Congruencia, esa es una de las premisas básicas de la imagen. Debe existir una congruencia entre lo que se dice, lo que se hace y lo que se es para que no se pierda credibilidad ante la audiencia. En el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador esa armonía que tanto se busca para el mantenimiento de su imagen no está siendo idónea en varios rubros, pero hoy volvemos a uno recurrente.
Y es que, el tema del aeropuerto es uno que el mismo presidente no suelta ni un momento; tanto así que, ahora que será la Cumbre de Líderes de América del Norte en la Ciudad de México, AMLO pidió, en una de sus mañaneras, al presidente de Estados Unidos, Joe Biden que “por amistad y diplomacia” aterrice en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, esto no por un tema de logística, sino por uno político.
Lamentablemente esta petición le salió mal, por varios motivos. Empecemos por el más básico, a excepción del momento inaugural el titular del ejecutivo no ha aterrizado en el AIFA y eso que dicha obra cumplirá un año en dos meses, y que esta es una de las más importantes de su administración, en su momento AMLO dijo que usaría el aeropuerto cuando los horarios de este se ajustaran a sus necesidades de agenda, hasta hoy eso no ha pasado. Es más, son pocos funcionarios de la Cuarta Transformación que han hecho uso del aeropuerto. Así que no resulta congruente pedir a sus homólogos que lo hagan ¿o si?
Si bien, Andrés Manuel ha confirmado que el primer ministro de Canadá, Justín Trudeau aterrizará en el Felipe Ángeles para su arribo a la Cumbre, nadie parece hablar de eso, el tema se enfoca en donde aterrizará Biden porque aún no lo define. A pregunta expresa en conferencia de prensa virtual se informó a través de su vocero de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby que Joe Biden de momento está enfocado en los temas que abordará con el presidente mexicano y no sobre dónde aterrizará el avión Air Force One; Lo que sin duda representa un golpe importante al discurso político de AMLO.
Ciertamente, el presidente mexicano está enfocando su discurso en temas de política interna y no en aquellos que competen a la política exterior, precisamente con los países del norte y que sin duda alguna afectan diversas esferas públicas en nuestro país incluídas la de seguridad y la económica. No es ningún secreto que su fuerte y donde el se siente con mayor poder es cuando está rodeado del pueblo -ese que entiende su discurso- y no cuando se enfrenta a figuras de peso internacional -esas que buscan acuerdos en beneficio de su país y no el de México-; pero eso no significa que deba desaprovechar la oportunidad de su visita.
Esperemos por el bien de todos que AMLO enfoque sus esfuerzos en mantener su imagen como uno de los líderes más importantes de latinoamérica -porque lo es, comulguemos o no con sus ideas y proyectos- y aproveche esto para lograr acuerdos que nos beneficien a todos y no sólo procure dar reflector a sus “magnas obras”, porque evidentemente no es el momento y ellos no son los personajes indicados para hacerlo.