Independentistas catalanes.

La inhabilitación del president de la Generalitat Quim Torra ha sido el detonante para hacer aflorar discrepancias entre los dos partidos independentistas mayoritarios, que gobiernan en coalición la Generalitat (JxCat y ERC), siendo, por ejemplo:

·       El ‘mantenimiento’ de la mesa de diálogo, que, como hemos visto, desde su inicio, únicamente se ha reunido una vez, en todo lo que llevamos de este año (y la pandemia es una excusa parcial); mesa que ERC, en su actual pragmatismo, presenta como un gran éxito y como la posibilidad de conseguir avances; JxCat es totalmente escéptico.

·       Mientras que ERC presionaba por convocar las elecciones antes de la inhabilitación; JxCat opinaba lo contrario y, obviamente, se impuso, ya que Torra tenía esa potestad.

·       Otro ejemplo, Torra pidió que las futuras elecciones fuesen plebiscitarias, y ERC, al momento, desmintió ese carácter.

Sobre ese carácter, Toni Soler, señaló, acertadamente, que las próximas elecciones (¿14 de febrero?) ‘no serán un plebiscito. Y no es una opinión. Según el diccionario del IEC, el plebiscito es ‘una consulta que la autoridad política hace a la voluntad popular sobre una cuestión de interés general’. Pero los comicios próximos tienen el objetivo de escoger los miembros de un Parlament autonómico, nada más. Otra cosa es que los politólogos y observadores en general hagan una lectura plebiscitaria del resultado, lo cual es legítimo’ (Ara, 4 oct. 2020).

Obviamente, el president Torra sabe, como todos, esta realidad; pero su deseo, como el de muchos, es poder cuantificar si finalmente los independentistas sobrepasamos el 50% de los votantes, y si es así, no sólo hacer una lectura plebiscitaria, si no, hacer que esa mayoría se traduzca en hechos.

Y éste es el nudo gordiano, el trasfondo de la situación, saber cuál es el objetivo real; no sólo es cuestión de publicar y lanzarse libros; es preciso que, en su momento, los programas electorales sean diáfanos al respecto.

Muchos independentistas de base tenemos claro el objetivo, como los líderes, pero, las estrategias que deseamos son diferentes; pero, claro, nosotros, ‘teóricamente’, no nos jugamos nada o poco (a lo sumo, una identificación), mientras que los políticos ‘profesionalizados’, se juegan su ‘carrera’.

También hay muchos, casi 3000 responsables políticos y activistas de base que están encausados y que arriesgan su patrimonio, ya que el estado español sigue con su política de arrasar el movimiento independentista, sin ningún tipo de reparos ni de pudor.

Ante esta situación, creo que es interesante reproducir el siguiente fragmento:

Nos es familiar el dicho ‘dos judíos tres opiniones’, que expresa graciosamente la diversidad de pareceres e ideas entre los miembros de la tribu.

Tal vez esta predisposición nos viene de lejos, como grabada en nuestro ADN colectivo.

No es por casualidad que, históricamente, el judaísmo ha alentado una proverbial ‘cultura del debate’, un modelo que ha perdurado a través de los siglos. La misma ha producido frutos monumentales de pensamiento y sabiduría tales como el Talmud y las obras rabínicas posteriores.

Al respecto encontramos en Pirkei Avot o Tratado de los Principios, una cita clásica:

‘Toda controversia en nombre de un ideal tendrá valor permanente, pero aquella que no es de tal índole está condenada a desaparecer. Una disputa movida por un ideal fue la de Hilel con Shamai mientras que la de Kóraj y sus secuaces es la opuesta’ (Num. Caps. 16 y 17) Avot V:20

El sabio destaca la motivación como la clave para evaluar el carácter y los resultados de la discusión. Si la misma está basada en intenciones puras y sinceras, en aras de un ideal como la justicia o la verdad (literalmente: ‘leshem shamaim’, en nombre del Cielo), ella conduce a la ampliación de horizontes del intelecto en función de una mejor comprensión del tema en cuestión. En este caso ideal, la discusión se realiza en un ambiente de respeto y camaradería, pues cada parte reconoce que no es dueño de la verdad, que es bueno confrontar su opinión con la del otro, que es tan válida como la suya y que a la postre del debate saldrá la luz.

Por el contrario, una controversia animada por afán de gloria, reputación y poder, resultará finalmente efímera.

La discusión académica entre dos grandes sabios del siglo I (Hilel y Shamai) y sus respewctivos continuadores – representa el paradigma del debate franco, marcado por la honestidad intelectual. Su debate era ‘ideológico’, unos se inclinaban hacia la severidad, los otros hacia la moderación. A pesar de la vehemencia y el apasionamiento propio de la confrontación de ideas, su relación personal no se vio afectada ni se distanciaron socialmente entre sí. Por el contrario, ellos supieron preservar la amistad y el respeto recíproco, como relata el Talmud: ‘Los hijos de unos no dejaron de casarse con los del otro, tal como está escrito en el libro del profeta Zacarías: ‘Por lo tanto amad la verdad y la paz’. Lebamot 14ª.

(…)

En contraposición a esta imagen idílica de argumentación constructiva, emerge la figura de Kóraj, como ejemplo de divisionismo y discordia.

Kóraj era uno de los líderes levitas en el desierto, que, en lugar de valorar su posición, prefirió desafiar el liderazgo de Moisés y de Aarón e intentó rebelarse y formar un liderazgo alternativo.

Sobre el versículo: ‘Y tomó Kóraj’ (Núm. 16:1) escribe Rashi: ‘se tomó a sí mismo’, él quería para sí el poder a expensas de otros, y no vaciló en desacreditar a los líderes de su generación para ese fin. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario. Como dicen los sabios: ‘Quien persigue la grandeza, ésta se le escapa de las manos’ Eirubin 13B.

(Rabino Daniel Kripper, www.semanariohebreojai.com)

Creo que esta lectura ha de ser didáctica, podemos discrepar intelectualmente, pero sin perder la confianza y la amistad, sin perseguir la grandeza.

Necesitamos la unidad, es básica, pues delante tenemos una locomotora que va a toda velocidad, es su AVE, que, con sus corrupciones e intereses que lo configuran, siguen arrasándolo todo, y menospreciándonos. Una muestra más es que, ahora han anunciado que el rey Felipe VI y Pedro Sánchez vendrán a Barcelona este próximo viernes, ahora ya no hay ningún problema de seguridad, buscan la convivencia, y el aniversario del 1 de octubre del 2017 y ya emitida la inhabilitación de Torra, ahora toca suavizar las relaciones, como dice el ministro de justicia, Juan Carlos Campo.

Ahora parece que ya no habrá ninguna tensión, según ellos. Cuando realmente, la tensión la generaron forzando un pulso entre Carlos Lesmes, presidente del consejo general del poder judicial y el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.

La excusa fuimos nosotros, los independentistas.

Si bien la realidad fue un pulso que, aparentemente, ganó Sánchez de forma puntual, pero ahora se ve que se ha vuelto a doblegar, no tiene carácter ni ideales ni programa, y no ha soportado las críticas de la derecha y de la extrema derecha, que quieren lucir a su rey paseando por Barcelona.

Y ahora, con una excusa menor, la entrega de unos premios apenas conocidos, los New Economy Week, vendrá el rey acompañado por Sánchez, para visitar la start-up 3-D Factory Incubator, en la Zona Franca; pero el interés de Sánchez es mostrar la ‘sintonía’ de ambos, mediante una foto, que no engañará a nadie, pues todos sabemos que el rey va donde le dice el ejecutivo.

Pero los independentistas tenemos las ideas claras, y, como decimos a gritos, ‘Catalunya no tiene rey’, por eso:

‘Los CDR (comités de defensa de la república) del Barcelonés, han convocado una movilización contra la visita de Felipe VI: ‘Este viernes el caudillo del Régimen del 78, Felipe de Borbón, desembarcará en Barcelona con Pedro Sánchez. Los DCR estaremos en la calle para recordarle que no es bienvenido’ según avisan por twitter’

(Elnacional.cat)

Y, por nuestra parte, con toda seguridad en el corte diario de la avenida Meridiana, como en otros muchos lugares de Catalunya, se harán actos simbólicos. En esto estaremos todos los independentistas unidos.

Pero lo importante es que esta unión no se limite a actos simbólicos, deberíamos ir unidos en las elecciones, tener una estrategia común, si no, el tren nos arrollará.

Si hacemos como la imagen de los judíos, que dos náufragos en una isla desierta construyen tres sinagogas, no conseguiremos nada. Debemos estar unidos, ya que los unionistas, contra Catalunya, están a partir un piñón, su ‘a por ellos’ es la cola que los une para salvaguardar su patria ‘una grande y libre’.

Nosotros deberíamos ir juntos en todos los frentes, aquí y en el exterior, ahora que parece que la UE se está dando cuenta que España empieza a ser un ‘peligro’, pues el déficit, la gestión de la pandemia, la imagen de la monarquía, el ‘control judicial’ y la crisis territorial, acabarán colapsando, y eso tendría unas repercusiones graves en la propia UE.  

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com

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