinco millones de pequeñas empresas.
· El país no tan sólo debe reconocer la deuda que tiene con las PYMES, ¡se las debe pagar!

Ciudad de México a 12 de mayo de 2025.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) reporta la variación de precios de la canasta básica alimentaria de cuarenta y cuatro productos de abril a mayo del presente año, estudio de mercado realizado en los treinta y dos estados de la República con una muestra aleatoria domiciliada, ambulatoria y estratificada en más de 200 puntos de venta en tres niveles de consumo: alto, medio y popular.
El precio promedio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) resultó en $1,927.22 al aumentar su precio en promedio $22.56, lo que significa una variación al alza de 1.18%. Los cinco estados con la CBA más encarecida resultaron ser Zacatecas 5.02%, Veracruz 4.60%, Oaxaca 4.15%, Durango 3.99% e Hidalgo 3.76%, y los productos que más aumentaron en el último mes son jitomate 14.98%, que pasó de $22.83 a $26.25; chile poblano 7.11%, que pasó de $47.02 a $50.36; aguacate 6.84%, que pasó de $86.41 a $92.31; naranja 5.31%, que pasó de $29.16 a $30.70, y chile jalapeño 5.25%, que pasó de $30.40 a $32.00.
“En la reciente Convención Bancaria, el Secretario de Hacienda Edgar Amador Zamora reconoció que México tiene una gran deuda con las PYMES, que son, ni más ni menos, el 99.8% de los establecimientos de los negocios del país, por no decir que representan, virtualmente, a la totalidad de la actividad comercial y productiva de la nación. Son más de cinco millones de micronegocios que emplean a veinte millones de personas, de los cuales un tercio son operados y propiedad de mujeres, así como uno de cada cuatro se localiza al sur del país. Este motor social anima al aparato económico, al consumo popular demandante, principal generador de derrama de dinero en la sociedad”, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Tanto el Secretario como la Presidenta reconocieron en la Riviera Nayarita que este motor social casi se mueve por sí solo, sin recibir mayor apoyo crediticio de la banca, funcionando con sus propias fuerzas, rascándose con sus propias uñas, y que esto no debe continuar así. Ante lo declarado, nada queda por discutir con los banqueros, relevo de pruebas a confesión de parte, el que calla otorga, y los banqueros callaron, asumieron la deuda histórica que se tiene con las pequeñas empresas de nuestra economía.
ANPEC se pregunta: ¿Basta con aceptar que se tiene esa deuda? ¿Con reconocer que no se ha apoyado a la principal fuerza empleadora? En este entorno en donde al emprendedurismo se le margina y condena al ostracismo, languideciendo por falta de créditos, estímulos fiscales y un abasto sin intermediarismos, dejándoles en el abandono y dando la espalda a estas empresas sociales que se esfuerzan al máximo por ganar una vida digna para los suyos, ¿realmente se puede hablar de bienestar, desarrollo económico y justicia social en estas condiciones? La verdad no.
“Este “pendiente”, como lo nombraron en Nayarit banqueros y gobernantes, descarrila la narrativa del bienestar; si bien existen programas sociales de apoyo que buscan acortar la brecha de la desigualdad, estos no bastan porque los recursos son finitos y limitados. Urge fortalecer la actividad productiva de la población para que ganen por pie propio su autonomía y se vuelvan autosuficientes, capaces de sacar adelante sus vidas sin requerir apoyos gubernamentales. De eso se trata la historia, este imaginario debe ser el que nos mueva”, reflexionó Rivera.
El llamado a los banqueros a que otorguen créditos a la economía social no debe ser respondido (por ellos) con el argumento de que “México es un país que no cobra impuestos, por lo que urgen medidas fiscales que eleven la recaudación”. Eso es contestar con una evasiva, seguir dando vueltas en un círculo vicioso que busca justificar los “porqué no” más que encontrar los “cómo sí” se puedan ofrecer líneas blandas de recursos que reactiven y modernicen las PYMES y, por añadidura, se vean fortalecidas y consoliden su formalización y contribución hacendaria.
Muchas veces se ha dicho que no hay mayor pago de impuestos porque el ciudadano no ve el beneficio de retorno, criticando con ello al gobierno, pero en la actualidad eso no es tan válido; el tema es uno: si no hay actividad productiva a mayor escala, no habrá forma de lograr concretar mayores ingresos fiscales. Esto simboliza la vieja discusión de qué fue primero, el huevo o la gallina.
Sin cortapisas y sin excusas, el sistema bancario de México ha sido llamado a cuentas en Nayarit a saldar la deuda histórica con las PYMES, ofreciéndoles créditos blandos para su desarrollo, así de claro. Esta falta de créditos se reconoce como una deuda, como un pendiente, una acción necesaria para lograr mayor bienestar y desarrollo económico del país.
“En ANPEC ponemos el dedo sobre la llaga: paguen la deuda y ofrezcan créditos blandos a las cinco millones de PYMES que animan la economía mexicana y han permitido al sistema bancario obtener grandes utilidades. Ahora es la hora de devolver la copa al pueblo de México, apoyándolo”, exigió Rivera.
Mas en estos momentos de incertidumbre e inestabilidad, con una inflación alimentaria que no cede (INEGI reportó una inflación de 3.93% al cierre de abril, más elevada que al inicio del mes), los precios de los productos alimentarios no paran de subir, sin perder de vista que la gente que vive del trabajo y el esfuerzo, los más vulnerables, son los que gastan casi todo lo que ganan en su manutención, noventa centavos de cada peso que ingresan.
Resulta entonces que a más de 70 millones de mexicanos el sistema bancario los ignora y excluye olímpicamente de cualquier oportunidad financiera. Bajo el principio bíblico de “por sus acciones los conoceréis” es que se puede afirmar entonces que la asociación de bancos no forma parte de la estrategia del gobierno federal “Plan México”, al no estar apoyando a la mayoría de la población con fondos blandos, seleccionando en exclusivo sólo a aquellos negocios que les dejen el máximo de ganancia.
“¡Qué lástima! ¡Qué lamentable! Por eso en ANPEC le tomamos la palabra al Secretario de Hacienda y a la Presidenta de México. El país no tan sólo debe reconocer la deuda que tiene con las PYMES, ¡se las debe pagar! para animar la economía social y lograr un mayor circulante en las comunidades a favor del consumo local. Hoy y no mañana se debe apoyar a los más de cinco millones de pequeñas empresas del país, un millón doscientos mil de ellas son pequeños comercios de abarrotes, misceláneas, ultramarinos, carnicerías, cremerías, fruterías, coqueterías y otros giros comerciales que conforman el mercado de lo local”, concluyó el líder de los comerciantes.
Es claro que México debe apoyar a estos microempresarios, honrar la deuda que con ellos se tiene, concretar créditos bancarios asequibles para florecer esta amplia base de nuestra economía, verdadera ruta del bienestar nacional.