Los independentistas catalanes estamos pasando por una fase de desánimo, abatimiento y desmoralización, pues vemos que nuestros referentes, los partidos y organizaciones sociales independentistas, no hacen otra cosa que dividirse, fraccionarse, culpa de los egos de sus dirigentes. Y, asimismo, vemos que el estado español sigue pétreo, unido, defendiendo la sacrosanta unidad española.
Ante esta situación, nos vemos deprimidos, sin tener una visión de futuro; pues vemos que el estado español centra todos sus esfuerzos en la caza de la pieza mayor, nuestro president legítimo, Carles Puigdemont.
‘Cazar a Puigdemont es una de las cosas que comparten Pedro Sánchez, Marchena, Llarena, Feijóo, Ayuso, Abascal, Marlaska, Robles, Felipe VI, Felipe González, Aznar, y hasta la señora de limpieza del despacho del jefe del CNI. Y los de Podemos, todo y disimulando y silbando un poco para disimular, y ya no hablemos de Catalunya, un país fratricida donde hay demasiada gente que respiraría aliviada si viese a Puigdemont esposado y de camino a una prisión castellana’.
(Joan Rovira, Elmon.cat, 19 de febrero de 2023)
Y en ese sentido, constatamos que la INjusticia española va dando vueltas de tuerca, presionando a la presidenta del parlament, Laura Borràs, así como a los segundos niveles de la Generalitat, José M. Bové y Lluís Salvadó, etc.
Sabemos que el estado español, descabezado, sigue siendo igualmente peligroso, pues le importa un bledo su imagen internacional y las sentencias de los tribunales internacionales.
Aquí siguen en plan quijotesco, luchando contra sus molinos de viento.
En su momento, si es preciso, pagarán las multas que les impongan, que pagaremos entre todos, y el estado español seguirá ‘impasible en su ademán’, como cantaba el ‘Cara al sol’ falangista. ‘Impasible el ademán’, que los republicanos criticaban, diciendo ‘impasible el alemán’. Y en esa misma línea siguen tanto el estado español como los partidos independentistas.
Y a pesar de ver esta situación, los partidos y organizaciones independentistas, en lugar de unirnos y hacernos fuertes, se dividen y subdividen, debilitándonos y desmoralizándonos. Por eso, entre los independentistas de base nos encontramos todo tipo de personas, con pensamientos diferentes, como muestra la siguiente fábula:
‘En plena Edad Media, un peregrino vio en París a tres obreros trabajando con grandes bloques de piedra.
¿Qué están haciendo?, les preguntó.
Cortando piedra, dijo uno con indiferencia.
Ganándome unos francos, repuso secamente el segundo.
El tercero suspendió su labor por un momento y con una gran sonrisa y marcando entusiasmo respondió: Estoy construyendo una hermosa y espectacular catedral que va a ser la más importante de toda la región’
(https://www.directivosdeespana.es)
Sabemos que todo corre a la máxima velocidad, que incluso la gente cambia de opinión de forma inusitada, y que somos los únicos responsables de nuestro destino, pero aún así, a pesar de que pensemos que estamos construyendo la catedral independentista, nos dejamos llevar por el pesimismo, como en el siguiente cuento oriental:
‘Un hombre andaba enfrentándose con una serpiente. Un día que nuestro hombre dormía, la serpiente, deslizándose por su boca entreabierta, fue a colocarse en su estómago y desde allí se dedicó a dictar su voluntad a aquel desgraciado, que, de este modo, se convirtió en su esclavo. El hombre se encontraba a merced de la serpiente: no era dueño de sus actos hasta que, un buen día, el hombre volvió a sentirse libre: la serpiente se había marchado.
Pero, de repente, se dio cuenta que no sabía qué hacer con la libertad. Durante todo el tiempo en que la serpiente mantuvo sobre él un dominio absoluto, el hombre se acostumbró a someter por completo su voluntad, deseos e impulsos a la voluntad, deseos e impulsos de la serpiente, y por ello había perdido la voluntad de desear, querer y actuar con autonomía.
En vez de la libertad, sólo hallaba el vacío. Pero con la partida de la serpiente perdió su nueva esencia, adquirida durante su cautividad, y sólo fue necesario que aprendiera a reconquistar, poco a poco, el contenido precedente y humano de su vida’
Sabemos que nuestro estado depresivo es por causas exógenas, causada por acontecimientos externos, y sabemos, también, que la soledad amplifica la depresión, y somos conscientes que la única terapia la hemos de conseguir entre nosotros, apoyándonos los que seguimos en la lucha por conseguir nuestros ideales. De ese modo, transitoria y provisionalmente, llenaremos nuestro actual vacío, que nos provoca un estado emocional distorsionado.
Este proceso lo experimentamos cada día los que nos manifestamos en la avenida Meridiana de Barcelona, pues, entre nosotros nos damos ánimos, especialmente, cuando nos insultan los unionistas, pues nos reafirman en nuestra acción, en pro del objetivo que todos compartimos.
Pero, como digo, este fenómeno es transitorio y minúsculo, como lo es nuestra acción. Deberíamos ser muchos más, todos los independentistas, pero no es así, desgraciadamente.
Y así vamos pasando los años. Somos mayores y, en estos años, hemos visto que seis compañeros de nuestro colectivo han fallecido sin ver cumplidos sus deseos, y soy consciente de que, a este paso, iremos cayendo todos o casi todos, así es la vida. Y no importará a nadie, pues las superestructuras partidistas seguirán con sus batallas y confrontaciones, para mantener sus privilegios y su statu quo.
Por eso no podemos conformarnos con seguir así.
Debemos ser proactivos, buscar la confrontación democrática y pacífica, para romper el statu quo.
No podemos aceptar las luchas cainitas de los autoconsiderados líderes independentistas, doblegados al estado central. Debemos ‘destronarlos’, a todos. No podemos aceptar falacias, como las que nos venden con vistas a las elecciones municipales. No podemos aceptar mensajes truculentos, como, por ejemplo, el del candidato de Junts a la alcaldía de Barcelona, Xavier Trías, que, ya de entrada, esconde las siglas de su partido, después, no fue a apoyar a Laura Borràs, el primer día de su juicio, alegando que tenía la agenda llena; y, ahora, vendiéndose como el mejor candidato para gobernar pactando tanto con ERC como con el PSC/PSOE.
Yo pensaba votarle, por ‘justicia poética’, como venganza a Ada Colau, que le venció de forma pusilánime y fraudulenta, acogiéndose a las falsas inculpaciones de las cloacas del estado. De las que, por cierto, ni el estado ni la Colau, han pedido perdón, todavía.
La verdad, es que Trías no me convence en absoluto. Hoy por hoy, es un candidato oportunista. Pero, claro, de momento, me parece el mal menor. Y esa es una triste muestra de nuestro estado de ánimo. No votaremos de forma ilusionada.
Pero, aún así, sé que mi opinión individual, no tiene mayor importancia ni trascendencia, todo es un circo, como se puede ver, perfectamente, en la película ‘Sin novedad en el frente’, dirigida por Edward Berger (2022), que acabo de ver; película, basada en la novela de ese mismo título, de Erich María Remarque, publicada en 1929. En ella se expresa un mensaje antibelicista, al final de la Primera Guerra Mundial. En esa novela, el protagonista, un estudiante, Paul, ve, al final, que toda su compañía va muriendo, por el gas, las bombas y las ratas, hasta que le llega su turno, y, en un día tranquilo y calmado, que el informe del ejército se limitó a la frase ‘sin novedad en el frente’, el protagonista es alcanzado y muerto por la metralla enemiga.
En esa novela se observa, claramente, que los poderosos, los que realmente mandan, nunca arriesgan sus personas ni sus medios. Y son los de abajo, las bases, las que sufren y pagan las consecuencias de sus decisiones.
Y en estas estamos. Esta es mi triste perspectiva, si no cambian las cosas de forma drástica.