Ante el asombro por el comunicado que ha efectuado la Conferencia Episcopal Española, por la marcha de Juan Carlos I, me ha parecido interesante, transcribir ese comunicado, y compararlo con el que efectuó el obispo Pla y Deniel, en 1936, proclamando la santa Cruzada; y después, comparar la situación con el esquema de la ‘Pirámide del sistema capitalista, 1911’ (que, curiosamente vimos en la exposición ‘El tercer estado’, de Daniel G. Andújar, en el Palau de la Virreina, Barcelona).
Y, para finalizar, mis observaciones sobre el particular.
2020
“La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ante la noticia de la salida de España de su majestad don Juan Carlos I, rey emérito de España, ha expresado el ‘respeto por su decisión’ y el ‘reconocimiento por su decisiva contribución a la democracia y a la concordia entre los españoles’.
Así lo han dado a conocer los obispos en un comunicado difundido este martes, 4 de agosto de 2020, en la página web de la Conferencia Episcopal.
Del mismo modo, la Comisión que preside el cardenal Juan José Omella, presidente de la CEE y arzobispo de Barcelona, ha manifestado en el mensaje su ‘adhesión y agradecimiento’ al actual rey Felipe VI ‘por el fiel cumplimiento de los principios constitucionales y su contribución a la convivencia y bien común de todos los españoles’
(…)
La Iglesia española, concluye el mensaje, ha asegurado sus oraciones a Dios ‘por su persona, por la familia real y por todos aquellos que ostentan autoridad en nuestra nación’, escriben en su declaración, ‘para que podamos vivir en salud, paz y prosperidad y se haga visible en nuestra sociedad el Reino de verdad y de vida, el Reino de justicia, de amor y de paz”
1936
Carta pastoral ‘Las dos ciudades’ (1936), de Enrique Pla i Deniel (1876-1968), obispo de Salamanca. El obispo de ‘La Cruzada:
“El saludo clásico episcopal, eco del saludo de Cristo resucitado a los Apóstoles, ‘la paz del Señor’, ¡cómo resuena en estas horas de épico batallar, cuando España entera está en guerra, y en guerra entre hermanos, por los aires, por la tierra y por el mar!
El año 1936 señalará época, como piedra miliar, en la historia de España. Se abrió con presagios de tempestad, y se desencadenó bien pronto huracanada; y comenzaron a arder templos y casas de vírgenes del Señor, y acá y allá iban cayendo víctimas, cada vez en forma más trágica y desaforada. A la justicia sustituía la venganza; los órganos estatales no lograban, ni aún con medios extraordinarios, la normalidad del orden ciudadano. Los vencedores en una lucha de comicios desbordaban al Gobierno por ellos mismos impuesto y amenazaban con una próxima revolución comunista. Aún a los niños convertían en pioneros de la misma, poniendo en sus tiernos labios el fatídico canto ¡Somos hijos de Lenin!
Y llegó, por fin, lo que tenía que venir: una sangrienta revolución, con millares de víctimas, con refinados ensañamientos, con violaciones y sacrilegios, con saqueos, incendios y destrucción y ruinas. Mas la amorosa Providencia de Dios no ha permitido que España en ella pereciese.
Al apuntar la revolución ha suscitado la contrarrevolución; y ellas son las que hoy están en lucha épica en nuestra España, hecha espectáculo para el mundo entero, que la contempla, no como simple espectador, sino con apasionamiento, porque bien ve que en el suelo de España luchan hoy cruelmente dos concepciones de la vida, dos sentimientos, dos fuerzas que están aprestadas para una lucha universal en todos los pueblos de la Tierra: las dos ciudades que el genio del águila de Hipona, padre de la Filosofía de la Historia, San Agustín, describió maravillosamente en su inmortal ‘Ciudad de Dios’: dos amores hicieron dos ciudades; la terrena, el amor de sí hasta el desprecio de Dios; la celeste, el amor de Dios hasta el desprecio propio.
Estos dos amores, que en germen se hallan siempre en la Humanidad en todos los tiempos, han llegado a su plenitud en los días que vivimos en nuestra España. El comunismo y el anarquismo son la idolatría propia hasta llegar al desprecio, al odio a Dios Nuestro Señor, y enfrente de ellos han florecido de manera insospechada el heroísmo y el martirio, que en amor exaltado a España y a Dios ofrecen en sacrificio y holocausto la propia vida.
(…)
Y podría alguien que no desconociese el Código de Derecho Canónico, decirnos: Enhorabuena que los ciudadanos españoles haciendo uso de un derecho natural, se hayan alzado para derrocar un gobierno que llevaba la nación a la anarquía. Pero ¿no pregona siempre la Iglesia su apartamiento de las luchas partidistas? ¿No ha dicho muchas veces Su Santidad Pio XI que la acción de la Iglesia se desarrolla fuera y por encima de todos los partidos políticos? ¿No prescribe el canon 141 a los clérigos que no presten apoyo de modo alguno a las guerras intestinas y a las perturbaciones de orden público? ¿Cómo se explica, pues, que hayan apoyado el actual alzamiento los Prelados españoles y al mismo Romano Pontífice haya bendecido a los que luchan en uno de los dos campos?
La explicación plenísima nos la da el carácter de la actual lucha que convierte a España en espectáculo para el mundo entero. Reviste, sí, la forma externa de una guerra civil, pero en realidad es una cruzada. Fue una sublevación, pero no para perturbar, sino para restablecer el orden (…) Ya no se ha tratado de una guerra civil, sino de una Cruzada por la religión y por la patria y por la civilización. Ya nadie podía tachar a la Iglesia de perturbadora del orden, que ni siquiera precariamente existía.
(…)
Una España laica no es ya España. Ya hemos visto a qué abismo nos llevó una Constitución zurcida con extranjerismos y a base de que España había dejado de ser católica. Lo dijo con gran clarividencia nuestro insigne Menéndez Pelayo: ‘España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio …, esa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los Arévacos y de los Vectones, o de los reinos de Taifas’.
(…)
Mientras tanto, con el mayor afecto a todos, a los que en los campos de batalla lucháis por Dios y por España, a los que os quedáis en retaguardia cooperando a la santa Cruzada, aún a las ovejas un día descarriadas, seducidas y engañadas por falsos pastores, pero prestas a volver al redil del Buen Pastor, a todos os damos con el mayor afecto nuestra Pastoral Bendición en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”.
A los pocos días de escribir esta pastoral, gustosamente cedió su Palacio Episcopal a Franco, que lo utilizó de Cuartel General durante su estancia en Salamanca, pasando el obispo a ocupar las dependencias del Seminario (…)”.
(El Catoblepas, núm. 115, 2011)
1911
Pirámide del sistema capitalista, 1911
“El cartel de 1911 de propaganda izquierdista, firmado por ‘Ediciones La Internacional’. Enmarcado en la propaganda anticapitalista, es un producto típico de la corriente didáctica del izquierdismo y caricaturiza los diversos estratos sociales del sistema: en la cima, el Estado (We rule you, te gobernamos), más abajo, las doctrinas e instituciones religiosas -el opio del pueblo, (we fool you: te idiotizamos, te enajenamos); le siguen el ejército, la policía y las fuerzas del orden (we shoot at you: te disparamos), para continuar con la burguesía, enfrascada en los excesos del bienestar y dulce holganza (we eat for you: nos comemos lo tuyo, o comemos por ti).
Sosteniendo la pirámide, los miembros de la clase obrera (we work for all, we feed all: hacemos todo el trabajo, alimentamos a todos). El acento emotivo-sentimental lo pone la pobre niñita muerta de hambre, la víctima del sistema.
El discurso sigue siendo absolutamente válido para nuestros días, no habiendo perdido ni un ápice de rabiosa y dolorosa actualidad. We control you.
“Entre los años veinte del siglo pasado y los veinte del siglo actual hay numerosos paralelismos, muchas más vinculaciones que la simple superposición numérica. Crisis de las economías, agotamientos sistémicos, aumento de las diferencias de clase, marginación social y totalitarismos incontrolables: parece que la historia se repite y no como sostenía Marx -es decir, primero en forma de tragedia, después a manera de falsa-, sino como un bucle que afecta a las zonas más frágiles de la esfera pública”.
(Programa “El tercer estado”, La Virreina, comisario Valentín Roma)
Vistos estos tres documentos, suficientemente ilustrativos, creo que es preciso destacar los siguientes puntos:
Comunicado de la Conferencia Episcopal Española:
· Considero que es del todo improcedente ese comunicado, totalmente inoportuno en un estado aconfesional.
· El reconocimiento a Juan Carlos I por su ‘decisiva contribución a la democracia y a la concordia’, realmente es querer seguir apuntalando el relato oficial, de un sistema basado en el engaño, del ‘atado y bien atado’ De Franco.
· El colmo de los colmos, el máximo engaño, el mayor partidismo, lo vemos en el agradecimiento a Felipe VI, ‘por el fiel cumplimiento de los principios constitucionales y su contribución a la convivencia y bien común de todos los españoles’. Esto es respaldar el discurso del 3 de octubre y su mensaje del ‘a por ellos’. La convivencia que entiende el cardenal es que vengan a pegarnos y a encarcelar a nuestros representantes políticos y sociales. Está claro que Omella entiende sólo del ‘bien común de todos los españoles’. No quiere ni ver que más de dos millones de catalanes queremos replantearnos el futuro, que no queremos saber nada de ese bien común de todos los españoles.
· Y concluye orando por la monarquía y las autoridades para que podamos ‘vivir en salud, paz y prosperidad’; esa es otra muestra de la concepción que del poder emanan los bienes terrenales. En definitiva, una mentalidad antidemocrática.
Carta pastoral ‘Las dos ciudades’ (1936), de Enrique Pla i Deniel (1876-1968):
· Tola la carta es realmente penosa, partidista, fascista.
· Asimismo, mantiene la ideología que España fue creada en el mismo momento del Big Bang; si bien para hacer referencias despectivas, si que se remonta a referencias ‘prehispánicas’ como los Vectones (Vettones, pueblo celta del oeste de la Meseta) y Arevacos (celtibéricos del área de la provincia Tarraconense); o, así mismo, al reino de Taifas.
· La idea de mezclar la religión con la política es abominable, y sus justificaciones infantilizantes, ya que distorsionan su propio derecho canónico .
· La concepción del alzamiento ilegal de unos generales (Sanjurjo, Mola, Queipo de Llano, Franco, etc.), contra el régimen legal y democráticamente elegido, sea considerado una santa cruzada, es el colmo, el mayor insulto para los verdaderos religiosos. Es una utilización interesada, burda y humillante, ya que el Papa Pío XI, la avaló. Es una de las muchas vergüenzas de la iglesia. Y es que el poder, en la cúpula, no deja de ser un mismo punto negro. “Ya no se ha tratado de una guerra civil, sino de una Cruzada por la religión y por la patria y por la civilización”, como se ve, Franco salvó a todo el planeta, y si se llega a poner, a toda la galaxia. BUFFF.
· Prueba de esa unión en la cúspide, es que Pla y Deniel fue procurador en cortes (1943-1945), y el premio final fue la presidencia de la conferencia episcopal española (1958-1966)
· Efectivamente, se observa un paralelismo entre el comunicado de Omella y la carta pastoral de Pla y Deniel, que es ponerse del lado del fuerte, del poderoso, ofendiendo, de ese modo a los débiles, pues, por ejemplo, el cardenal Omella no ha ido a visitar, en ningún momento, a los presos políticos, para no molestar a los poderes del estado; y, obviamente, Pla y Deniel insulta, ofende y humilla a todos los que están al otro bando. Y ambos acaban rezando por los representantes del poder.
Pirámide del sistema capitalista, 1911:
· Este esquema muestra claramente, que todo lo rige el dinero, los buitres del capitalismo más salvaje, muchos en el anonimato y sin respaldo democrático, obviamente.
· En el segundo nivel de la pirámide, el rey y gobierno, y en el tercero la religión entendida como institución de poder y los jueces; inmediatamente las fuerzas militares y policiales; acto seguido los burgueses, es decir, los empresarios y familias de apellidos interrelacionados (en nuestro caso, aquí en Catalunya tenemos grandes familias que apoyaron el franquismo; Pla i Deniel también era catalán); y, obviamente, en la base de la pirámide, el pueblo llano.
· Es decir, que en 110 años no ha cambiado nada. Todo sigue igual. Por eso nunca permitirán que impere una verdadera democracia.
En definitiva, vemos que los poderes nunca nos dejarán manifestarnos libremente, para eso tienen el poder de la fuerza, de las leyes, y…. de la Iglesia mal entendida, pero dominante. Y, como dice el himno de la falange: ‘impasible el ademán’, o el lema de la guardia civil: ‘Todo por la patria’, cuando todo es TODO, como sabemos. O , ‘TODO ATADO Y BIEN ATADO’ (Franco).
Por todo ello, tenemos que independizarnos, quitarnos de encima las actuales losas del estado español, incluida la conferencia episcopal.
Amadeo Palliser Cifuentes