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Es sabido que los cambios del clima inciden directamente en la agresividad humana, hay muchos estudios que confirman la vinculación entre la temperatura y la violencia personal y social; y todos tenemos muchos ejemplos al respecto.
Según los estudios, desviaciones relativamente pequeñas en la temperatura, inciden notablemente en las actitudes violentas y, consiguientemente, en la aparición de los conflictos. Esos estudios determinan, estadísticamente, que los feminicidios aumentan durante los tres días posteriores a la ola de calor, mientras que los informes policiales los detectan después de un día de la ola. Asimismo, se comprobó que la temperatura aumentó la ‘locura de trinchera’, durante la Primera Guerra Mundial.
Evidentemente, en todos los casos hay un previo nivel de estrés, de malestar, que el calor, con la irritación que comporta, debilita los mecanismos de defensa ‘habituales’.
Beatriz de Vicente, penalista y vocal del Colegio de Criminólogos de Madrid, señala que:
‘Igual que nos influyen el ruido, el dolor y el hacinamiento, el calor es muy criminógeno (…) estamos sometidos a ritmos circadianos que responden a la luz y oscuridad, generando cambios químicos que nos afectan a todos, igual que nos afectan las fases de la luna (hay más partos y fallecimientos en luna llena) o los ciclos hormonales: todo influye en el comportamiento humano, pues no somos monocausales. (…) Así, cuando la temperatura sube por encima de los 30 grados, nos volvemos más violentos, tocamos más el claxon en los embotellamientos, tenemos menos paciencia con los niños y, por tanto, quienes tienen tendencia homicida, son más propensos a actuar’.
(Laura L. Álvarez @_llalvarez)
En ese sentido, Karole Cosme, publicó el siguiente artículo, el pasado día 8:
‘Discusiones de verano: cómo afecta el calor a nuestras formas de comunicarnos’, señalando que la apatía, el insomnio, la ansiedad, el mal humor … las altas temperaturas sacan a la luz las tensiones acumuladas durante el invierno.
Y señala, asimismo, que las altas temperaturas influyen en nuestra forma de expresarnos y de entender a los demás (…) El 75% de las parejas tienden a discutir con mayor frecuencia cuando llega el calor.
Las temperaturas alteran el modo en el que procesamos la información y la expresión de ideas, el pensamiento se vuelve más lento y cuesta más encontrar las palabras para comunicarnos’.
(elnacional.cat)
Todos sabemos que la subida de las temperaturas está directamente relacionada con los conflictos, sólo hace falta recordar, a modo de ejemplo, que la Primera Guerra Mundial, y la rebelión española (que no guerra civil), se iniciaron en verano. 28 julio de 1914 y 18 de julio de 1936, respectivamente.
‘Los investigadores de las universidades de Princeton, Cambridge y California, para determinar la relación entre clima y conflicto, dividieron estos en tres categorías: violencia intergrupal (violaciones, asesinatos, asaltos o agresiones de género), violencia intergrupal e inestabilidad política (guerras civiles, revueltas, violencia étnica, invasiones …) y colapsos institucionales (grandes cambios gubernamentales o caída de civilizaciones), aunque son los conflictos intergrupales los que mantienen un vínculo más fuerte.
(…) Una subida anual de la temperatura en África de sólo 0,4 grados centígrados provoca, según el modelo, un aumento de la violencia personal de un 4% y un aumento de la violencia intergrupal de un 14. En EEUU tendría que subir la temperatura 3 grados en un mes, para que el aumento en la violencia fuera similar.
(…) Los hallazgos del estudio sugieren que un aumento de la temperatura global de 2 grados centígrados podría aumentar la tasa de conflictos intergrupales, como las guerras civiles, en más de un 50% en muchas partes del mundo.
(…) Todos los cambios climáticos han afectado a las sociedades, y nada indica que hayamos avanzado lo suficiente como para vivir al margen de las inclemencias’
(Miguel Ayuso, Elconfidencial.com, 2013)
Todos tenemos ejemplos muy próximos, vivencias, de la incidencia de la temperatura en nuestra irritabilidad y, sin ir más lejos, ayer, en el pequeño colectivo que nos manifestamos en la avenida Meridiana, tuvimos una clara muestra. Y, como he citado mas arriba, ciertamente, siempre se da una situación previa, de estrés; y, en todas esas vivencias, somos conscientes, a posteriori, que nos hemos extralimitado, que hemos perdido el control. Y si no estamos ‘preparados’ para evitar esos pequeños ‘conflictos’, difícilmente podremos hacer frente a los que nos esperan, si se confirma el cambio climático que los científicos vaticinan.
Desde hace décadas vemos que el Mar Mediterráneo, en verano, deja de ser el ‘Mare Nostrum’, para convertirse en el ‘Mare Mortum’, pues, lógicamente, los inmigrantes intentan aprovechar las mejores condiciones climatológicas, para atravesar el mar en sus precarias pateras, botadas por las mafias. Pero estamos acostumbrados a esas noticias, y ya no nos afectan. Y los estados de la UE, como hacen siempre, miran hacia otro lado, esa es su amoralidad.
Y, desgraciadamente, vemos que, en paralelo, se están dedicando todos los recursos disponibles, para intentar rescatar a los cinco tripulantes del minisubmarino turístico OceanGate (Titan). Pero claro, se trata de salvar a cinco multimillonarios, mientras que los inmigrantes en cuestión vienen con una mano delante y otra detrás.
Así se evidencia que hay náufragos de primera y de segunda, y para estos últimos, no se respetan ni las leyes del mar ni las mínimas normas humanitarias; los estados prefieren que mueran en el mar, antes que pasar a engrosar sus inhumanas cárceles de acogida, en las que pueden pasar años y años.
Y está claro que, con el cambio climático, la situación africana será más terrible, y vendrán más inmigrantes, por más que, desde el ‘primer mundo occidental y democrático’, se quiera evitar y no se quiera ver.
Este verano, el 23 de julio, en el corrupto reino español tendremos elecciones generales, convocadas de forma interesada por Pedro Sánchez. Y, como ‘dijo’ la genial Mafalda (Quino, Joaquín Salvador Lavado Tejón, 1932 – 2020), ‘hay más problemólogos que solucionólogos’, ‘tenemos hombres de principios, lástima que nunca los dejen pasar del principio’, y así nos va.
Por esas elecciones, nos están invadiendo con todo tipo de mensajes, de mentiras, de falsas promesas, ocupando todo tipo de medios para hacérnoslos llegar.
Y un ejemplo de esa indecencia, lo vimos ayer en el tuit de Jéssica Albiach, líder de los Comunes (de Ada Colau) en el Parlament:
‘El PP solo normaliza el fascismo, estamos viendo cómo comparte ideas con la extrema derecha. Ante esto, este 23 J salgamos todos a demostrar que somos un país orgullosamente diverso en el que todos y todas cabemos’.
El periodista Antonio Baños, y exdiputado de los Comunes, le contestó:
‘El PP os da de comer en Barcelona … ¿Estás bien?’
No se puede ser más claro, directo y conciso, para desvelar la incoherencia, y falta de moral de Jéssica Albiach, prototipo de lo peor de la política, pues, como su partido (y los otros), son unos arribistas que sólo buscan sus propios intereses económicos, sus prebendas, sus privilegios.
Siguiendo con esas elecciones, desafortunadamente fijadas para el próximo 23 de julio, en plenas vacaciones estivales, vemos que los ‘problemólogos’ no dejan de hablar de los inconvenientes de votar en blanco, nulo o abstenerse, citando, recurrentemente, a Joan Fuster i Ortells (1922 – 1992), respecto a su famosa frase ‘toda política que no hacemos nosotros, será hecha contra nosotros’ (yo también he abusado de esa cita).
Efectivamente, en teoría es así, pero viendo la historia de la mal llamada democracia española, constatamos que tanto el PSOE como el PP, no se diferencian en absoluto, respecto al problema catalán. Ellos tienen el mismo patrón: España una y no cincuenta y una; España, una, grande y libre. Así que el pragmatismo nos muestra que los diputados que enviemos al congreso, nunca, y nunca es nunca, podrán incidir en nada relevante respecto a nuestro derecho de decidir.
Asimismo, vemos que el PSOE y sus adláteres, los Comunes, ahora, Sumar, nos machacan con su mantra de que, si no les votamos a ellos, vendrá el PP / Vox. Y esa es otra de las patrañas, pues, sabemos que el régimen del 78, del que tanto se vanaglorian, se sustenta en el bipartidismo, y, en los temas de ‘estado’ aplican el ‘hoy por mí, y mañana por ti’. Así que, ‘menos lobos, Caperucita’.
Ante esto, seguimos constatando que nos faltan ‘solucionólogos’, siguiendo con Mafalda y nos sobran ‘problemólogos’.
Veremos cómo acaban esas elecciones, fijadas para un momento tan poco propicio; pero, claro, si la abstención es muy alta, los mencionados ‘problemólogos’ lo ‘justificarán’ por el efecto de la temperatura, por el calor, las vacaciones y la afluencia a las playas. Nunca reconocerán que, de producirse, será un rechazo a su estrategia, a su política. Cuando, como hemos visto, al no ser monocausales, podremos comprobar que se debe a diferentes motivos.
Por eso, mi modesta opinión, es que, si nos interesa mostrar el desacuerdo con los políticos, sería preferible el voto nulo, pues ese no se puede manipular por parte de nadie.
Para concluir, me parece que la mejor forma es incluir los siguientes pensamientos de la genial Mafalda:
‘Si piensan que estoy pensando lo que piensan que estoy pensando, están muy equivocados’
‘¿Practicas algún deporte de riesgo? Sí, a veces doy mi opinión’
‘Café sin cafeína, gasolina sin plomo, leche sin lactosa, cigarros sin nicotina ¿y para cuando un gobierno sin imbéciles?
‘Me encanta el sonido de algunas personas cuando se callan’